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Neal Morse - One (2004)

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 Tras el lanzamiento de un álbum tan grandioso como Testimony en 2003, muchos, incluyéndome, nos preguntábamos cuánto tardaría Neal Morse en alcanzar de nuevo semejante nivel de excelencia musical. La respuesta, sorprendentemente, llegó en tan solo un año, o mejor dicho, un año y un mes. Con One , Morse regresa con una obra maestra del rock progresivo, donde cada tema resulta verdaderamente inspirador y resalta todos los aspectos positivos del género. La épica "The Creation" abre el álbum con una atmosférica introducción de teclado y arreglos orquestales. La música cobra energía con la batería de Mike Portnoy , acompañada de teclados y guitarras que se entrelazan en una vibrante estructura sinfónica. El dinamismo en la interacción entre guitarra, batería y teclado es impecable. La voz de Morse, cuando entra, fluye de forma continua y nítida, apoyada por una batería dinámica y teclados bien posicionados. El uso del Mellotron en algunas transiciones añade una capa extra de sofi...

HOUSE OF LORDS - Precious Metal (2014, Frontiers Records)

 A medio camino entre la épica hard y las batientes alas del rock melódico, House Of Lords seguían en 2014 su camino y continuaban bajo el auspicio de Frontiers Records, como parecía natural atendiendo a sus últimos elepés. Precious Metal alarga ese empeño en dar unas cucharas de uno y otras tantas del otro, a veces en pos del rock duro artístico y casi, casi, casi progresivo, para en el siguiente corte asentarse en un AOR con músculo.

 


Así ya con los dos primeros temas de este disco se descubre con presteza la citada dualidad, pues “Battle” está cargada de cambios en el tempo, de aires que ponen el olor de las progresiones en el ambiente, mientras “I’m Breaking Free” podría haberla grabado el propio James Christian en su elepé Rude Awakening –cierto, sé que suelo citar este álbum al referirme a James, pero es que es una obra obligada, de las de sí o sí–. Y así se pasa de lo más sobrecargado a lo más conciso, incluyendo hasta medios tiempos memorables (“Live Every Day (Like It's the Last)”).

 


Robin Beck, como es norma en esa amantísima pareja que forma con su esposo Christian, está ahí, haciendo segundas voces, coros, lo que haga falta para dar mayor color a las líneas vocales. Es este Precious Metal, a fin de cuentas, un álbum bien hecho pero cuyas piezas no calan todas por igual –algo que, por otro lado, suele pasar con el noventa por ciento de los lanzamientos actuales en larga duración–; eso sí, cuando dan con el gancho idóneo en algunas de ellas, House Of Lords lo clavan.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com


 








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