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Sameti – Sameti (1972)

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 Volver a retomar aquella senda me ha costado, siento que el tiempo se ha ido de mis manos y que aquellos días mozos están más lejos de lo que puedo recordar,  el sabor agrio de este álbum mezcla de krautrock, Jazz/fusión y un “noséqué” me deja corto, tanto tiempo ha pasado desde la última vez que me senté a escucharlo que los recuerdos de este casi no existen, se han perdido en aquella vieja habitación.  Volver a él ha sido duro, ¡DURISIMO!,  retornar  a la senda,  llevarlo a la vida -así lo he sentido-, sentarme a escucharlo de cabo a rabo y luego llevarlo al día a día, es decir  curtirme de su sonido, de lo que plasma , y alcanzar el punto máximo para decir “QUE GRAN DISCO” es poco. Pude digerir el álbum y he podido sacarle el jugo, pero el camino ha sido algo trunco, es una obra que peca con algunas cosas, falla en otras y  consigue aciertos, es algo irregular, al menos para mi gusto no cubre esa cuota que suelo buscar en una banda de naturaleza Krautrock.  Pero OJO eso no signific

Overdry – El Último Camino (2008, Santo Grial)

El underground andaluz está sufriendo una mutación como revulsivo de aquello que representa el frente para todos los públicos de la comunidad allí asentada. Mientras para la FM se crean en las discográficas y grandes multinacionales decenas de robots por el “flamenquito” con sabor a rebujito caducado, los músicos que se enorgullecen de serlo evolucionan por otras ramas menos ortodoxas –según esos mismos capitostes que programan a la descendencia ideológica en interminables bandas de lo parido al calor de Andy Y Lucas–, léase rock progresivo o metal extremo, cualquier cosa con tal de driblar al tedio. En la segunda de las disciplinas citadas han puntuado con alta nota los sevillanos Killem, marcando un thrash evolutivo que de Frisco puede terminar en las corrientes insospechadas centroeuropeas. Overdry corren en paralelo pero con matices que los distinguen.



El Último Camino es no tanto thrash metal tradicionalista como sí vástago o deudor de formaciones norteamericanas, ya sean Machine Head o Korn. Sin embargo, la vieja escuela del texto crítico con la sociedad y la psique humana retrotrae a los brasileños Sepultura o, ya en Europa, a la máquina ácida Sodom; lo mismo les pasa a sus riffs de guitarra cuando se aceleran, haciéndoles asumir riesgos que no necesariamente necesitan de burdos encasillamientos. Sólo hay que ver la cuidada a la par que agresiva estética de su clip promocional grabado con motivo de la temática expuesta en “Éxodo” para tomar conciencia del valor que atesora este quinteto de músicos proveniente de Jerez de la Frontera.



Te encuentras por ello ante un metal bien trabajado, lacerante, crudo y con referentes que te harán sentirte en casa si ya te dejabas masajear por las bases rítmicas extremas de unos Slipknot, por citar otro recuerdo que vuela sobre la cabeza del oyente mientras se entrega a esta orgía de intenciones bien encaminadas. Overdry hace camino.

por Sergio Guillén

https://sguillenbarrantes.wordpress.com



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