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ALAN TRAJAN - Firm Roots (1969 / MCA)

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 Habitual de las tabernas escocesas y de la escena borracheril de Edinburgo en los finales 60, Alan Robertson (luego Trajan por decisión artística de su mánager), era un volcán en constante erupción. Y escuchándole, uno juraría que el típico artista torturado. Su magma sonoro impregnaba los antros y tascas con un cúmulo indeterminado de jazz, blues, folk, soul o pop. O sea, primeros atisbos prog. Barrelhouse-boogie woogie de pianista bipolar y neurótico sin remedio. De órgano demoledor y storyteller de desgracias con esencia underground del momento. Prog blues de las cavernas con olor a cerveza barata y vino avinagrado. Cálido hogar para perdedores y desesperados en la gélida profundidad de la noche.  Trajan no estuvo exento de propios problemas alcohólicos, que le llevaron en más de una ocasión a la humedad de una celda de comisaría. Hecho que no influyó, no al menos al principio, para que toda una MCA se fijara en su aura. Puro carisma de ser de luz que relucía sobre el gris...

ANDY PICKFORD - Dystopia (1995 / Centaur)

 La síntesis británica también tiene su historia. Quizá no haya sido tan relevante como la alemana, pero posee su propio peso específico.  Andy Pickford comenzó en esto de enredar con sintetizadores allá por 1979. En los 80 tuvo su trabajado rodaje. Y en los 90 demostró que era un nombre a tener en cuenta, en éste a veces (y sin "a veces"), hermético mundo. Una considerable discografía lo avala, así como numerosas colaboraciones. 



He elegido este "Dystopia" de 1995, porque era la época,  son grabaciones inéditas y corresponden a distintas etapas del músico.  Un entrante ideal para conocer su mundo. Es material que no llegó a entrar en álbumes como "Maelstrom", "Terraformer" o "Replicant", todos de los 90. También rescata algo de arqueología 80s. 

"Cephaloastral" (8'05) demostraba que Pickford es un guardián de la prog-electrónica,  Pero que le gusta innovar y buscar salidas para todo. Con jugosos entramados rítmicos secuenciales pone en marcha un "viaje de cercanías" , que igual absorbe de la Berlín School, que de Giorgio Moroder o Alan Parsons. Similar planteamiento, muy progresivo, encontramos en "Dreifarbig Bomber" (534), en donde tampoco reniega de una sana comercialidad que expone incluso con momentos cantados. Y supera cualquier critica adversa. Muy cinemática se presenta "Angstrom" (6'28), de nuevo con recuerdos del Alan Parsons Project más escénico.  La prog-trónica británica tiene ése fuerte elemento melódico - progresivo en su adn, y Pickford lo sabe y lo pone en práctica con total facilidad.

"The Girl from Planet X" (5'02) lleva un bonito planteamiento orquestal. En "Overlander" (5'14) se expresa con sencillez e ingenio, a la hora de escribir algo tan bueno, y que se amplía a cualquier público. De 1985 procede "May" (3'49), en sinfonismo solista y planeador con trayectoria 70s. También "Sayonara '83" (4'29) pertenece a ése tiempo. Una pintura naif oriental de trazos sencillos pero elocuentes. Con más rodaje se advierte "The Furnace (Anvil Remix)" (7'31), donde se experimenta con ritmos y sincronicidades computerizadas, creando un proceso hipnótico,  descriptivo y magistral. "Sundance" (6'00) es otro astuto exponente de electrónica en clave sinfo de connotaciones Oldfield etapa "Platinum". También de Synergy o Ashra. 



Todo nos lleva a la conclusión  de que Andy Pickford es un sintetista que cuida mucho melodía,  ejecución,  composición y un constante abrir frentes no sólo en círculos elitistas. Me sorprende que el mainstream no lo haya acogido con un gran abrazo. Se lo merecería,  de todas formas.

J.J. IGLESIAS

 









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