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Listening – Listening (1968)
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Poco o muy poco se sabe de estos muchachos, que a finales de los 60 irrumpieron con el álbum que puso comienzo y fin a su exigua carrera, y que sin embargo dejó una honda huella allí en su tierra, Boston, donde llegarían a convertirse en líderes de un movimiento denominado Bosstown Sound, insignia de los nuevos sonidos que estaban empezando a nacer en aquella ciudad dentro del Rock. Sin mucha repercusión la corriente fue breve como muchos de los grupos que lo encabezaron.
1968, casualidad o no, fue un año que en mi opinión supuso una transformación dentro del rock, pasando de la juventud a la edad adulta, coincidiendo con una Europa agitada en busca de su identidad, comenzando un periodo en el que ya no se conformaban con realizar música para alegrar el alma y ahogar las penas, había que buscar algo más, había que explorar, había que expresar, había que experimentar, realizar una introspección en muchos ámbitos de la realidad. Todo eso empezó a reflejarse en el rock, y la psicodelia junto al consumo masivo de drogas, abrieron el camino hacia esa búsqueda de la deseada verdad.
La banda se movía a las mil maravillas en la escena psicodélica, estilo que despunta por encima de todo en su música. Compuesta en prácticamente el 100% por su teclista Michael Tschudin, muestra una forma avanzada, vanguardista a la hora de ejecutar tanto el piano como el órgano, este último con un sonido propio personal en algunas de las composiciones, que lo señala como un personaje innovador capaz de atreverse con cualquier vertiente. (Laugh at the stars, es un botón de muestra de la vitalidad, inspiración y desparpajo al piano). No hay necesidad de grandes arreglos, se hace uso de improvisación en algunos momentos, pero la crudeza del sonido en algunos fragmentos tiene la belleza de lo puro y natural.
Pero como muchas formaciones en sus inicios, practicaban una mezcla de las tendencias que iban surgiendo en la escena underground, con lo ya existente, creando nuevos conceptos a partir de los modelos más extendidos. Así pues, se puede decir que también realizaron incursiones en el proto-prog y el hard rock, aunque los guiños a todo lo que pasaba por sus manos son numerosos, jazz, canterbury, latino, pop británico, etc.
El álbum es una maravilla, único en su especie, absoluta vanguardia que va surgiendo tema tras tema sorprendiendo de principio a fin. Me pregunto, si hubieran continuado, cuales habrían sido finalmente los derroteros por los que se hubiesen decantado; difícil de contestar escuchando este disco. Sus letras ácidas (y nunca mejor dicho), se caracterizan por sus ambigüedades y segundas intenciones hablando sobre la marihuana y las sustancias psicotrópicas, muy ligadas a la música psicodélica.
El Lp suena fresco , original y rompedor con un órgano dominante, vibrante, como yendo y viniendo con subidas y bajadas, de reflejos lentos y onírico en ocasiones. Un piano con una forma de tocar singular por entonces, con picados, saltos, barridos, encadenados, constantes cambios de melodía, cambios de ritmo tremendos (Laugh at the stars). Guitarra ácida por los cuatro costados, percusión de gran calidad, atmósferas lisérgicas, extrañas, con una estructura afín a grupos tan dispares como IRON BUTTERFLY del in-a-gadda-da-vida, PINK FLOYD de Syd Barret , SOFT MACHINE ó TOMMY JAMES AND THE SHONDELLS.
Su primera cara, es más psicodélica y proto-prog, la segunda se compone de un abanico entre los que se encuentran la British invasion y el hard. Cuando, es una curiosa pieza de tintes mexicanos, con estribillo cantado en castellano a coro y a duras penas, de aire festivo con un piano eléctrico precioso y ritmo cálido en percusiones, que desemboca en un torrente de grand piano. Según cuentan en los créditos forjada en una juerga de borracheras, gracias a un amigo al que llaman 'Willy el loco', vamos, inspiración en los momentos más bajos. Gran temazo, Baby: Where are you?, vanguardista, creativo en su concepción y desarrollo, guitarra en barrena improvisando de manera delirante en el solo central, voces en off, filtros, y un maravilloso triángulo órgano-clave-piano. La guinda del pastel es un potente hard rock como extensión del are you experience? de Hendrix, con un bajo al estilo de Noel Redding y una batería propia de Mitch Mitchell.
Si lo tenéis a mano no os lo penséis, no os arrepentiréis, un verdadero descubrimiento.
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Comentarios
Gracias por esta maravilla de disco. Difícil de encontrarlo al buscar en internet por el nombre que tiene.
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