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Rick Wakeman – The Burning (1981)

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 En 1981, Rick Wakeman —el mago de las teclas de Yes y arquitecto sonoro de álbumes conceptuales colosales— se apartó momentáneamente de los reinos progresivos y bajó al bosque oscuro del cine de terror. The Burning, un slasher temprano de la era dorada del género, necesitaba más que gritos y sangre falsa: necesitaba atmósfera, tensión, ese pulso invisible que hace que la audiencia sienta que algo se arrastra detrás de ellos. Wakeman, siempre inquieto, tomó el proyecto como un laboratorio sonoro. Grabó la banda sonora en su propio estudio, usando un arsenal de sintetizadores analógicos, efectos de percusión y capas minimalistas que parecían respirar. Lo que logró fue más que música: fue una selva de sonidos metálicos y notas disonantes que se entrelazan como ramas. Cada crescendo, cada vibración de sintetizador, construye la sensación de aislamiento y peligro, convirtiendo al bosque en un personaje más. Para un público que esperaba otro clon de Friday the 13th, The Burning ofreció ...

ISILDURS BANE - Sagan om den Irländska Algen (1984)

Este fue siguiente paso y en realidad se considera su primer LP oficial ya que la edición del anterior solo existía en casete y solo con la llegada del cd ambos compartieron edición.


 Musicalmente es una continuación del anterior, aunque lógicamente gana en cuerpo y algo más de fuerza. Por ahí aparecen guiños a Camel, Genesis, incluso Jethro Tull y al igual que en el otro aparecen lindas partes cantadas pero solo hasta aquí, ya que a partir del siguiente álbum, Isildurs se convertirán en una banda completamente instrumental. En este  “Irländska Algen” los vuelos melódicos serán constantes entre la flauta, la guitarra y los teclados variados de Mats Johansson. Aparecen el vibes, el xilófono y el glockenspiel que  van a enriquecer notablemente las composiciones y a tal efecto las percusiones afinadas tomaran preponderancia en muchos de sus trabajos como veremos más adelante.


 El disco sigue en esa línea “bonita” con pasajes que me recuerdan un poco a los noruegos Kerrs Pink. Piezas como “Overtyr” con su sinfónico comienzo camelero y gentil disposición de teclados juguetones. “Saga  Eller Verklighet” con su pastoral e inocente transcurrir y chica vaporosa a las voces lejanas, flotando entre musgos verdes. “Ove P” deshaciéndose en detalles y delicadezas a la génesis voz incluida, “Sex Minuter” con descriptivas situaciones sigue en la misma línea instrumental y ya empiezan a aparecer variaciones estupendas que iremos descubriendo en el camino de su discografía.  “Vilja Art Leva” vuelve a los caminos pastoriles folkies y “Evighetens Visdom”  recopila el sentimiento expuesto a lo largo de todo este trayecto en un emotivo final sinfónico. Los seis cortes forman un todo a modo de suite en torno a 28 mtos.


 Las piezas restantes “Marlboro Blues” (es lo que debían fumar mientras tanto) y “Fredik” ya prefiguran los siguientes discos en una música placenteramente sorda a una época como los 80´s a la que ellos fueron absolutamente inmunes afortunadamente para nosotros.  Hasta ahora son discos relativamente cortos. Pero más vale poco y bueno que largas y aburridas épicas “transatlánticas” y a buen entendedor…pues eso.
Alberto Torró






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