Nació en Essex a las afueras de Londres y comenzó sus estudios en 1969 en Canterbury, ámbito de una corriente muy fuerte surgida dentro de la atmósfera del rock progresivo que se profesaba con tanto empuje en las islas británicas. Allí trabaría buena amistad con bandas locales como fueron CARAVAN y SPIROGIRA, que tanto darían que hablar en la década siguiente. Tras acumular gran cantidad de material propio, hasta el punto de que podría grabar un álbum con él, los amigos de Caravan le pusieron en contacto con su mánager Terry King. Ese contacto hizo que firmase rápidamente por el sello DERAM, y poco después fundaría su grupo, KHAN, del que ya escribí hace mucho tiempo una reseña. Su equipo estaría integrado por miembros de otras formaciones interesantes del momento (Cold Cuts). Por desavenencias de todo tipo entre los miembros, la salida de algunos y la coyuntura que no gozaba de estabilidad clara, se pone punto y final al combo, terminando la existencia con un solo LP lanzad...
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SIMON SAYS - Paradise Square (2002)
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En siete años de diferencia con el anterior trabajo la mitad de la banda cambia: Jonas Hallberg es el nuevo guitarrista y Mattias Jarlhed se encarga de las baquetas. El estilo no ha cambiado en ningún caso y sigue centrado en el prog clásico, más si cabe que en el anterior.
Por entonces una especie de asociación progresiva afincada en Finlandia comienza a editar a través del sello francés Musea, una serie de álbumes temáticos con el nombre de Colossus Projects. Una ambiciosa empresa que contaría con colaboraciones de grupos internacionales, algunos bastante reconocidos. Cada álbum, a veces triples y cuádruples, se dedicaba a temas históricos o legendarios, epopeyas mitológicas y obras literarias y de cine clásicas famosas. De tal forma que cada banda que colaboraba en cada proyecto aportaba una composición. Simon Says colaboraron en algunos de éstos proyectos y en algunos casos con largas suites como en el caso del triple CD “Odyssey” con la pieza “Minds of mortal men” de nada menos 25 mtos de duración. La producción de este disco “Paradise square” es muy superior al anterior al igual que las composiciones. Si ya nos hemos acostumbrado a la voz tan particular de Daniel Fäldt, este trabajo nos va a deleitar con sinfonismos que en parte siguen en el espíritu genesiano de mediados los 70´s pero como ya dije en la semana anterior, con bastante personalidad propia y una argumentación mucho más abierta hacia otros territorios prog.
“And Way The Water” se inicia con voz a pelo pero pronto se convierte en un animado paseo de diversas transfusiones estructurales vía Gentle-Genesis-Yes que pasa casi sin enterarte. “Paradise Square” es una de las largas composiciones con casi 14 mtos, algo al estilo Hackett en la rítmica y la melodía y también algo parecido a los primeros discos en solitario de Rutherford y Banks antes de que la música fácil y barata contaminasen sus mentes y la avaricia del dinero fácil. Es una pieza de sinfónico a la british apacible y de cadencia cautivadora. Hacia el mto 7 la cosa cambia y empiezan a jugar con ambientes instrumentales más oscuros y opresivos que no renuncian a las cuadraturas rítmicas complejas ni tampoco a pasajes de guitarra clásica y piano.
En “Striking out a single note…” se encuentra otros 11 mtos en una temática similar: el órgano golpeando a la Banks y dejando que la guitarra solista y el melotrón hagan su trabajo, mientras los ritmos a contratiempo ya familiares a nosotros y quizás un poco a los It Bites, con algunas variaciones caprichosas y peculiares ya típicas en los Simon Says, te recuerden que esto es rock sinfónico del de antes, por si alguno se olvidaba de ello.
“Fly in a bottle” es una reposada canción con algún eco pastoral de música antigua y bastante de teatralidad y drama a ratos, melotrón en ristre y sintetizador ardiente definiendo el final. Nada mal.
“Darkfall” es un breve puente con sonidos de sitar para que otra suite: “White Glove” de 15 minutillos de nada nos rodee de acústicas, melotrón piano y órgano, recordando de nuevo las bonitas melodías y arpegiados de siempre que todo amante de este tipo de música llevamos dentro… muy cerca de la “cena preparada” o el Cinema Show, es cierto pero con sus ricas referencias al resto de maestros y detalles de cosecha propia realmente sorprendentes. Todo nos es completamente familiar y amable para tocar la fibra prog en su punto exacto y como no nos molesta en absoluto sino todo lo contrario, nos dejamos querer sin ningún problema y con final feliz.
La preciosa “Aftermath” cierra con elegancia un álbum maravilloso que supera los 60 minutos y nos deja un sensacional sabor de boca y la demostración palpable de unos músicos excelentes, que dosifican las sensaciones y no aburren en ningún momento - aunque otros dirán lo contrario naturalmente - por la buena disposición, empleo y desarrollo de las composiciones. Es una suerte para nosotros que se graben cosas así.
Alberto Torró
Temas
1. And By The Water (4:45)
2. Paradise Square (13:42)
3. Striking Out A Single Note For Love (11:08)
4. Fly In A Bottle (5:48)
5. Darkfall (2:35)
6. White Glove (15:26)
7. Aftermath (10:02)
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