Al fin alguien se ha percatado de lo que era evidente. Que ya llevamos 25 años de nuevo siglo. Y que había que ir rescatando material progresivo de toda índole, que iba quedándose bajo radar, en el limbo de los injustamente olvidados. El sello especializado de Andalucía, 5 Lunas, de Juan A. Vergara, ha sido el iniciador de ésta valiosa serie. En coordinación con Angel Romero y producción/asesoramiento, de especialistas en el género como son Antonio J. Barroso y Rafa Tardio. En buenas manos anda pues, el proyecto. Otros pueden seguir buscando "pecios prog" de los 70 (cada día más una Utopía). Así que porqué no prestar atención a tiempos pasados más cercanos? Donde además, la calidad de sonido suele estar ya garantizada. Eso no quita para que nos sorprendan con algún descubrimiento vintage del siglo XX. Porque completo, éste sampler, lo es un rato. Y bien presentado. Que entra por los ojos antes que por los oídos. Así, el viaje se inicia con los bilbaínos Gintonic. Con
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BENT KNEE – Shiny Eyed Babies (2014)
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Si con su primer trabajo tuvimos un contacto y una oportunidad de adentrarnos con una nueva forma de hacer música. Estos “bebés de ojos brillantes” es una clara progresión en esos nuevos planteamientos de dar la vuelta a diferentes estilos.
No hay barreras ni prejuicios entre mezclar una balada pop y adornarla de experimentalismo. Músicos altamente calificados y valientes a la hora de proponer una cosa distinta, original y de calidad. No es nada fácil esto hoy día y lo todos lo sabemos y más cuando vemos el vertedero en el que se ha convertido la industria y el mainstream musical. Que aparezcan propuestas como esta es casi un milagro de la ciencia. En los tiempos que vivimos y para los que somos veteranos en estas lides sonoras es muy fácil caer en el hartazgo. Entras en los blogs y la proliferación de músicos y bandas es una pesadilla. Crecen como setas. Comprar instrumentos y material para hacer música es bastante más asequible hoy si lo comparamos con los precios de hace algunas décadas. Montar un grupo de mí generación y que sonase decente podía suponer la ruina si no eras un hijo de papá. Una guitarra eléctrica decente, un bajo, un teclado y una batería suponían un capricho caro. Un lujo en toda regla. No digo que los instrumentos de hoy sean baratos, que no lo son, salvo que busques material de segunda mano low cost. Sin embargo el mercado es mucho más amplio. Las marcas asiáticas de instrumentos musicales ofrecen una enorme oferta de posibilidades y a buen precio encuentras cosas resultonas. Lo grave es la crisis en la que lleva metida ya hace años la música de calidad. Sobre todo el jazz y la música clásica. Los genios se murieron. Los grandes compositores también. Es muy probable que de aquí a unas pocas décadas la música clásica por ejemplo desaparezca. No es nada descabellado por mi parte porque lo he ido observando año tras año. Los melómanos ya podéis ir conservando, cajas discos y CD´s de vuestra música favorita porque acabarán cargándose todo lo que una vez fue cultura y humanismo.
La escucha del segundo disco de Bent Knee es una exquisita experiencia que juega con límites y aristas musicales inesperadas, referencias estilísticas de mil formas sonoras diferentes incluso repelentes entre sí. Una visión a través de la música del mundo decadente y demenciado en que vivimos. Un espejo inteligente de ese mundo esquizofrénico que ya anticipó la ficción literaria o esas músicas anticipadas a su tiempo. No va a gustar al que tenga una visión conservadora de la música si no ha desarrollado una apertura de miras. Pero también son radicalmente distintos a la mayoría de los de su generación que bien optan por el ruido y la anarquía o lo simple y aburrido. Bent Knee no te van a aburrir te lo aseguro. Juegan con toda la baraja de sentimientos desde el lirismo maravilloso hasta la fuerza y energía bizarra sin límites. Todo perfectamente estudiado. Sin dilatación de esfínter caótica ni apretones diarreicos de incontinencia sonora post, indie, hiparra, stoner o metalera. Olvídate de etiquetas. Estos norteamericanos no las necesitan. Están de vuelta y han estudiado en el mejor colegio de música del mundo en la actualidad.
Al quinteto se une una pequeña orquesta de cámara de 13 músicos. Cada minuto de música de los 62 del álbum está perfectamente diseñado, compuesto y ejecutado. Jóvenes sobradamente preparados y un apetitoso programa que degustar.
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