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Groovector - Ultramarine (2000)

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 Evidentemente la portada de este disco es un claro guiño a las tubulares oldfianas, que aquí por simpático capricho son dos grifos retorcidos. Es cierto también que mucha música de Mike Oldfield en alto porcentaje pasados los años 70´s y con alguna excepción de piezas sueltas es tan aburrida como escuchar el agua que sale del lavabo y muchas veces con residuos de agua sucia amarronada. El sonido Oldfield dentro del rock progresivo es un punto y aparte lleno de antagonismos. Unas veces genialidades, otras un aburrido rugir de tripas bucólicas de new age. Ha habido de todo en un estilo en sí mismo, como lo es el de este señor. Culpable muchas veces de que exista la nueva era y el sonido new age.  La música tiene muchos objetivos: cabrearte, excitarte, ponerte nervioso, maravillarte, emocionarte, hundirte en la miseria, deprimirte y lo peor de todo ello que es aburrirte. Nada es peor que el aburrimiento en música. El famoso británico nacido en Reading si mal no recuerdo ha tenid...

HOUSE OF LORDS - Precious Metal (2014, Frontiers Records)

 A medio camino entre la épica hard y las batientes alas del rock melódico, House Of Lords seguían en 2014 su camino y continuaban bajo el auspicio de Frontiers Records, como parecía natural atendiendo a sus últimos elepés. Precious Metal alarga ese empeño en dar unas cucharas de uno y otras tantas del otro, a veces en pos del rock duro artístico y casi, casi, casi progresivo, para en el siguiente corte asentarse en un AOR con músculo.

 


Así ya con los dos primeros temas de este disco se descubre con presteza la citada dualidad, pues “Battle” está cargada de cambios en el tempo, de aires que ponen el olor de las progresiones en el ambiente, mientras “I’m Breaking Free” podría haberla grabado el propio James Christian en su elepé Rude Awakening –cierto, sé que suelo citar este álbum al referirme a James, pero es que es una obra obligada, de las de sí o sí–. Y así se pasa de lo más sobrecargado a lo más conciso, incluyendo hasta medios tiempos memorables (“Live Every Day (Like It's the Last)”).

 


Robin Beck, como es norma en esa amantísima pareja que forma con su esposo Christian, está ahí, haciendo segundas voces, coros, lo que haga falta para dar mayor color a las líneas vocales. Es este Precious Metal, a fin de cuentas, un álbum bien hecho pero cuyas piezas no calan todas por igual –algo que, por otro lado, suele pasar con el noventa por ciento de los lanzamientos actuales en larga duración–; eso sí, cuando dan con el gancho idóneo en algunas de ellas, House Of Lords lo clavan.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com


 








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