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PAU RIBA - Electroccid Áccid Alquimístic Xoc (1975 / Movieplay-Gong)

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 Se reedita por primera vez en vinilo en más de cuatro décadas, vía Munster Records. Como para no celebrarlo. Impredecible Pau Riba. Único.  Después de experimentos psicodélicos como "Dioptría" (69-70), con OM.  O fragilidades hippies acid folk con "Jo, la donya i el gripau" (1971). Al Pau le apetece cambio, algo más duro. Y ve que en aquella Barcelona intelectual y jazzística, no lo iba a encontrar. Demasiado virtuosismo y Miles Davis. Zeleste no era sitio para buscar macarras rockeros. Curioso, porque en la siguiente década,  será una ciudad puntera del metal más extremo. Siempre adelantado. Así que se va a buscar la vida y una banda de rock a Valencia. Y entre los Paranoia Deia y el grupo de Eduardo Bort, consigue su combo cañero. Aunque Pau nunca estuvo realmente satisfecho del resultado. "Yo quería un disco mucho más heavy y más sucio de lo que salió". Siempre con razón,  el amigo. No, esto no es hard. Ni mucho menos, "heavy". Reúne a Marino...

SAMMY HAGAR - Sammy Hagar & Friends (2013, Frontiers Records)

 Esto de los discos pergeñados con amigos puede ser un aliciente, un acicate para el comprador, o un auténtico fiasco, un anzuelo sin carnaza en su punta. Sammy, que no para por casa –que diría alguno–, podría intentar meternos un gol con unas sesiones realizadas casi a vuelapluma tras una fiesta alcohólica en Cabo Wabo. Pero ni hablar del peluquín, no señor; el vocalista ha montado en Sammy Hagar & Friends un disco muy competente, facturado con rigurosa preparación –hecho que no quita para que tenga su chispa y espontaneidad–.

 


Aquí hay tanto piezas compuestas por el propio Hagar como canciones escritas por otros para este álbum; también hallamos sitio para una tercera opción en el listado de cortes: las versiones. Ya sea el “Personal Jesus” de Depeche Mode, el “Ramblin’ Gamblin’ Man” de Bob Seger o el “Margaritaville” original de Jimmy Buffett, en todas Sammy sale del aprieto con elegancia y un gusto incuestionable. Bajo la frase «¡Todo lo que necesitamos es una isla!», casi lema del álbum –y una de las creaciones que lo conforman–, este californiano nos invita al relajo y disfrute de fin de semana por medio de un álbum sin complejos. 



En cuanto a los invitados, a esos amigos que titulan esta obra musical, qué decir; hay aquí reunido todo un “dream team” –aunque cada nombre se tenga que alinear con unos u otros según la canción a ejecutar–: Taj Mahal, Denny Carmassi, Bill Church, Michael Anthony, Neal Schon, Chad Smith, Kid Rock, Joe Satriani, Mickey Hart, Nancy Wilson y sigue, y sigue, y sigue... Vamos, que se nota que el bueno del “red rocker” tiene perfectamente actualizada su agenda de contactos.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com


 







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