En los años 60 y 70 más allá de la frontera que separaba a los países del pacto de Varsovia y a los integrantes de la OTAN, era algo más que una simple frontera física. La información que provenía de los países pro-soviéticos era mínima además de controlada y edulcorada en todos los campos, y uno de ellos es el que más nos interesa, la música. Pero además el problema era en ambos sentidos, ni conseguía extenderse hacia la Europa “libre”, ni esta albergaba esperanzas de darse a conocer en los países del bloque rojo. No fue hasta los años 80 cuando con la muerte del Jefe del Estado soviético Leónidas Breznev comenzaron a surgir fisuras que poco a poco fueron fracturando esa férrea muralla entre las dos Europas, y empezó a fluir con ligereza cosas, hechos y vivencias que hasta ese momento eran inimaginables. Aun así muchas bandas que no llegaron a nada o que apenas publicaron, nunca serán reconocidas y nos han ido llegando con cuenta gotas. Las cosas no se hacían como en Europa occid...
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ZAMLA MAMMAZ MANNA - Familjesprickor (1980)
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He de reconocer que el nombrecito del disco se las trae. Tengo que deletrear para escribir el título correctamente. Es curioso que conforme ZMM avanzan en el tiempo su música es más jodidamente complicada.
De todos los trabajos hasta ahora comentados este puede que sea el más interesante en términos de música pura. Aquí ya están muy cerca de Henry Cow, los últimos Egg e incluso Magma. El estilo es a veces bastante más extremo y difícil, pero por otra parte no pierden cierto atisbo melódico y organizado mucho más asequible que los despiadados Henry Cow o Art Zoyd y ya no digamos Univers Zero que a veces hielan la sangre entre lo incomprensible y fúnebre. Juro que lo he intentado con todos ellos y conste que los Henry Cow me gustan bastante por su proximidad al Canterbury, pero en general con otros me ocurre como con el insufrible Schoenberg y con su famosa escuela de Viena o con los aburridos vanguardistas, serialistas y aleatorios de mediados de siglo XX que incluido el último Zappa, son insoportables.
La música de estos suecos es tan impredecible como cabría esperar de un grupo de Rock in Opposition pero no llega a lo inasequible en términos de audición. No han perdido del todo su gusto por lo circense y animado teñido de folk marciano, pero lo mejor de todo es que instrumentalmente han subido mucho el nivel y las composiciones están como mucho más elaboradas. Que haya músicas pesadas no quiere decir que haya que tener miedo a lo complicado: Magma por ejemplo son difíciles y raros, pero están tocados por la gracia divina y por lo fascinante. Sin embargo, la otra cara de lo vanguardista es el aburrimiento y la pesadez y si además al menos no hay algo de humor o sentido del absurdo, asistimos a un velatorio. La música puede ser todo lo difícil que queramos, pero debe tener alguna chispa y algún atractivo. Si le dices esto a un engreído snob contemporáneo te llamará ignorante con toda seguridad. A mí me ha pasado y no es nada extraño ni molesto. Los raritos es un mundo aparte, aunque a decir verdad casi todos los que estamos metidos en la música lo somos de alguna manera. Hay que admitirlo.
Los Zamla han conseguido aquí un disco vigoroso, las críticas lo definen como el mejor y probablemente lo sea. Tanto el guitarrista Eino como el teclas Hollmer hacen diabluras: la estupenda “Smedjan”. El tándem rítmico corre a la par y es que la música se ha acelerado, ha cobrado mayor brillantez y pulso. El trato vocal está más “musical” propiamente dicho. No hay tanto gamberrete de taberna como en otras ocasiones salvo en alguna cosa: “Tralen”. Las referencias a los Mothers más instrumentales también se pueden apreciar. Como curiosidad algunas partes del álbum fueron grabadas en vivo. Un buen disco en una época difícil. De todas formas, a los “opposition” no les afectaban en absoluto las modas y los tiempos. Como debe ser.
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