ABSTRACT RITUALS - II (2025/ AR)
Así pasen mil modas efímeras, fraudulentas IAs, estúpidos críticos haters o un millón de obstáculos más. La electrónica prog tal y como fue concebida en los 70, existe y existirá. Una forma de arte orgánico a pesar de su idiosincrasia tecnológica, con fundamento y base de tradición contemporánea. Puede que el temido futuro sea siempre su aliado. Esto en Japón lo tienen tan asumido, que es otra más de sus tradiciones musicales.
Abstract Rituals es el nombre de guerra del sintetista Mike Donzella (Shinjuku, Tokyo). Que imagino también será un seudónimo, vista su procedencia. Acaba de auto-publicar su segundo álbum. Y si bien se basa en temas no muy extensos, desafiando lo normal en éstos casos, sí que se le advierte clasicismo del género en sus formas.
"The Return" (4'48) huele a banda sonora inexistente, en tratado berlinés de atracción froesiana como mandan los cánones. Simple, melódico y efectivo. Que no falto de inspiración ni insípido. Suficiente. Aprovecha el tiempo y va al grano. Como en la elección del cromatismo sonoro a exponer, que es uno de sus fuertes sin duda.
Tangible en la etérea "Whispers of Contact" (3'10). Tangerine Dream finalizando los 70 en su cumbre como prodigioso trío.
El tercer corte viene en japonés y no son más de cuatro minutos de fantasía cyber, llena de poesía y lirismo secuencial dominante. Con la garantía del influjo Edgar Froese invadiendo, y un poder melódico que lo impregna todo. Frases autoconclusivas de aplastante lógica, pero que hay que saber diseñar. Que en éstos terrenos, la flipada onírica es un fácil recurso. Y hasta una trampa. No es el caso de Abstract Rituals.
"Eyeline" (5'33) crea un entramado secuenciado tradicional, a lo John Carpenter, incluso con más redes yuxtapuestas que él. Buen control final y experto manejo en gastro-electrónica de suave digestión. Capas mellotrónicas completan el sólido paladar conseguido. Una pequeña joya.
Sigue en racha con "Penetration" (5'09), combustibles ritmos orgánicos de chip en metamorfosis evolutiva continua. Discretas corales humanas de distinguible Mellotron aportan lo suyo. Mientras van sumándose más componentes ingeniosos e infalibles. Otra excelente bola de set.
Nos viene otro tema en japonés impronunciable y de más compleja escritura. Trae oscuros momentos entre lúgubres, enigmáticos y de plena fantasmagoría nipona. Le va.
En "Shifting Identities" (5'56) lo prog gana a lo electronic. En un probable ensayo neo si hubiera banda y cantante. Su desarrollo pronto orienta a la más ortodoxa Berlín School, no obstante. Con algún matiz sinfónico digno de figurar en aquel famoso doble live, "Encore", de ya sabes tú quién.
No deja de sorprender lo bien que suena ésto a día de hoy. Nada como un músico sincero con sus influencias. Mimetismo, puede. Coherencia, también. Toda.
"Heir to the Stars" (3'54) fantasea con un kosmische delicado y casi romántico, quizá con un envoltorio naive que alberga una ingenua magia.
Otro bonito ejercicio de total dedicación berlinesa es "Echoes of a Reploid City" (3'28). Donde el mando secuencial de la nave dirige el rumbo con seguridad y firmeza estructural.
Más fílmica descriptiva expone "Encounters" (4'30), nebulosa cósmica de herencia Tim Blake/Vangelis de romántico bagaje. Entran ganas de salir a ligar replicantas buenorras!!!
"Passing Memories" (4'08) también posee ése espíritu old prog tan necesario en éstas lides. Pienso en Tony Banks en solitario y no me voy mucho.
Terminando con "Farewell to Neon Blue" (4'38) rubricando y lubricando un amor incondicional por el classic Berlín sound. Y aportando fertilidad imaginativa a éstos pequeños Rituales Abstractos. Un sintetista al que habrá que seguir la pista, éste Mike Donzella.
Y un álbum que funciona sólo, con el piloto automático, más allá de las estrellas.
J.J. IGLESIAS
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