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Panna Fredda - Uno (1971)

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 Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...

THE TANGENT- L´Ètagère Du Travail (fan club 2013)

Este perfecto compañero de “Le Sacré Du Travail” con sus 77 mtos de duración podría haber formado parte de un impresionante doble cd o un cuádruple vinilo en toda regla. Yo doy ideas de futuro por si un día este fantástico grupo pasa a ser una leyenda entre los grandes del género. Pero como en el caso de otros muchos de hoy que respetan y tocan el rock progresivo-sinfónico clásico, me temo que se quedarán en el círculo privado de los cuatro frikis que emocionalmente en el aspecto musical (solo en ese apunto) nos quedamos en los 70´s. 


The Tangent han nacido en época equivocada y lo peor del caso es que quienes lo escuchamos también estamos en un mundo que ya no nos representa (y no solo en el aspecto político) Es como si culturalmente ya no existiésemos, como espectros fuera de tiempo y de lugar. Es una sensación entre extraña y curiosa como la que debe de experimentar una persona que ha pasado de los 80 años y observa que su mundo ya no existe. Que todo lo que conocía ha muerto. Algo parecido nos pasa a los que nos gusta la música de verdad. Ahí sí que los prog lovers  somos “una rara forma de especie auto-protegida” aún no extintos y encima para más inri orgullosos de serlo. A ver si alguien crea el “Dia del Orgullo Prog” y nos decojonamos todos.                                                           

 “L´Ètagère du Travail” lo forman dos bloques diferenciados. Por una parte cinco temas inéditos que quedaron al margen del disco en estudio y otros cinco que son revisitaciones o versiones alternativas de temas conocidos de la banda. El line-up lo conforman diez músicos, casi todos componentes presentes y pasados de la tangente. 


En la parte inédita se abre el trabajo con una pieza llamada “Monsanto” de entrecortado ritmo de funk-rock-prog-fusion con los enloquecidos solos de Tillison desdoblándose en diferentes teclados y dejando claro su poderío. 

En "Lost In Ledston” vuelve a mimar las cadencias típicas a la Camel/Caravan/Hatfield  y nos deja a todos contentos como debe ser en uno de sus buenos números que podría pertenecer a cualquiera de sus discos. 

La sorpresa viene con “The Iron Crows” en una irreconocible y algo agresiva, pero efectiva inspiración en la obra de Claude Debussy “El Mar”. Puro prog sinfónico en complejas y retorcidas articulaciones impresionistas.  Hacia mitad del tema lo llevan a un elegante jazz plagado de pasajes misteriosos que el moog se encarga de resaltar hasta perderse en un clasicismo futurista  cargado de recursos sonoros. Aunque Luke Machin está por las esquinas y aristas dando guerra como siempre, el peso compositivo de aderezo teclístico es exhaustivo y fascinante. 

En “Build a New House  With The Lego” la sombra emersoniana desenvaina de nuevo y el hammond manda contestado por un moog desafiante que lo acapara todo. 




Tremenda pieza. “Supper´s Off” cierra el primer bloque a la Genesis-Marillion (Fish) al principio y fin sin despeinarse,  y para coquetear a la Canterbury a ratos. 

La segunda parte se inicia con “Dansant Das Paris” es decir no se han perdido del todo en la capital gala y han encontrado a Barry White y la disco travoltera. Divertida versión del original que evita ser excesivamente hortera y tiende a lo encantador. Caprichos Tillison a su servicio. 

“Steve Wright In The Afternoon” es otra sofisticada versión de copa nocturna y señorita elegante y cara. El moog y las formas me recuerdan mucho a Manfred Mann. 



Tras una breve pieza pianística al más puro recuerdo modernista entramos en “The Ethernet” en una versión bastante diferente a la original y cantada por el propio Jakko Jakszyk que tiene bastante mejor voz que Andy aunque menos personal. Es una versión menos recargada  y suena algo popera…pero bueno. 

Cierra el asunto la siempre recurrente “Canterbury Sequence” y me ha salido un pareado. Esta vez la tocan en directo en algún garito  en los USA y con alguna ligera variante. Un disco a tener, tan bueno como los demás.

Aquí terminamos con los Tangent y su discografía. La semana próxima… hummm me tengo que pensar con quien iniciamos la siguiente andadura pero seguro que será algo bueno.
Alberto Torró









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