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STEVE HILLAGE – Open (1979)

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 Nació en Essex a las afueras de Londres y comenzó sus estudios en 1969 en Canterbury, ámbito de una corriente muy fuerte surgida dentro de la atmósfera del rock progresivo que se profesaba con tanto empuje en las islas británicas. Allí trabaría buena amistad con bandas locales como fueron CARAVAN y SPIROGIRA, que tanto darían que hablar en la década siguiente.  Tras acumular gran cantidad de material propio, hasta el punto de que podría grabar un álbum con él, los amigos de Caravan le pusieron en contacto con su mánager Terry King. Ese contacto hizo que firmase rápidamente por el sello DERAM, y poco después fundaría su grupo, KHAN, del que ya escribí hace mucho tiempo una reseña. Su equipo estaría integrado por miembros de otras formaciones interesantes del momento (Cold Cuts). Por desavenencias de todo tipo entre los miembros, la salida de algunos y la coyuntura que no gozaba de estabilidad clara, se pone punto y final al combo, terminando la existencia con un solo LP lanzad...

Yezda Urfa – Boris (1975)

 Aunque la música de Yezda Urfa suele describirse como una mezcla entre Yes y Gentle Giant, el álbum Boris va más allá de estas influencias obvias, creando, en cierto modo, una línea musical que presenta frescura. Es innegable que la banda incorpora la complejidad rítmica y los elaborados riffs de Yes , así como la diversidad ecléctica de Gentle Giant . Sin embargo, en ocasiones la banda también  revela su propia identidad, mostrando una gran interacción entre los músicos en un viaje progresivo frenético y vertiginoso.



El álbum comienza con « Boris And His 3 Verses, including Flow Guides Aren't My Bag» , un tema que abre con un sonido que recuerda a la escena psicodélica de San Francisco de la segunda mitad de los 60, evocando a bandas como Jefferson Airplane y The Mamas and the Papas. A medida que avanza la canción, gana energía con baterías potentes y teclados vibrantes, que recuerdan la dinámica entre Carl Palmer y Keith Emerson. La pista también ofrece hermosos momentos de guitarra acústica, dando como resultado una pieza musical impactante y emotiva.

La segunda canción, "Texas Armadillo", trae una incursión inesperada en el bluegrass, con batería y bajo que anclan muy bien la canción, agregando una nueva dimensión al álbum y mostrando la versatilidad de la banda.  "3, Almost 4, 6 Yea" es una composición que mezcla elementos de Emerson, Lake & Palmer y Yes, creando una canción rica y multifacética. La pista está adornada por flautas perfectamente ajustadas y, en ciertos momentos, adopta un sonido más clásico al estilo de Focus . Con una estructura compleja y muchos matices, la canción es un ejemplo de cómo los integrantes de la banda dominan su arte, construyendo una pieza de belleza y sofisticación.

“Tuta In The Moya & Tyreczimmage” es, para muchos, el momento más destacado del álbum. La canción combina una hermosa mandolina, impactantes guitarras eléctricas, líneas de bajo fenomenales, baterías emocionantes, sintetizadores que crean una atmósfera impresionante y un interludio con flauta y sublimes armonías vocales. Todo esto se realiza a un ritmo virtuoso, y cada miembro de la banda demuestra habilidades técnicas impresionantes. La melodía es agradable y bien controlada, lo que hace de esta pista un verdadero punto culminante dentro del álbum.

"Three Tons Of Fresh Thyroid Glands" es una celebración del rock progresivo en su forma más pura, con virtuosismo, tempos inusuales, instrumentos al unísono y cambios de tempo que mantienen al oyente alerta. La canción también destaca por sus complejas armonías vocales y grandes momentos acústicos, lo que la convierte en una canción edificante. 

 " The Basis of Dubenglazy (While Dirk Does the Dance)" es un bonus track, publicado en el relanzamiento del álbum en 2004. Esta canción tiene un sonido familiar para los fans de Yes , especialmente de  The Yes Album. La guitarra, el bajo e incluso la voz recuerdan a la banda inglesa, con momentos vocales que también evocan a Gentle Giant . Aunque esta canción tiene menos personalidad propia en comparación con las demás, sigue siendo una buena adición al álbum.



Al final, Boris es un buen álbum de rock progresivo, con una gran actuación de todos los involucrados. Si bien no es una obra maestra, debido a las influencias claras y a veces imitativas, el álbum brilla en los momentos de sus contribuciones únicas y originalidad, lo que lo convierte en un disco especial. 

Tiago Meneses



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