Grupo formado en Barcelona. Tuvo una vida considerablemente corta, de 1974 a 1979. En términos de estilo, el primer álbum siguió la tendencia del Symphonic Progressive. A partir del segundo álbum se adentró irreversiblemente en el Jazz-Rock/Fusión. Cabe destacar que el guitarrista comenzó su carrera al menos en 1965, tocando en 3 bandas diferentes antes de Iceberg. En el grupo Tapiman, cuyo trabajo desde 1972 contiene Jazz-Rock de calidad. Y Kitflus y amigos hicieron un buen trabajo de Rock Psicodélico-Progresivo en el grupo Proyecto A, con un disco en 1970. Sancho estuvo en el grupo Armada, que sacó un disco en 1972. Sólo Jordi, no sé si tenía alguna experiencia antes de Iceberg. En “Sentiments” todos los músicos son capaces de ofrecer armonías cautivadoras, tanto con sus propios instrumentos como en los diálogos y jams entre ellos. La banda en su conjunto demuestra que no es necesaria una enorme profusión de timbres para diversificar el sonido, basta con hacer un buen uso de un ...
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DRY RIVER - 2038 (2018 / ROCK ESTATAL) (Rockliquias Bandas)
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Ok, mis nietos. Queréis que os cuente cómo era aquello del rock que aparece en vuestras electropedias biorgánicas, (después de la Gran Guerra del 2030, ya no existe la electricidad). Hace 20 años, no todo era tan feliz. Antaño glorias rockeras acababan en "reality shows", un pozo de escoria social fruto de aquella sociedad con valores agonizantes.
Pero entre tanta tristeza y depresión, había una banda......deja que recuerde, Dry River, que en 2014, habían hecho una brillante obra, "Quien Tenga Algo que Decir.....Que calle para siempre". Cuatro años después, les dio por jugar a la máquina del tiempo, recordándose a sí mismos, justo en el tiempo en que ahora estamos nosotros. Qué ilusos. Y creían que las cosas podrían mejorar. Desde el Pacto Tri - Nazional, todo se desmoronó. Pero bueno, os contaré cómo fue aquel "2038". La voz de aquel jovenzuelo intrépido, Ángel Belinchon, se encontraba más segura y rotunda que nunca.
El primer tema, "Perder el Norte" (7'34), -cuánta razón -, iba directo a la yugular del oyente con los atributos clásicos de la banda. Armonización vocal fantástica, cambios instrumentales inesperados, letras trabajadas en cada palabra, y una apuesta entre el pomp rock (del siglo XX) y modern metal prog (del XXI), de fino y perfecto balance.
En "Fundido a Negro" (5'24) casi entraban en el heavy metal clásico, (estilo que disfruté en mi juventud, vaya que sí), pero muy trabajado. Con unas guitarras que recordaban al gran Ronni Le Treko (TNT), y una producción que nada envidiaba a lo hecho fuera de lo que entonces eran nuestras fronteras. La teclistica recordaba a un gran líder del instrumento, Jordán Rudess, y la atmósfera era profesional y sobrada de recursos.
En "Rompelo" (5'18) se decantaban por los dioses del siglo anterior, Deep Purple, en su época con Steve Morse, (infravalorada, pero técnicamente superior). Nuestros chicos se atrevían con todo, y salían airosos de toda empresa musical que se ponían como reto. Qué jodidos, los tíos.
...En "Me Va a Faltar el Aire" (5"27) salía a flote otra de sus grandes pasiones, los legendarios Asfalto. De hecho, nuestros chicos habían cogido magníficamente su estilo, en una especie de homenaje hacia los pioneros madrileños, los cuales todavía gozaban de una estupenda forma. La canción era una preciosa power ballad AOR de tremenda resolución , emocionante y con el sentimiento muy marcado. Un fuerte en Dry River. Y una genialidad.
Todavía existía el sentido del humor, y "Me Pone a Cien" (4'46) incluía elementos disco, soul, metal, corales Queen, funk, jazz a la George Benson, sección de viento, órgano acid jazz, scratching y un feeling de alegre positividad. Toma mejunje bien condimentado.
"Camino" (6'38) se expresaba en términos sinfo metal prog al estilo de bandas como A.C.T. o Robby Valentine, (excelentes, y de influencia clásica Queen). Su parte instrumental era salvajemente arrolladora, y su rítmica, espectacular. Con unos preciosos arreglos barrocos finales.
No era habitual escucharlos por senderos blues, pero "Al Otro Lado"(6'08) (otro guiño a Asfalto?...), conjugaban su estilo con ése género arcaico y maravilloso.
También sorprendían en "Cautivos" (3'29), en una acústica tonada a lo "39" de Queen. El "tour de force" de aquel inolvidable disco era "Pean" (10'41), donde su faceta metal prog se desbocaba en un alarde de ejecución paralela a los más aclamados Dream Theater. Sin perder el carácter Dry River.
"Con la Música a Otra Parte" (4'41) ponía fin con aquella óptima disposición y buen rollo, hoy olvidado, y que tan bien transmitía aquel grupo, de lo mejor de entonces.
"Pero abuelo, acabas de arreglar la Máquina Inverso - Temporal....qué hacemos aquí? " Os he contado todo esto porque había que poneros al corriente. Que le den morcilla al 2038 y su Pacto Tri - Nazional de oscurantismo.
Volvamos al 2018, a disfrutar de "Drai Riva", y a intentar arreglar éste desaguisado. Seguro que ellos ya están haciendo un mundo mucho mejor por su cuenta.
Un aplauso!. Me ha gustado mucho tu reseña. Ciencia ficción divertida.
ResponderEliminar¡Qué preciosidad de artículo! ¡Bravo!
ResponderEliminarGracias a todos. Los buenos discos siempre inspiran !!!
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