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Arthur Brown Vincent Crane – Faster Than The Speed Of Light (1979)

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 Hubo un momento en el tiempo en que el Hammond rugía como un dios herido y las voces parecían invocar tormentas eléctricas desde el más allá. Era el año 1979, y mientras muchos daban por muerto al rock progresivo, dos espíritus indomables se cruzaron en el umbral de lo improbable: Vincent Crane, el arquitecto del abismo sonoro, y Arthur Brown, el chamán teatral de la psicodelia. Lo que surgió de aquel encuentro no fue un simple disco...Fue un último hechizo, una despedida cargada de fuego, lirismo y gravedad. Corría el año 1979. El punk había pateado las puertas del rock con botas sucias y desprecio por el virtuosismo. El progresivo, herido y exiliado, se deshacía en mutaciones barrocas o caía al silencio. Muchos creían que los brujos de la psicodelia ya estaban gastados, encerrados en discos polvorientos. Pero el fuego no se apaga así de fácil, no cuando quedan brasas vivas como Vincent Crane y Arthur Brown, dos de las mentes más inquietas, teatrales y delirantes que nos dejó la ...

Yezda Urfa – Boris (1975)

 Aunque la música de Yezda Urfa suele describirse como una mezcla entre Yes y Gentle Giant, el álbum Boris va más allá de estas influencias obvias, creando, en cierto modo, una línea musical que presenta frescura. Es innegable que la banda incorpora la complejidad rítmica y los elaborados riffs de Yes , así como la diversidad ecléctica de Gentle Giant . Sin embargo, en ocasiones la banda también  revela su propia identidad, mostrando una gran interacción entre los músicos en un viaje progresivo frenético y vertiginoso.



El álbum comienza con « Boris And His 3 Verses, including Flow Guides Aren't My Bag» , un tema que abre con un sonido que recuerda a la escena psicodélica de San Francisco de la segunda mitad de los 60, evocando a bandas como Jefferson Airplane y The Mamas and the Papas. A medida que avanza la canción, gana energía con baterías potentes y teclados vibrantes, que recuerdan la dinámica entre Carl Palmer y Keith Emerson. La pista también ofrece hermosos momentos de guitarra acústica, dando como resultado una pieza musical impactante y emotiva.

La segunda canción, "Texas Armadillo", trae una incursión inesperada en el bluegrass, con batería y bajo que anclan muy bien la canción, agregando una nueva dimensión al álbum y mostrando la versatilidad de la banda.  "3, Almost 4, 6 Yea" es una composición que mezcla elementos de Emerson, Lake & Palmer y Yes, creando una canción rica y multifacética. La pista está adornada por flautas perfectamente ajustadas y, en ciertos momentos, adopta un sonido más clásico al estilo de Focus . Con una estructura compleja y muchos matices, la canción es un ejemplo de cómo los integrantes de la banda dominan su arte, construyendo una pieza de belleza y sofisticación.

“Tuta In The Moya & Tyreczimmage” es, para muchos, el momento más destacado del álbum. La canción combina una hermosa mandolina, impactantes guitarras eléctricas, líneas de bajo fenomenales, baterías emocionantes, sintetizadores que crean una atmósfera impresionante y un interludio con flauta y sublimes armonías vocales. Todo esto se realiza a un ritmo virtuoso, y cada miembro de la banda demuestra habilidades técnicas impresionantes. La melodía es agradable y bien controlada, lo que hace de esta pista un verdadero punto culminante dentro del álbum.

"Three Tons Of Fresh Thyroid Glands" es una celebración del rock progresivo en su forma más pura, con virtuosismo, tempos inusuales, instrumentos al unísono y cambios de tempo que mantienen al oyente alerta. La canción también destaca por sus complejas armonías vocales y grandes momentos acústicos, lo que la convierte en una canción edificante. 

 " The Basis of Dubenglazy (While Dirk Does the Dance)" es un bonus track, publicado en el relanzamiento del álbum en 2004. Esta canción tiene un sonido familiar para los fans de Yes , especialmente de  The Yes Album. La guitarra, el bajo e incluso la voz recuerdan a la banda inglesa, con momentos vocales que también evocan a Gentle Giant . Aunque esta canción tiene menos personalidad propia en comparación con las demás, sigue siendo una buena adición al álbum.



Al final, Boris es un buen álbum de rock progresivo, con una gran actuación de todos los involucrados. Si bien no es una obra maestra, debido a las influencias claras y a veces imitativas, el álbum brilla en los momentos de sus contribuciones únicas y originalidad, lo que lo convierte en un disco especial. 

Tiago Meneses



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