Teniendo reciente el conciertazo de John Medeski's Mad Skillet. Y que ya llevaba en mente escribir algo sobre éste inventivo teclista, (concretamente sobre Medeski, Martín & Wood), pues a ello que me pongo raudo. Lo primero que advierto es que este disco ha marcado mucho al norteamericano. Ya es del 2018 y sin embargo, sigue por pautas similares en la actualidad, dentro de su actividad de directo. Esa fórmula extraña aunque efectiva, de mezclar avant jazz con psicodelia. O de llevar como contrabajo un sousaphone (pariente cercano de la tuba), y que te dan ganas de encestarle cosas en su descomunal trompa. Lo toca Kirk Joseph, y eso los acerca sin duda a New Orleans. Que es una de las claras intenciones de Medeski. Will Bernand a la guitarra y Terence Higgins en la batería completaban el cuarteto. John Medeski guía con su piano, Hammond, teclados y producción, además de composición, un disco rompedor. Como casi todos de éste músico. El ...
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SPACEMACHINE - Elevator Music for Spacestations (2020/Naxos)
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El space rock no descansa, y además se metamorfosea. En éstos últimos tiempos de renovadas fuerzas psicodélicas, los aires van siendo también frescos. No es un estilo por el que hubiera sido fácil deducir o vaticinar en los 70, su permanencia. Pero una vez más desde Suecia nos lo reafirman Spacemachine.
Un cuarteto formado por Max Agnas (voz y sintetizadores), Mattias Olofsson (guitarras), Nils Agnas (batería) y Gabriel Lundh (moog y audios). Anteriormente habían lanzado al espacio exterior su EP de cinco canciones, "Stratosphere" (2017). Aclaremos que éstos Spacemachine nada tienen que ver con el seudónimo de mismo nombre del sintetista japonés Takushi "Maso" Yamazaki. Nada mejor para comenzar un debut de largo que con un "Welcome" (1'07) con toda intención interestelar, que enlaza con "Face Time" (6'10). Sonoridad ingrávida para melodía vocal deliciosa, en la linea de Adrian Belew, cuidando éste apartado hasta confundir su música por puro rock progresivo plagado de minuciosos detalles. Percusión deudora de Nick Mason y tratamiento de cuerdas casi jazzístico, en una exposición original como pocas, con arreglos que sorprenden en su genial simplicidad.
"Grey Feelings" (6'40) sigue atrapando la curiosidad por ver cómo resolverán un comienzo nada convencional. Y lo hacen por la vía de la elegancia de formas y recuerdos subliminales a David Bowie. No tienen en mente ser "unos más haciendo space". Destacan. Saben tener la atención del oyente en vilo. Y eso a base de audaces, minimalistas, sentimentales e inteligentes arreglos. Conforman un puzzle de muchas piezas diferentes, que casan entre ellas con precisión matemática. Delicado aroma a "decadencia espacial" surca el ambiente de ésta pieza más que especial. Esto es buenísimo. La misma fresca estrategia augura "Groover" (3'14).....música para dar saltos lunares. Así la imagino yo al menos. Tiene un extraño poso entre surf cósmico, burlesque cuántico y jazz teleportado, casi depravado. Perfecto para una absurda secuencia de un David Lynch inspirado. Un instrumental enigmático y fascinante.....para bailar sobre arquitectura.
"All of Those" (4'24) está en algún sitio entre Kevin Ayers, Richard Sinclair y Robert Wyatt, aunque no admite muchas comparaciones. Maravillosa resolución musical que atrapa en un universo de impensable definición, para nada difícil de escuchar, todo lo contrario. Altamente agradable, que en un mundo más coherente a éste sería un hit en la radio, por su adaptable audición a todos públicos. Y sin embargo es space / prog. .....música de calidad extraordinaria. Que demuestra no hacer falta abrumar en basura para gustar al gran público. Otros mejores mundos son posibles. Spacemachine mantiene un estado constante de sorpresa, alegría o positiva reflexión, pocas veces conseguida en propuestas de éste tipo.
Para el lado B iniciamos aventura con "Slip" (5'55), esculpiendo ambientes arty como unos expertos 10CC o Godley & Creme, mientras la voz forma parte indispensable del todo creado. Como un Belew canterburyzado y filtrado por impensables salidas que alejan el convencional space, de la ecuación conseguida. Simplemente GENIAL.No esperes Hawkwinds de tercera, esto es distinto. Definitivamente, aquí hay algo más.
La individualidad permanece en "M31" (5'35), con batería parlante al estilo Michael Giles, y modelados en ondas eléctricas a la Robert Fripp, Bill Nelson o Phil Manzanera's 801. Éstos últimos particularmente, por un saxo invitado puro Mel Collins, que emociona en su apasionada y tórrida intervención.
Finalmente "Ocean Song" (7'52) rubrica la procedencia de la banda con innegables esencias norteñas de lánguido pálpito, que estallan en eufórica alegría cameliana, y vuelta a la languidez sueca. Cósmicos ecos sympho-kraut reverencian nombres como Novalis, Hoelderlin, Grobschnitt o Rousseau. Sentimientos trascendentes que me animan a destacar a Spacemachine, entre lo mejor del nuevo año.
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