Otra de las bandas injustamente enterradas en el olvido, sin apenas información sobre ella, es desconocida para la mayoría de público rockero. De origen Norteamericano con solo 2 Lp's pero de categoría superior, pasarían sin pena ni gloria por los circuitos comerciales masivos. Realizaron un progresivo inusual en las costumbres del nuevo continente, con un trasfondo muy europeo en las estructuras compositivas, confunde y sorprende la procedencia del otro lado del charco. El derroche de calidad y creatividad es total, el potencial enorme y el virtuosismo patente, sin embargo no hubo continuidad. Su sonido se sostiene sobre una importante base de teclados, mayoritariamente sintetizadores moog y minimoog, última tecnología del momento, que nos retrotraen a la memoria irremediablemente los muros de sonidos uniformes y punzantes que solían aplicar EL&P en sus años dorados. Composiciones técnicas arropadas por unas guitarras arpegiadas a ritmo muy atractivo, dan una nota más humana
Uno de ésos casos que me encantan. El desentierro de cadáveres de bobina en rock suele ser muy gratificante. Aquí tenemos la típica historia de banda que estuvo en el tiempo y lugar adecuados, pero no tuvieron la suerte o la insistencia necesaria como para salir a flote. De triunfar ya ni hablamos.
De las cenizas de Slow Dog se forma en 1970 Elder Kindred, en Huntingdon, Inglaterra. Lo componen Nick Emery (voz, guitarra), Simon Judd (teclados), Vincent Loakes (batería), Geoff Knibbs (bajo, acústicas, voz) e Ivan Ward (flauta, saxo, percusión). Llegan a grabar dos sesiones de estudio con vistas a un posible fichaje, entre 1971 y 1973. Abren conciertos para Man, Renaissance, Uriah Heep, UFO o Sam Apple Pie. Pero parece que no fue suficiente para que algún sello se fijara en la evidente calidad de la banda. Claro que, haciendo de abogado del diablo, diré que las compañías no daban abasto entre tanta buena música que estaba saliendo por todas partes. Muchos se quedaron en puertas, y ni siquiera la grabación de un disco garantizaba el éxito. Menos en esos días.
Las cuatro primeras canciones pertenecen a la segunda sesión de 1973. Abriendo con "Playing to You", con una marcada influencia Moody Blues y el poso psicodélico 60s todavía muy marcado. Órgano y guitarra en buena sincronía y bajo cavernoso haciendo de guitarra rítmica. Muy fino el punteo de Nick Emery, con dulces armonías vocales del resto. Más entrados en el downer, "Work Song" demuestra que Elder Kindred tenía indudables facultades melódicas de primera línea. Deram o Neon hubieran sido buenos refugios para su delicado estilo. Irrumpe la travesera en línea Ian McDonald, sobre fondo de Hammond, y ya tenemos un descubrimiento mayúsculo como banda perdida en los tiempos. Las teclas se sitúan protagonistas, muy a lo Dave Greenslade, y el bajo de Geoff Knibbs destaca en la lírica construcción de la muy psych song, como un Chris Squire en The Syn. Otra maravilla me parece "Castles", con acústica / flauta en columna vertebral donde se van adornando voces celestiales, sólo eléctrico y pinceladas acústicas a la early Yes, Caravan o Fantasy. Rural prog-psych sin mucha preocupación por las listas de éxitos, y sí por despertar sentimientos muy humanos a cada nota. No se aleja mucho esto de los primeros Genesis del "Trespass" o "Nursery Crime", aunque con su propia perspectiva. Moody Blues me sigue pareciendo su patrón estilístico a seguir. La estética bucolica-hippie-bohemia continúa en la bella "To the Old and Young". De nuevo encontramos símiles casuales con los del "The Yes Album" o primeros Camel, sobre todo en la parte instrumental de tan magnífico corte.
Volviendo la cara, nos vamos atrás en el tiempo con la primera sesión que grabaran en 1971. "Finding Out" (7'28) incide en el folk psych que se intuía dos años después. Si en vez de un órgano pones un mellotron, serían los de Justin Hayward de "A Question of Balance". Excepto porque aquí irrumpe un saxo de jazzistico feel y guitarra bien centrada en el rock blues.....Concomitancias Colosseum evidentes. Temas de más larga duración en ésta primera etapa, hacen de "Saga" (5'55) otro perfecto balance psico-prog en donde no sabes bien donde acaba uno y comienza otro. Esa preciosa flauta que les da un sonido propio no puede faltar, así como la excelente labor solista de guitarra y en éste caso, piano y saxo. "Rape" (6'28) posee algo de la melancólica fuerza emotiva de Spring, pero con un órgano muy Ray Manzarek. Estará grabado en un estudio, pero al hacerlo todos a la vez, la sensación de directo es regocijante, una delicia a mis oídos. "Superior Camp" (8'16), - que no aparece en la posterior versión vinilo de 2016,- es otra sabrosa exaltación del underground británico mejor confeccionado. Piensa en Skin Alley, Jonesy, Marsupilami o The Shape of the Rain.
Extraña ver que en los temas del 73 se redujera la duración y desarrollo. Quizá en un último intento por captar atención "comercial" de los sellos, cosa que nunca sucedió. Es increíble que Elder Kindred nunca editara nada. Por fortuna Audio Archives, expertos en antropología prog, desenterraron ésta colección de piezas olvidadas. Y merecen todo nuestro respeto. Archivese en "causas perdidas".
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