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Skorpio – Ünnepnap (1976)

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 En los años 60 y 70 más allá de la frontera que separaba a los países del pacto de Varsovia y a los integrantes de la OTAN, era algo más que una simple frontera física. La información que provenía de los países pro-soviéticos era mínima además de controlada y edulcorada en todos los campos, y uno de ellos es el que más nos interesa, la música. Pero además el problema era en ambos sentidos, ni conseguía extenderse hacia la Europa “libre”, ni esta albergaba esperanzas de darse a conocer en los países del bloque rojo. No fue hasta los años 80 cuando con la muerte del Jefe del Estado soviético Leónidas Breznev comenzaron a surgir fisuras que poco a poco fueron fracturando esa férrea muralla entre las dos Europas, y empezó a fluir con ligereza cosas, hechos y vivencias que hasta ese momento eran inimaginables. Aun así muchas bandas que no llegaron a nada o que apenas publicaron, nunca serán reconocidas y nos han ido llegando con cuenta gotas. Las cosas no se hacían como en Europa occid...

Lalo Huber – Lost In Kali Yuga (2009/ Record Runner)

 En los 90 apareció una banda argentina que nos alegró la vida a los pocos que por entonces sabíamos del Renacimiento Prog, Nexus. Su teclista, Lalo Huber, acompañado por el batería de la misma banda, Luis Nakamura, completaron el debut de Huber en solitario, "Lost in Kali Yuga".



Nuestro hombre tocaba además de generosos teclados y Hammond, bajo, guitarra acústica y voz solista. Nada de guitarras eléctricas aquí. El sagaz lector ya podrá intuir que con teclas y percusión en el tapete, el homenaje a ELP estaba servido. Más viniendo de una banda tan sinfo como Nexus.

Entramos en un vergel de sintes analógicos etéreos  para el inicio de "All Computers Die" (3'18)......No será verdad! Enseguida se aprecia que Huber es cosa seria. Domina la materia al estilo de los grandes. Y eso que no ha "calentado" todavía.  El Keith Emerson de "Trilogy" es invocado para "Universal Legion" (6'11). Nada como una andanada de analogía bruta sin restricciones, a pelo, a ritmo trotón de total sabor Palmer. Hammond en jazz-hard rock style, que cruje que da gusto. Instantánea gozadera por la vena proghead más recalcitrante. Pasajes de clasicismo inspirado no pueden faltar. Y "To Play and Die" (8'33), que ya incluye la agradable voz de Lalo, se podría comparar a un Par Lindh Project en su sesgo classic. Escuché éste álbum con cascos, durante una situación surrealista en una terraza de verano. Con un montón  de tías vestidas al uso y bailando sevillanas (lo juro). El efecto con lo que yo escuchaba era otro muy distinto. Como una danza tribal-aquelarre, realmente siniestra. Un secuenciador casi berlinés se fusiona con el classic prog de corte UK. Un tema sombrío, con sus luces y sombras, dramático y emocionante.

La super-suite de "Lost in Kali Yuga", que va por entregas, comienza ahora con su parte primera, "The Entangled World" (9'56). De nuevo muy Eddie Jobson en "Danger Money". Sección de ritmo atenta y construcción melódica intachable. Un parque temático de sintetizadores exhibicionistas, que no gratuitos (muchos confunden términos). Aquí está todo terriblemente pensado. Y claro, funciona como un Ferrari.

Sin embargo en "Still in Sense your hand" (6'35) se toma un momento de majestuosa calma. Acercándose a Don Airey en solitario, los primeros Glass Hammer o incluso un porteño Alan Parsons (sonidos de bandoneón inclusive). Excelente pieza, que demuestra otras tesituras pomp.

"Last Trip in Buenos Aires" (5'51) entra con piano eléctrico y jazz feel, como un corte de Spinetta-Jade. Casi esperas al Flaco con su lírica asesina. Bonito tema, de nuevo con sonido de bandoneón y miniMoog/Hammond emersoniano. Si juntas todas las cuatro partes de "Lost in Kali Yuga", que ahora ya vienen seguidas, nos pondríamos en unos 40 minutos de tema. O sea, un álbum por sí solo. Por ése orden, el segundo movimiento, "In the Labyrinth" (9'04) entra en sombríos parajes de órgano reinante y solidez percusiva. Como Gerard o Ars Nova por ésos días,  pero sin el histrionismo esquizoide de los japoneses. Elegancia y sentimiento desborda en cada pasaje ofrecido. "I Failed to Feel" (9'06) es una balada delicadamente cantada, de tratamiento teclístico parejo a Tony Banks, pero más cerca de Three (Emerson, Berry & Palmer). La parte final de la suite, "The Hecatomb" (11'31) recupera esencias "Tarkus" y UK para un imaginario score de cine de acción  en toda la extensión de la palabra. Incluyan en la comparación a Triumvirat y toda la Armada Inmortal Italiana en pleno.

En mi opinión,  Lalo Huber es más compositor que virtuoso (aunque el nivel lo da de sobra). Me interesan más sus salidas inesperadas, cambios climáticos y sólida escritura. Y el disco crece a cada escucha.



Aún tenemos un postre a tan opíparo menú,  con "Back to Dust" (8'05). Otra fílmica recreación digna de Goblin en su etapa musicando zombie partys.  No sin una cierta melancolía floydiana y algún dramatismo genesiano.

Completísimo, el ágape. Te deja bien saciado.

J.J. IGLESIAS



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