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Rick Wakeman – The Burning (1981)

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 En 1981, Rick Wakeman —el mago de las teclas de Yes y arquitecto sonoro de álbumes conceptuales colosales— se apartó momentáneamente de los reinos progresivos y bajó al bosque oscuro del cine de terror. The Burning, un slasher temprano de la era dorada del género, necesitaba más que gritos y sangre falsa: necesitaba atmósfera, tensión, ese pulso invisible que hace que la audiencia sienta que algo se arrastra detrás de ellos. Wakeman, siempre inquieto, tomó el proyecto como un laboratorio sonoro. Grabó la banda sonora en su propio estudio, usando un arsenal de sintetizadores analógicos, efectos de percusión y capas minimalistas que parecían respirar. Lo que logró fue más que música: fue una selva de sonidos metálicos y notas disonantes que se entrelazan como ramas. Cada crescendo, cada vibración de sintetizador, construye la sensación de aislamiento y peligro, convirtiendo al bosque en un personaje más. Para un público que esperaba otro clon de Friday the 13th, The Burning ofreció ...

CAPHARNAÜM - Lesoleilestunebombeatomique (2007, Unicorn Digital)

Capharnaüm es uno de esos proyectos con los que rara vez te cruzas, y que, cuando lo haces, quedas prendado por su ilimitado conocimiento de las posturas estilísticas. La capacidad de mutar dentro de un mismo álbum sin que suene a forzado o fuera de lugar hace de un conjunto como el compuesto por Francois Blanchard, Maxime Brisebois, Philippe-Antoine Bernard y Marc-André Blanchard la necesaria esperanza de nuevas generaciones en comunión con cánones todavía por digerir para la masa de oyentes o compradores. 



En Lesoleilestunebombeatomique confluye todo lo aprendido en diez años de crecer como un núcleo de originalidad en busca de parámetros por los que generar sensaciones más allá de la simple escucha. La música pergeñada por estos canadienses evoca momentos e imágenes, al igual que colma la más simple de las escuchas. La sencillez con la que tornan del jazz fusión a las corrientes de metalizado heavy instrumental o al progresivo reconocido pero con lavado de cara, en fin, no suele ser harina de común costal.  

La modernidad de su visión les pone en pura velocidad de crucero creando las ondas que separarán a todos aquellos que no anden igual de bien provistos en cuanto a motores creativos se refiere. El punto base del que parte y sobre el que se apoya el sonido de este cuarteto es el trabajo frente a las seis cuerdas de los hermanos Blanchard, unos instrumentistas que pueden llegar a incluir instantáneas de Steve Hackett, Steve Vai o Johnny 5 en un mismo corte de audio. 



Su impronta es tal que no han tardaron en ser requeridos para aparecer en la brillante compilación de corrientes experimentales Lezarder, edición promovida desde Francia y Quebec. Todo un honor para unos músicos que están lejos de ser catalogados con una simplona palabra. Agarrarse a un término como el que preconiza la libertad únicamente valdría para dar pistas a aquel que quiera escuchar, el resto son conjeturas absurdas que desaparecen frente al colorido magnificente de este bullicioso mundo en miniatura condensado en cincuenta minutos. 

por Sergio Guillén 

sguillenbarrantes.wordpress.com


Para oír su música de forma gratuita entrar en: https://www.capharnaum.biz/fr/musique








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