PROGRESIVO SIGLO XXI - 18: Ske (Italia)
No todo van a ser onirismos berlinosos en nuestra sección de los lunes. Aunque el teclado vetusto no lo dejamos de tocar.
Hoy tratamos con Stefano Pulga, un músico mucho más grande que su apellido. Éste teclista venía de los prog italianos, I Dik Dik.
En 1979, que ya era un año poco agraciado para la lírica del gremio, se montó su correspondiente álbum debut, "Suspicion". Luminoso, jazz rock mediterráneo para pubs elegantes de gente guapa. Con muy buen criterio, llamó a un batería estupendo, Tullio De Piscopo. A él hay que achacarle momentos realmente inspirados de éste disco.
Y con su privilegiado equipo, se lanzó el gran Pulga a picar inquietudes con su Fender Rhodes, Clavinet, Celesta, ARP Bass y ARP Odissey, PolyMoog, Logan String o Hammond C3. Nada mal.
Se abren las ventanas jazz rock en la inicial "Mezzocuore" (6'10). Se las arregla muy bien a la voz, en un claro referente a un Gino Vannelli a la italiana. Hermosos graves ARP, - que son las vigas de su estilo -, en perfecta conjunción con el kit percusivo. Mientras que la analogía imperante explota en maravillas solistas llenas de positivismo jazzy. Stefano es un teclista ágil y capaz, de fluidez en el recorrido y mucha pasión en los solos.
Rhodes con manto atmosférico en crescendo floydiano, (etapa "Animals"), para "Superflight" (6'05), llevado a su terreno de juego. Posee una elegancia perfectamente bailable para una Disco de la mafia calabresa. Música de buen gusto para el verano del 79, en la Bota. El saxo, (cuidado, digo saxo), de Giorgio Baiocco pone el toque Dick Parry, para algo lleno de sensualidad y curvas bronceadas en una playa nudista.
Siguiendo por ése astuto sendero comercial de viejo zorro, "Uomo di Teri" (6'22) podría ser algo del Alan Parsons Project por ésos días. El Pulga tiene un intachable olfato y glamour teclístico. Que juega con riesgo, pero acertadamente, entre el Middle of the Road italiano y el Soft rock USA. Creando temarrales de sintetizador líder, llenos de sentimiento.
Abre la B una buena sopa analógica del chef, en la intro de "Suspicion" (5'09). Sigo pensando en teclistas apasionados. Así llego hasta Patrick Moraz en solitario, y hasta a un Kitflus (y no sólo por el similar peinado de todos). La clase aquí no le hace ascos a alguna pretensión kitsch.....Ése "nanana" de la señorita en celo, es perfecto mientras miras un Playboy o Penthouse de 1979.
Ahora viene "La Danza dell ' ippopotamo" (6'30) que bien puede compararse a Imán Califato Independiente o Iceberg. De astucia instrumental altamente respetable y rítmica percusiva que la define.
"Macinastazione" (5'00) es como si en Shakatak tocara Wakeman. Funk jazz rock exquisito, que aquí recreó de modo parecido Pedro Ruy-Blas con sus Dolores (banda, no de espalda). Aquí los solos emulan guitarras, en otro corte superlativo.
Finalmente "Pane Tostado" (5'36) ofrece verdadero prog rock de ligas mayores. El piano acústico se lanza en escapada del pelotón synth, en coherente estructura digna de Greenslade, Nova, Arti e Mestieri o, sí, Patrick Moraz.
Cinco discos hizo Stefano Pulga entre el 79 y 2007. Aunque me atrevo a decir que más comerciales que el presente. Y hago tal atrevimiento porque fue top-sesionero de la crema italo-hortera. Puedo equivocarme. Aunque viendo que montó los combos Kano (los italianos) y Pink Project, más orientados al ritual de apareamiento discotequero, no creo. De todos modos, un tío inteligente. Y "Suspicion" llega al notable alto en mi personal examen.
J.J. IGLESIAS
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