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Panna Fredda - Uno (1971)

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 Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...

ARAKONTIS - Live at the Quasimodo (1981 / Blackbird)

 El jazz rock instrumental de los 70 tenía un algo que lo distinguía claramente del de décadas posteriores. Iba a decir que un "je ne sais quoi", pero sí que lo sé. Estaba siendo creado bajo una capa temporal dominada por la prog music. Y así salían las perlas que salían. 



Los desconocidos Arakontis comenzaron en Berlín,  en 1975. Pero parece que éste único disco (que yo sepa), ya salió un poco a desmano del boom jazz prog. Aunque a ellos les da igual. Fue grabado en vivo en la Sala Quasimodo, una Nochevieja berlinesa de 1981. Y estuvieron sembraos. O les metieron mandanga Premium en los turrones.

Gérard Batrya (bajo), Lutz Halfter (batería), Andreas Hommelsheim (teclados), Michael  (Willy) Wilke (guitarra solista) y Dieter Anker (guitarra rítmica). Aún con el importante apoyo percusivo de Michael Tybus y Tommy Goldschmidt. Éste último el único al que sitúo con destacado C. V. Ex-Release Music Orchestra, Karthago y Guru Guru.

Ésa circunstancia temporal que señalaba al comienzo, hizo que muchas de éstas excelentes bandas sonaran similares sin conocerse. Aún estando geográficamente muy alejadas.

Así, la inicial "Mr G. B." (4'37) podrían ser nuestros Pegasus sin problema. El nivel técnico va parejo. Y la fluidez mediterránea es parecida. Los "soleaos" de Wilke al mástil recuerdan a Max Suñé. O el bajista a Rafa Escoté. Ídem de ídem con Arisa o Kitflus. Éstos eran los primicos alemanes.

Ahora con la sección percusiva a pleno cohete, "Brasilia" (7'12) entra en otros vericuetos que a priori se antojan cuasi californianos, Larry Carlton en mente. Aunque una vez ya en materia, tornan mucho más rockeros. Janne Schaffer o la misma Tommy Bolin Band serían una buena orientación. Con un muro rítmico que ni el de "Apocalipsis Z".

"Dream On" (6'43) toma la elegancia melódica holandesa como estandarte. Y esto suena Focus que da gusto. Podría ser Scope, Solution, Bonfire, Finch....pero es que es una pieza Thijs Van Leer total. El bajista destaca sobremanera aquí,  contestado por una guitarra sabedora de que existe Jan Akkerman. Con ése feel nostálgico característico,  lleno de otoñal languidez. Maravilla. 

Damos la vuelta al vinilo para encontrarnos con "I don't know" (5'38), precioso teclado mediante. Podría estar en el "Babel" / "Jocs Privats" de Max Suñé. O en la última etapa de Iceberg. A ése nivel iban las apuestas.

"Piano Solo" (3'49) ya dice lo que hay. Momento reflexivo al Rhodes con reminiscencias Jarrett. Efectos percusivos adornan. Pronto muta hacia el estilo jazz de Patrick Moraz, y dirías que es el propio suizo.

Vuelve la exquisitez Akkerman en "Dear John" (4'57), melodía que no deja impasible al oyente sensible, en su emocionada escritura. Otra lindeza más para el cofre de joyas.

Fin de fiesta con "Short Cut" (5'09), más orientada al estilo jazz funk USA. Moldean sonidos negroides parejos a Billy Cobham, George Duke o Herbie Hancock.



Vaya Nochevieja guapa se montaron en la Quasimodo. Seguro que luego la jodieron con alguna horterada kitsch del momento, que es noche propicia para el cutre-lux. Pero para entonces, Arakontis ya habían inmortalizado en un máster lo acojonantes que eran. 

Podían sacar el matasuegras tranquilos.

J.J. IGLESIAS 




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