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EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI - 2: MAGENTA (primera parte)

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 Como ya os dije encontrar hoy una banda que haga un progresivo atractivo e interesante sin que nos aburramos como una planta de plástico en cualquier salita de espera es una empresa realmente complicada. La pregunta es: que no se ha hecho o se ha intentado hacer sin repetirse. Pues muy poco. Por muy complejo y lioso que nos parezca a simple vista hacer música tiene sus límites. Si uno tiene algún conocimiento de música, aunque sea básico no tardará en darse cuenta de que la mayoría de canciones y temas que escuchamos tienen siempre una estructura similar y romper las normas con ocurrencias o algo sorprendente está en manos de quienes arriesgan o se rompen la cabeza de manera imaginativa y eso tampoco es ninguna garantía. Ciertamente todo está ya inventado y naturalmente a la gran mayoría esto no le importa lo más mínimo. Casi mejor. Mientras se mueva el esqueleto y se pueda cantar o tatarear algo, lo demás es irrelevante. Ciertamente no son cosas que deban preocuparnos. Lo que si ...

JIMMY PAGE - Outrider (1988, Geffen Records)

 Estamos en 1988, ocho años tras la muerte del baterista de Led Zeppelin John Bonham. El vuelo del inmenso zeppelín del rock profundo es ya leyenda, parte de la más alta cultura musical. The Firm, el supergrupo inventado a pachas con Paul Rodgers (ex Free y ex Bad Company), resulta un acierto gracias a su primer LP –allí encontramos “Radioactive” o “Closer”, por ejemplo–, mientras su segundo lanzamiento es mero pasatiempo para el descarte. 



¿Qué le queda a un guitarrista como Jimmy Page más allá de participar en diferentes propuestas de amigos? Liarse la manta a la cabeza y ser Page el que invite a sus íntimos para redondear un álbum de solista. De esta manera, y dando carrete a maquetas a medio modelar, el que fuese uno de los cuatro pilares de Led Zeppelin presenta a Geffen Records un trabajo de rock impetuoso, no rayando en originalidad pero sí estructurado con la pericia suficiente como para alegrar a los que adoran los riffs del de Heston, Middlesex. 

Se lleva a sus estudios The Sol a artistas como John Miles, Chris Farlowe, Tony Franklin –con el que coincide nuevamente tras The Firm– o el ex Jethro Tull Barriemore Barlowe –que grabase las baterías en algunos de los discos más sobresalientes de la apuesta de Ian Anderson–. El ardid nostálgico lo pone la inclusión de Robert Plant cantando “The Only One” –¿irá con segundas intenciones?– o el fichaje del vástago de John, un Jason Bonham explosivo que salía de darle al adult oriented rock con la banda Virginia Wolf. 



La idea original consistía en un elepé doble, que al final, por un extraño robo en la casa de Jimmy, se redujo a único disco por haber sido substraído parte del material en la incursión. Mejor así, pues el brillo de este maridaje no prometía segundas partes con igual esplendor si se hubiese empecinado en el estiramiento.   

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com



 









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