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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

MojoThunder – Hymns from the Electric Church (2021/Mojothunder)

 Me habían vendido a los de Kentucky, Mojothunder, como una suerte de Gerorgia Satellites con riffs clásicos de AC/DC. Algo hubo..... poco. Pero de ser así, no me hubieran gustado tanto como lo que vi en directo.



Sencillamente una onda expansiva de soul, rock'n'roll, blues y hard del sur. Que en muchos momentos conecta con el legendario Terry Reid. Merced a su frontman superlativo, Sean Sullivan (voz, guitarra, teclados). Perfectamente arropado por Bryson Willoughby (guitarra solista), Andrew Brockman (bajista showman) y Zac  Shoopman (batería). Un primer EP en 2019, "Loose Lips", ya avisó de la tormenta que estaba por venir.

"Hymns from the Electric Church" descarga con toda plenitud de amalgamas dentro de los cánones southern más ortodoxos (y no tan abundantes hoy día!). "Jack's Axe" es una bomba que estalla con metralla del "Let There be Rock", Black Crowes, Blackberry Smoke y Black Stone Cherry......Cuadrícula hard southern de manual avanzado y puesto al día. También herederos de Foghat, Point Blank o Creed, porque la melodía es importante. Y "Blackbird" es el guante retador que los conecta con los 80 y gente olvidada como Cry of Love o Company of Wolves. Steve Conte produciría esto de mil amores!

La intro de "Rising Sun" es como desempolvar los viejos vinilos de Blackfoot, con su influencia Free/Bad Company, y ésa chulería macarril tan escasa en éstos tiempos de post-todo-mierdoso. La voz de Sullivan es un portento. Como un joven Paul Rodgers, Jess Roden o Terry Reid. Da gusto oír sus técnicas inflexiones llenas de sentimiento. El juego de guitarras aquí es casi de liga Gorham-Robertson. "Soul" lo dice todo en su título. Elemento básico y destacado en sus esquemas, que manejan como experimentados session-man de Motown 50s. La base rítmica más coros femeninos enganchan directamente con una de sus grandes influencias: Humble Pie. Las guitarras explotan en ecos pantanosos de ralea Skynyrd. Profundo, emocionante y peligroso sur en el ambiente. El boogie de "Fill me Up" casi apunta al oxidado y orgulloso West Coast de The Jayhawks.

Mientras que "Babylon" vuelve al viejo y fantasmagórico sur en busca de bronca de fin de semana, "pacificador" en mano. Puro rock sureño del que se oía por las grasientas carreteras comarcales de Alabama en 1972.

"Untitled #69" es otro derechazo soul de guarro funk con la mala ostia de James Gang, Jo Jo Gunne o The Rockets. La cabalgada instrumental es propia de un salvaje Mustang, ponga un caballo o un coche en su lugar preferencial. Los mejores y primeros Black Crowes son invocados en "Bulleit" con la misma gracia y salero que lo hacían los Robinson Bros.

El órgano invitado de TJ Lyle rellena con sabor y estilo formidable. Y las dual guitars cantan fogosas y lascivas, en lujuria eléctrica que no acepta un "no" como proposición indecente. Exceden expectativas.

Por último "A New Dawn" trae recuerdos y nostalgias de innumerables juergas a ritmo de The Marshall Tucker Band o Atlanta Rhythm Section. Porque el romanticismo y la desesperación forman parte imprescindible para comprender éste tipo de discos,  a priori tan sólo...... "efusivos".



Donde la pena y el amor van entrelazados en un indisoluble anillo de vida. Y hay que vivirla, qué demonios.

Mojothunder ponen todas las facilidades para que así sea. Con matrícula de honor......sureño.

J.J. IGLESIAS


 
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