En 1981, Rick Wakeman —el mago de las teclas de Yes y arquitecto sonoro de álbumes conceptuales colosales— se apartó momentáneamente de los reinos progresivos y bajó al bosque oscuro del cine de terror. The Burning, un slasher temprano de la era dorada del género, necesitaba más que gritos y sangre falsa: necesitaba atmósfera, tensión, ese pulso invisible que hace que la audiencia sienta que algo se arrastra detrás de ellos. Wakeman, siempre inquieto, tomó el proyecto como un laboratorio sonoro. Grabó la banda sonora en su propio estudio, usando un arsenal de sintetizadores analógicos, efectos de percusión y capas minimalistas que parecían respirar. Lo que logró fue más que música: fue una selva de sonidos metálicos y notas disonantes que se entrelazan como ramas. Cada crescendo, cada vibración de sintetizador, construye la sensación de aislamiento y peligro, convirtiendo al bosque en un personaje más. Para un público que esperaba otro clon de Friday the 13th, The Burning ofreció ...
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GERT EMMENS - Last Alien (2016 / GROOVE UNLIMITED)
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Holanda es un país muy fértil en sintetistas de nueva hornada. Y cuando digo "nueva hornada", me remonto al post-boom 70's de la Berlín School o su búnker electrónico en Francia. Uno de ellos es Gert Emmens, un batería (y van....) que comenzó en bandas a finales de los 60, pero no debutaría como pulpo sintético hasta 1995, con "Light the Light". Desde entonces, una veintena de álbumes avalan su intachable, pero por desgracia poco reconocido trabajo. Bien en solitario o con su amigo Ruud Heij (Free System Project), su carrera está llena de fascinantes momentos electrónicos. Evidencia una predisposición por la clásica Escuela de Berlín. Pero como buen holandés, se deja llevar por melodías diafanas y a veces positivas. Una marca de los teclistas holandeses. Ron Boots, Bas Broekhuij o Michel Van Osenbruggen, entre ellos.
Esa riqueza melódica puede deberse a sus autoconfesadas influencias : Ashra, Ennio Morricone, Vangelis, Manfred Mann o incluso Génesis. "Last Alien" (2016) ya tiene continuador en el recién estrenado "Stories from Floating Worlds" (2017).
Pero hoy nos centraremos en el del año pasado.
Compuesto de cinco largas partes a modo de conceptual historia que tú mismo puedes montar. La primera de éstas (12'06) tiene una oscura intro que nos sumerge en nuestra propia película. A partir del minuto tres alza el vuelo la nave impulsada por sus cohetes-secuenciadores. Emmens es un maestro en su manejo, dominio evidente que le viene dado de su antiguo kit percusivo. Elemento que también introduce en la trama, llevándonos a territorios Schulze/Grosskopf con facilidad. Más aún. Su escultura melódica puede rivalizar con los mejores TD de "Tangram", "Exit", "Hyperborea" o "Poland", pero con su propio estilo. Un verdadero monstruo de la retro-kosmische, este hombre.
Muy flotante se presenta la "Part 2" (11'50), siempre con el pulsante hilo conductor secuenciado. El vuelo mental está garantizado. Su melódica sonora, (muy basada en sonidos ARP), guarda un fuerte sabor Jarre, sin llegar a pautas comerciales. Muy agradable en su recta final acuosa.
No digo que Hans Zimmer no esté cualificado, pero oyendo "Part 3" (15'10), a un servidor le parece que un tipo como Emmens hubiera hecho maravillas (y más barato) en la nueva secuela de "Blade Runner". Fuerte pulso secuencial, pinceladas de guitarra delay y platos en etérea gravitacional. Ésta parte es uno de los momentos totales del álbum. Podría venir firmado por uno de los mejores trabajos de Ashra. Con irreprochable sentido místico, cósmico y afortunadamente, atemporal. Una exquisitez para finos paladares.
"Part 4" (11'05) nos devuelve, con experimentaciones nada gratuitas, al Emmens más "tangerino" de primeros 80. Ya sabes, melodía simple pero inteligente en simbiótica secuencial predominante. Y un ligero gusto por sinfonizar pasajes de lo más filmico. Definitivamente éste teclista lo hubiera hecho genial en "Blade Runner 2049".
La magia no se pierde en la final "Part 5" (10'29), donde aparecen hasta capas vintage de organo de cuerdas Logan (o similar). Ofreciendo una total convicción retro que, en el caso de la electrónica tratada por Emmens, no suena para nada rancia y sí a obras maestras rescatadas de un tiempo pasado. Suena anticuada una pieza contemporanea de 1920? Suena pasado "Ricochet" o "Moondawn"? NO. SUENAN A CLASICOS. Que es justo a lo que suena, (o sonará a no tardar), "Last Alien". Una joya de la audio-sci fi a la que debes enfrentarte. Palabra de replicante malo.
J.J. IGLESIAS
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