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PROGRESIVO SIGLO XXI:20. Yuka & Chronoship (Japon)

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 Hace varios años hice unas cuantas reseñas de grupos japoneses por estas páginas. Solo apuntes y extractos a decir verdad porque en principio estaban pensados más para una guía orientativa personal que para los artículos más “literarios” que suelo escribir por aquí. No me gusta escribir de manera fría y mecánica sobre datos, biografías o resultados. Para eso ya están los contables de empresa o los expertos en marketing de ventas. Generalmente las revistas musicales técnicas sobre el estilo que sea suelen o solían ser “datos y ejercicios planos”. Algo así como leer un manual de instrucciones y esto principalmente ocurría en clásica, jazz o música contemporánea y de vanguardia. Quizás por lógica menos en el rock o en la música popular que a veces son más originales, incluso peculiares, aunque también. Por lo tanto, generalmente rara vez hay criterio emoción o entusiasmo. No contactan con el lector. En los primeros casos solo son datos o terminología académica de conservatorio llena ...

Bateristas en la sombra IX: Antonio Moreno El Tacita

 En un lugar que hace un tiempo estaba destinado a ''auspiciar'' al culto, al silencio, al recogimiento, sentó cátedra de percusionista Antonio Moreno El Tacita, quien en el año 1978 ya había forjando una carrera artística de primer orden. 



Su propuesta era llamativa, entregada, radical y honda desde el primer asomo. Era capaz de hacer ritmo con unas varas blandidas al aire y unas bolsas llenas de piedras en las caderas. Su espíritu creativo no conocía límites en las siempre sobresalientes alas de la libertad. Antonio Moreno era percusión en su todo su contexto expresada con botellas, vasos, mesas, suelos, tambores, marimbas, baterías... Y por supuesto el cuerpo, estilizado siendo puro nervio como el de los bailaores potentes, un territorio sonoro de inmensas posibilidades. El cuerpo como objeto de deseo y percusión, con detalles que recuerdan a Israel Galván en un intento de baile y una entrega absoluta a la ejecución, incluso de forma facial. 

Éste Dr. Flamenco fue el pulso de fenómenos sonoros como; Tartessos, Nuevos Tiempos, Alameda, Camarón, Kiko Veneno, Radio Futura, Luis Eduardo Aute... Y un longevo suma y sigue de nombres. Estuvo acompañado, y muy bien, por Agustín Jiménez, joven dotado de una serenidad, seguridad y técnica impecables. Su minera de Paco de Lucía, con el vibráfono, sonó a gloria en un marco tan divino como humano. Y, en el cante, por Juan José Amador. Era impresionante su planta de flamenco, extraordinario su eco, su lección, su sabiduría. Hizo saeta, taranta o fandango, pero sobre todo nos sedujo por soleá, acompañado frente a frente, en una mesa, por los golpes de Antonio. Así no canta cualquiera.

Antonio no dejó nada por golpear. Todo sonaba a flamenco.


Todo un Doctor en “Estudios avanzados de flamenco” que sigue teniendo mucho que decir y que golpear. El título académico se le otorgó en el marco del programa de la Universidad de Sevilla. Decir Doctor en flamenco, como en el programa de mano, es una reducción coloquial. No obstante que no quepa la menor duda de que como artista y ser humano también lo es.


Actualmente es profesor en el conservatorio de Sevilla y probablemente, pueden ser muchos los que podrían contar numerosas historias sobre el propio Antonio, pero ninguna va a ser tan significativa y emotiva a la par, como la que él mismo nos relata cuando ejecuta la batería.

Luis Arnaldo Álvarez (Baterista  y Locutor profesional independiente






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