Entrada destacada

Bateristas en la sombra XVIII: Juan Ángel Sanchez

Imagen
 Warlock podrían ser considerados como el primer grupo español de Hard Rock con estética e influencia satánica y ocultista.  Su germen, Necrophagus, oscuro grupo surgió en Madrid en 1974 con Victor al frente quien estaba altamente influenciado por bandas como Black Sabbath, Lucifer’s Friend o Hawkwind y con un sonido que hoy sería considerado como Proto Doom. Durante su corta existencia que abarcó desde 1977 a 1979, Warlock fueron teloneros de la Ian Gillan Band en el Teatro Monumental de Madrid en 1979. También participaron en numerosos festivales y compartieron escenario con grupos y artistas de la época como Burning, Cai, Teddy Bautista & Canarios, Azahar, John Martyn, Eduardo Bort, etc. No obstante la historia de Warlock y el rescate de sus ensayos mediante el sello Guerssen forma parte de las reseñas discográficas de esta misma página Web.  El singular baterista Juan Ángel Sánchez se identificaba con el culto al satanismo en un nivel digno de ser consultado, pero su dislocada

ASHBURY - Eyes Of The Stygian Witches (2018 / HIGH ROLLER)

El caso de ésta banda de Tucson, Arizona,  es digno de estudio. Editan su primero "Endless Skies" en 1983 y no pasa absolutamente nada. El grupo desaparece de circulación. Con el paso de los años, los circulos de la élite coleccionista, (algo así como los Illuminati del vinilo), deciden que es pieza de colección,  además de un discazo (como ya reseñamos aquí en su día). Y comienza su caza y captura con un precio cada vez más al alza. Se reedita y, debido a su favorable respuesta algo más que tardía,  pero respuesta al fín y al cabo, los hermanos Davies reúnen de nuevo la banda. En 2010 editan otro fabuloso bocado con "Something Funny Going On". Y ahora aparece el tercero, "Eyes Of The Stygian Witches". Como el fin de una trilogía perfecta que nadie creyó que ocurriera.

Rob Davies (voz solista inconmensurable,  acústicas) y Randy Davies (guitarra solista, voces), son la razón de ser de Ashbury. En ésta ocasión se acompañan de John Bujak (guitarras, voces), Joey Moreno y Eddie Hosmer (bajo) y John Gimmler (batería). Su estilo apenas ha cambiado, gracias a los dioses, desde aquel maravilloso debut. Una mezcla de southern rock, british folk-prog 70s y pinceladas de roots & americana.

Al comienzo de "End of All Time" (5'20) reconectamos con The Outlaws en sus primeros álbumes. Más que nada por la deliciosa voz de Rob Davies, pariente cercana a la de Henry Paul. También las dual guitars producen cosquilleo en la columna vertebral, derrochando sentimiento old style a mogollón. Así sonaba el rock en su época dorada, sí señor, alguien que se entera de que va la fiesta. Con una intro de puro Blackfoot "Strikes" - era, entra "Good Guitar" (6'09), el título lo dice todo. Southern rock peligroso y desértico,  con sonido a serpiente de cascabel y romanticismo fatal de forajido. Como si el espíritu de Hughie Thomasson se hubiera adueñado de sus almas.

Puede que la idea en "Summer Fades Away" (3'31) fuera la clásica escena del cowboy solitario con la guitarra frente a la hoguera al anochecer. Pero la magia de éste grupo radica en cambiar el paraje a poco que se lo propongan. Aquí suenan inevitablemente británicos,  como unos Richard Thompson, Ashley Hutchings o Ian Matthews. Flipante. Esto nos lleva a "Celtic Cross" (3'15), de aire descriptivo con el título de la canción. Corta instrumental casi de dominio estilístico parejo a Mike Oldfield. 


Siguen las tesituras acústicas para "Waited So Long" (9'00) llevándonos por la campiña tulliana, hasta la entrada de la batería. Ahí Ashbury vuelven a su tierra y tradición,  Con unas estupendas corales, ritmo bien sustentado,  intercambio de eléctricas con acústicas,  (en un trabajo finísimo e irreprochable), y un aire nostálgico que atrapa sin remedio hasta el final de la pieza. "Out Of The Blue" (5'31) vuelve a sonar a "Ommadawn" en su exposición,  aunque su posterior  tratamiento country rock nos recuerda el peculiar estilo de Ashbury. Éstos tios tienen una fórmula ganadora que saben muy bien cómo utilizar.

Para "Faceless Waters" (6'20) echan mano de manual hard rock para acompañar una melodía vocal que podría ser tanto folk como blues. Las guitarras en su línea,  dentro de la más pura elegancia y elasticidad solista, recordando incluso a Wishbone Ash. "Searchin" (4'13) invoca a las mejores musas country rock, en linea J. D. Souther, Gene Clark o Dan Fogelberg. Con exquisito balance eléctrico - acústico en un sonido de cristalina producción. Estrategia que continuará en "Amber Glass" (3'54), en un curioso experimento que suena como si el "Heavy Horses" lo hubiera compuesto Lynyrd Skynyrd. 

"Eye Of The Stygian Witches" (7'39) es un bonito tema con todos los atributos clásicos de Ashbury. Comienza folkie y rompe en puro southern de la mejor añeja factura Skynyrd. Su desarrollo con un cabalgante bajo y deslome guitarrero a la Allen Collins es un eficaz levanta - Stetsons. Terminamos con "All My Memories" (2'06), otro precioso híbrido entre folk inglés, música vaquera y balada sureña de acústico envoltorio e intachable final. Todo en éste álbum resulta magnífico. .......excepto su portada. Parece una tradición de la banda adornarlas con dibujos de jevitron adolescente. Qué cosas.


Ashbury tuvo la fortuna de atrapar una segunda oportunidad, cuando todo estaba ya más que perdido y olvidado. Han sabido aprovecharla en inmensos trabajos que presentan en directo con igual efectividad (ver YT).
Únicos en su género. 
J.J.IGLESIAS 






Notasi te gusta el artículo compártelo (Facebook, Twitter, g+, etc) pulsando en
                                                                                      






que está al final del artículo, de esta forma contribuirás a la continuidad del blog. Gracias

Comentarios

  1. Downer southern rock, lo catalogo yo. Que soy de mucho catalogar y etiquetar.... Cojonudo el nuevo disco y asombroso como mezclan de la manera más sencilla el rollo sureño countrificado de Outlaws con la campiña inglesa. El del 2010 lo mismo. Una de las cosas que más me ha jodido en los últimos tiempos es no poder haber asistido al bolo que dieron en Bilbao The Wizards y Ashbury hace unos meses. Eso es un cartel y no el de Medellín...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si. Con un cartel así hasta yo me quitaba las telarañas de la pereza e iba raudo.

      Eliminar

Publicar un comentario