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Panna Fredda - Uno (1971)

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 Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...

SILAS NEPTUNE - The Scales of Tahuti (2017/ SN)

Se estrenaba en 2017 como solista a los teclados el hijo de Ed Wynne, líder absoluto de Ozric Tentacles. Participando a las guitarras (lástima que no eléctricas), en el debut de su hijo. Junto a Brandi Wynne (bajo) y Joie Hinton (teclados), esto no podría sonar más a la banda madre. Los baterías Roy Brosh y Balazs Szende, más dos percusionistas, son la muralla rítmica indispensable, (para sonar a Ozric). Puesto que los Tentacles también tienen como factor primordial de su sonido la rítmica étnica,  trance e hipnótica.  



Así pues, el ADN de Silas no engaña, y en "Feathers of Ma'at"  (11'07) nos invita a un mundo  perteneciente a la Federación Interestelar Ozric, pero de su reinado propio. Con su "Rey emérito" mirando en la sombra...De qué me sonará a mí todo eso? Gusta de ambientar en onda fílmico - egipcia, y no podía haber buscado mejor temática para éste tipo de música. Orientalismo psicodélico instrumental de sabor 90s, que está pasando la barrera del tiempo estupendamente.  Melodías de sinte aflamencado que con una voz andaluza podría asemejarse a nuestros Derby Motoreta's Burrito Kachimba. Kaleidoscopio detallista con perfección de finura oriental. Puro Ozric, por otro lado. "Aqualight" (7'54) demuestra unos deliciosos secuenciadores con sonido muy Tim Blake, una influencia grande de papá.  El grupo apoya al set teclistico con brillantez, destacando el bajo de Brandi y las multi-percusiones, una jungla rítmica llena de color. Preciosa intro la de "Yawning Mountain" (10'15), donde electrónica y ritmos orgánicos se alían para resaltar los teclados dominantes. Recuerdas el debut de Patrick Moraz? Emula naturaleza con cibernética de última generación,  lo que es un reto y una paradoja del presente. Pero Silas se maneja con habilidad. Ed  le ha enseñado (demasiado) bien. Veo un "sentimiento afirmativo" que con voz de Jon Anderson quedaría muy apropiada. Sin él también,  tampoco me quejo. Tiene una estructura melódica de inteligente composición y arreglos. Intuyo que cosa de Joie Hinton. Se enlaza con "Nanodots" (8'57), donde Ed utiliza algún instrumento acústico-étnico,  para dar ambiente arábigo a la pieza. El resultado recuerda a Banco de Gaia, pero mientras éste tiraba de sampler, aquí la banda lo hace de verdad. Y eso siempre es un plus. Silas solea con agilidad y eficacia, en una armonía espiritual muy acogedora, y hasta progresiva. 



"Become Everything" (10'00) sigue resaltando la función Ozric a piloto automático,  aunque indiscutiblemente,  muy bien hecha. "Devachan-Sand Goblins" (10'47) es la idea aproximada que yo tengo de cómo debería sonar éste disco. Más Silas - sólo y menos Ozric - equipo. Tiene estilo y medios, no necesita tanto mimetismo. Finalmente "Gateway to Dreamtime" (6'54) es otro excelente outtake de la banda madre. Desde entonces, tan sólo un single,  "Mind Games", en 2018. No necesita tanta "protección paternal", para demostrar que su mochila viene cargada de ideas. Aún así,  es un primer paso muy alto.

J.J. IGLESIAS



PD - SILAS NEPTUNE - "Mind Games" (2018 / SN)

Como si hubiera escuchado mis plegarias, Silas Neptune se nos descubre sólo,  como sintetista, como debió ser su primer álbum. Y efectivamente,  todo lo que se intuía en aquel se manifiesta en todo su esplendor. Rotunda originalidad, esquemas sorprendentes y novedosos,  sin perder ese sabor Ozric, pero esto ya suena mucho más,  a Silas Neptune. Una maravilla de tema electrónico que deja abierto el futuro de éste teclista, y con ganas de escuchar su segundo en ésta onda. Así,  sí. 










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