EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI - 2: MAGENTA (primera parte)
Como ya os dije encontrar hoy una banda que haga un progresivo atractivo e interesante sin que nos aburramos como una planta de plástico en cualquier salita de espera es una empresa realmente complicada. La pregunta es: que no se ha hecho o se ha intentado hacer sin repetirse. Pues muy poco. Por muy complejo y lioso que nos parezca a simple vista hacer música tiene sus límites. Si uno tiene algún conocimiento de música, aunque sea básico no tardará en darse cuenta de que la mayoría de canciones y temas que escuchamos tienen siempre una estructura similar y romper las normas con ocurrencias o algo sorprendente está en manos de quienes arriesgan o se rompen la cabeza de manera imaginativa y eso tampoco es ninguna garantía.
Ciertamente todo está ya inventado y naturalmente a la gran mayoría esto no le importa lo más mínimo. Casi mejor. Mientras se mueva el esqueleto y se pueda cantar o tatarear algo, lo demás es irrelevante. Ciertamente no son cosas que deban preocuparnos. Lo que si debe preocupar al oído experto y al que realmente le gusta la música (que son los menos) es que una pieza o canción impacte a nivel emocional. Ahí está la clave de todo y por eso no todos los oyentes y melómanos somos iguales. Como tampoco hace falta saber leer música para hacer música. Curiosamente la mayoría de héroes del rock no tenían ni idea de pentagrama y así mismo lo reconocían. Lo importante en un músico es la imaginación al unísono por supuesto con su capacidad técnica y si además de eso sabe teoría musical mejor que mejor, aunque no indispensable. Paul McCartney es un buen ejemplo de capacidad imaginativa y creativa y jamás leyó una partitura. Ni Hendrix, ni Clapton, ni BB King, ni Elvis, ni Pink Floyd, incluso Luciano Pavarotti y un largo listado no tenían ni idea. No por ello han sido menos naturalmente.
La excepción a la regla y motivo entre otros por el que se les tenía manía fueron y son las bandas de progresivo sinfónico y por supuesto las de jazz rock y fusión. No debemos olvidar que la mayoría venían de estudios académicos. También es cierto que a día de hoy la mayoría de bandas del estilo vienen ya muy preparadas, sean de escuelas privadas o conservatorios. Independientemente de cada vertiente musical. En los inicios del rock, del blues incluso del jazz se odiaba la teoría musical más como una forma de rebeldía y probablemente también por la dificultad de comprensión.
Volviendo al punto de la semana pasada el galés Robert Reed no es precisamente un ejemplo más de desconocimiento. El líder de Magenta. Músico galés multistrumentista superdotado y sobrado de técnica. Tras el proyecto Cyan se embarca en la que para mí es una de las mejores bandas de rock sinfónico actual y no hace falta mucho para reconocerlo. Difícilmente en las bandas sinfónicas con las inevitables excepciones crimsonianas y patologías metaleras al uso encontrarás violencia, agresividad y toda temática oscura depresiva, mal rollera o terrorífica que suele aparecer en el 90 % de la música rock de hoy. Si el mundo es feo nuestra especialidad y manía en el arte es hacerlo todo todavía peor. Otra cosa es que utilicemos el humor negro o el sarcasmo que siempre es divertido. Cito en estos casos a compositores clásicos que realmente lo pasaron mal en su época y sin embargo hicieron música maravillosa. Si el mundo es malo apártate de él y de sus gentes y sí ya sé que es difícil pero no imposible.
Magenta nace en 2001 con la experiencia previa de Cyan. La línea musical va a ser la misma, pero con marcado acento sinfónico y mayor elaboración si cabe, en la composición. Van a ser un atractivo caramelo para los que somos sinfónicos recalcitrantes y sin complejos y con tendencia a reírnos hasta de nuestra propia sombra. Como ya dije “Revolutions” doble CD inicia fuerte el debut de esta banda. Christina Murphy una cantante que curiosamente venía de una banda alternativa medio indie pop rock se hará cargo de la primera línea en el escenario. Robert Reed y el guitarrista Chris Fry llevarán el peso compositivo junto a una larga lista de invitados en el resto de instrumentos. Para tocar bien las narices a los que odian este estilo, el disco se compone de cuatro largas suites que en la práctica son principalmente un homenaje a Genesis, Yes, Renaissance y Mike Oldfield entre otras influencias y detalles sueltos. Cuando escuche el álbum una enorme satisfacción me dijo… ahí están con dos cojones. Así se hace. Con cada nueva escucha algo me devolvió la fe en la música y me dije: se los van a cargar sin contemplaciones. Que orgullo y alegría. Sin medias tintas o amas este disco o lo odias. Te obliga a posicionarte. Que alguien al principio de siglo tenga los ovarios de hacer de nuevo una especie de “Tales” ya merece mi respeto y aprobación. Evidentemente las letras serán cursis y tontas o surrealistas como todas las del sinfónico, pero a mí solo me interesa la melodía y lo instrumental porque nunca he soportado la poesía ni las chorradas trascendentales de los lyrics.
En 2004 su siguiente álbum sería “Seven” por sus siete piezas tremendamente emocionales y deslumbrantes. Si este no es el mejor de sus discos se le acerca mucho. Su relación con los siete pecados capitales de sus títulos es lo de menos. Repito a mí solo me interesa la música, los mensajes y contenidos me son completamente indiferentes. Un disco tremendamente melódico y emotivo. Canciones preciosas y desarrollos instrumentales extraordinarios. Como me alargo, continuaremos la próxima semana.
Alberto Torró
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