Procedentes de las enigmáticas tierras de Malmo, Suecia, el dúo formado por Marleen Nilsson y Anders Hansson en 2007 lo tenían muy claro. Querían recrear el ambiente único, a veces terrorífico, a veces kitsch, de los soundtracks 60s y 70s. Con un condimento lounge, kraut, avant, freak moog, muzak o exótica. Dependiendo de las circunstancias. Y a ello se lanzaron decididos con un obligado equipo de vintage naturaleza como exigencia autoimpuesta. Vibrafonos, Farfisas y órganos de todo pelaje, mellotron, tremolo-guitar y moog, en especial predilección.
Pronto se uniría un tercer miembro, Magnus Bodin. Y los discos. " Hands in the Dark, Kalligrammofon" (2012), "Vampyr" (2013), "To Where the Wild Things Are" (2015) y "The Tenant" (2018). Aderezado con un puñado de EPs y singles de instantáneo atractivo coleccionista.
"The Tenant" (1976) fue la tercera película en la llamada "trilogía del apartamento", de Roman Polanski. Las otras dos fueron "Repulsion" (1965) y "Rosemary's Baby" (1968). La cuestión era regrabar una banda sonora alternativa bajo el prisma retorcido de Death & Vanilla. Eso es lo que ocurrió en directo, en el Cinemascore Festival 2015 de Castellón, sí, en España. Ya habían hecho algo similar con el clásico de horror, "Vampyr" (1932), para el Lund Fantastik Film Festival.
"The Tenant" versión Death & Vanilla nada tiene que ver con el original score de Philippe Sarde. Desde el comienzo, con la intro de "Le Loctaire", comprobamos que el Radiophonic Workshop británico tiene una fuerte influencia en sus oníricos planteamientos.
"Zy and Choule" es una ensoñadora pieza kraut perfecta para un repertorio de Moebius / Roedelius, con predominio de flotante órgano. "Church Music" no representa en nada a su título, un misterioso lounge krauterizado, que casi suena a Popol Vuh. "Walls Have Teeth" pone de manifiesto otra de sus fuentes inspiradoras, el inquietante y turbador romanticismo de Angelo Badalamenti. Esto quedaría en "Twin Peaks" a la perfección. Casi puedo ver al enano cabrón bailando entre cortinas de terciopelo rojo....
"Labyrinthe" exprime drone - loops con astutos resultados.
"Mouvement Panique" viene enlazada, ahora con redobles de batería casi jazz, entre languidos soundscapes en tinieblas. Otra delicatessen sonora es "Free Design Kung-Fu", que se sitúa entre la semioscuridad del "Meddle" y la ácida (falsa) claridad de Terry Riley." Do you Have Any Trouble" se ajusta al modelo suspense con fidelidad 70s.
"If You cut off my head..." acata reiteración evolutiva extraída de los dictados de Philip Glass. "Dioz Delirium" muestra dramático mellotron a la Froese, persiguiendo con éxito la sinopsis del film : El deterioro mental que sufre un hombre cuando alquila el apartamento de un suicida. En cierto modo, corregido y (muy) aumentado, lo mismo que ocurre en la irreprochable y favorita personal, "Session 9", ( incluida una fuerte carga de "The Shining"). Donde la música, (junto al imponente manicomio en ruinas), eran las verdaderas protagonistas. No estaría nada mal que Death & Vanilla recreara la música de esa peli. A ver qué les sugería. ...Aunque reconozco que lo hecho por Clímax Golden Twins ya era, de hecho, más que suficiente.
"The Tenant" sigue su transcurso con extraordinaria efectividad psicológica. Son cortas piezas para escenas determinadas, pero todo encaja con facilidad y lógica, dentro de un mundo kafkiano y pesadillesco.
Death & Vanilla saben lo que se hacen con esos mimbres, y el resultado final convence de sobras. Quiero más.
J.J. IGLESIAS
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