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COSMIC DEBRIS - 3.7K (1980/ Non Compos Mentis)

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 Por si no teníamos bastante basura en éste planeta, resulta que la humanidad y su "progreso" está dejando los alrededores espaciales hechos un estercolero cósmico. Lo puto peor.  Así que adecuadamente, Cosmic Debris fue el nombre elegido por ésta banda para denunciar la guarrería espacial. Tras estrenarse sin ningún tipo de aspiración  en 1976, en el Friends Records Jazz Festival. Allí Richard Bugg y Carl Grant improvisaron "Piece One", en 20 minutos de electrónica libre que entusiasmaron a la audiencia. Así se animan, y es el comienzo de una carrera que durará hasta primeros 80. En 1980 sale el primer álbum de Cosmic Debris, "3.7K", en el que permanece Richard Bugg (ARP 2600, Moog 15b, E-mu Modulos y flauta). Además de Joel Young (batería,  percusión)y , para sorpresa de todos, Shawn Phillips (guitarra, guitar-synth). Éste último procedente de la escena folk rock, aunque siempre estuvo interesado en la vanguardia y el prog. Valga su álbum "Furthermo...

Yezda Urfa – Boris (1975)

 Aunque la música de Yezda Urfa suele describirse como una mezcla entre Yes y Gentle Giant, el álbum Boris va más allá de estas influencias obvias, creando, en cierto modo, una línea musical que presenta frescura. Es innegable que la banda incorpora la complejidad rítmica y los elaborados riffs de Yes , así como la diversidad ecléctica de Gentle Giant . Sin embargo, en ocasiones la banda también  revela su propia identidad, mostrando una gran interacción entre los músicos en un viaje progresivo frenético y vertiginoso.



El álbum comienza con « Boris And His 3 Verses, including Flow Guides Aren't My Bag» , un tema que abre con un sonido que recuerda a la escena psicodélica de San Francisco de la segunda mitad de los 60, evocando a bandas como Jefferson Airplane y The Mamas and the Papas. A medida que avanza la canción, gana energía con baterías potentes y teclados vibrantes, que recuerdan la dinámica entre Carl Palmer y Keith Emerson. La pista también ofrece hermosos momentos de guitarra acústica, dando como resultado una pieza musical impactante y emotiva.

La segunda canción, "Texas Armadillo", trae una incursión inesperada en el bluegrass, con batería y bajo que anclan muy bien la canción, agregando una nueva dimensión al álbum y mostrando la versatilidad de la banda.  "3, Almost 4, 6 Yea" es una composición que mezcla elementos de Emerson, Lake & Palmer y Yes, creando una canción rica y multifacética. La pista está adornada por flautas perfectamente ajustadas y, en ciertos momentos, adopta un sonido más clásico al estilo de Focus . Con una estructura compleja y muchos matices, la canción es un ejemplo de cómo los integrantes de la banda dominan su arte, construyendo una pieza de belleza y sofisticación.

“Tuta In The Moya & Tyreczimmage” es, para muchos, el momento más destacado del álbum. La canción combina una hermosa mandolina, impactantes guitarras eléctricas, líneas de bajo fenomenales, baterías emocionantes, sintetizadores que crean una atmósfera impresionante y un interludio con flauta y sublimes armonías vocales. Todo esto se realiza a un ritmo virtuoso, y cada miembro de la banda demuestra habilidades técnicas impresionantes. La melodía es agradable y bien controlada, lo que hace de esta pista un verdadero punto culminante dentro del álbum.

"Three Tons Of Fresh Thyroid Glands" es una celebración del rock progresivo en su forma más pura, con virtuosismo, tempos inusuales, instrumentos al unísono y cambios de tempo que mantienen al oyente alerta. La canción también destaca por sus complejas armonías vocales y grandes momentos acústicos, lo que la convierte en una canción edificante. 

 " The Basis of Dubenglazy (While Dirk Does the Dance)" es un bonus track, publicado en el relanzamiento del álbum en 2004. Esta canción tiene un sonido familiar para los fans de Yes , especialmente de  The Yes Album. La guitarra, el bajo e incluso la voz recuerdan a la banda inglesa, con momentos vocales que también evocan a Gentle Giant . Aunque esta canción tiene menos personalidad propia en comparación con las demás, sigue siendo una buena adición al álbum.



Al final, Boris es un buen álbum de rock progresivo, con una gran actuación de todos los involucrados. Si bien no es una obra maestra, debido a las influencias claras y a veces imitativas, el álbum brilla en los momentos de sus contribuciones únicas y originalidad, lo que lo convierte en un disco especial. 

Tiago Meneses



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