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Skorpio – Ünnepnap (1976)

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 En los años 60 y 70 más allá de la frontera que separaba a los países del pacto de Varsovia y a los integrantes de la OTAN, era algo más que una simple frontera física. La información que provenía de los países pro-soviéticos era mínima además de controlada y edulcorada en todos los campos, y uno de ellos es el que más nos interesa, la música. Pero además el problema era en ambos sentidos, ni conseguía extenderse hacia la Europa “libre”, ni esta albergaba esperanzas de darse a conocer en los países del bloque rojo. No fue hasta los años 80 cuando con la muerte del Jefe del Estado soviético Leónidas Breznev comenzaron a surgir fisuras que poco a poco fueron fracturando esa férrea muralla entre las dos Europas, y empezó a fluir con ligereza cosas, hechos y vivencias que hasta ese momento eran inimaginables. Aun así muchas bandas que no llegaron a nada o que apenas publicaron, nunca serán reconocidas y nos han ido llegando con cuenta gotas. Las cosas no se hacían como en Europa occid...

HOUSE OF LORDS - Precious Metal (2014, Frontiers Records)

 A medio camino entre la épica hard y las batientes alas del rock melódico, House Of Lords seguían en 2014 su camino y continuaban bajo el auspicio de Frontiers Records, como parecía natural atendiendo a sus últimos elepés. Precious Metal alarga ese empeño en dar unas cucharas de uno y otras tantas del otro, a veces en pos del rock duro artístico y casi, casi, casi progresivo, para en el siguiente corte asentarse en un AOR con músculo.

 


Así ya con los dos primeros temas de este disco se descubre con presteza la citada dualidad, pues “Battle” está cargada de cambios en el tempo, de aires que ponen el olor de las progresiones en el ambiente, mientras “I’m Breaking Free” podría haberla grabado el propio James Christian en su elepé Rude Awakening –cierto, sé que suelo citar este álbum al referirme a James, pero es que es una obra obligada, de las de sí o sí–. Y así se pasa de lo más sobrecargado a lo más conciso, incluyendo hasta medios tiempos memorables (“Live Every Day (Like It's the Last)”).

 


Robin Beck, como es norma en esa amantísima pareja que forma con su esposo Christian, está ahí, haciendo segundas voces, coros, lo que haga falta para dar mayor color a las líneas vocales. Es este Precious Metal, a fin de cuentas, un álbum bien hecho pero cuyas piezas no calan todas por igual –algo que, por otro lado, suele pasar con el noventa por ciento de los lanzamientos actuales en larga duración–; eso sí, cuando dan con el gancho idóneo en algunas de ellas, House Of Lords lo clavan.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com


 








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