Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...
Sale Lon Spitfire a escena y en cuestión de segundos comprendes que estás ante un rock'n'roll animal. Tiene el aura. Contagia al instante su "rockismo" como si el género fuera algo joven y una novedad. Como si los 50, 60 y 70 fueran atrapados a un golpe de micro. Todo un alma mater de ésta banda barcelonesa, y todo carisma en actitud, voz solista y ocasional guitarra. Doy fe. 20 años avalan ya a ésta explosiva formación de hard rock'n'roll. Admiradores de Alice Cooper (han tocado con alguno de los "Billion Dollar Babies"!), el sonido Detroit y el classic rock con pedigrí. Dos demos previas en 2000 / 01 precedieron a su primer álbum autofinanciado, "Whips, Freaks & Bones". Cañonazo irresistible con los artilleros Rusty (guitarra solista), Honky (bajo), Dave Shadow (batería) y Norbert (teclados). Y con Lon Spitfire como loco maestro de ceremonias impredecibles, en éste vudú rock de alto octanaje alcohólico.
Los primeros segundos de "Two Coins in the Bathroom" traen sacudidas eléctricas de rifferama incandescente. Eddie "Fast" Clarke punteando en la silla eléctrica.....wah wah con experience arropado por una banda de gitanos, en la tierra de la dama eléctrica. Boogie hard hirviente en el careto con "Late Night in Brown City", con una voz que recuerda a David Lee Roth, en un combo gemelo de MC5. Buena combinación. Saludan a The Rockets de Jim McCarthy, o los mismos Cactus.
Los "Rusty's Tales" siguen por cáustica acidez rock'n'roller, ahora Diamond Dave baila enloquecido con Mick Farren. Y ésta fiesta arrolladora no hay quien la pare. Me hace gracia escribir esto en pleno confinamiento vírico, pero ni todos los virus guarros del planeta pueden con la juerga de ésta canción. "Scared Shitless" tiene la autenticidad de Dave Edmunds o Chris Spedding. Y ésa misma carga de sinceridad y ganas de cachondeo trae "Hunch". Me consta la alta sapiencia musical de ésta banda, y éso se transmite en purista inspiración sin límites. Arrogancia necesaria que ofrece implícita el oficiar en tan sagrada religión.
Dando la vuelta a la placa, "I'm the Show" es una presentación - declaración de principios, que divulga la diversión sin límites (muy loable, pero en un mal momento ahora mismo). Inmediata, entra "When the Devil Comes Down", entre Steppenwolf, Guess Who y.....sí, la voz del primer Van Halen, el único. No faltan guiños instrumentales a la Alice Cooper Band setentera de original buen gusto. Con final apocalíptico y grandioso que pone todo patas arriba. Sin descanso, "Long Black Haired Woman" podría ser Brownsville Station, Bloodrock o Blue Oyster Cult. Así de "pura raza" plantea el andamiaje. Así pues, "Trucks in North Way" responde a parámetros similares lanzados a toda hostia por la autopista, con el cartucho 4 pistas escupiendo a Foghat con la misma mala baba con la que se fabricaban los clásicos en décadas gloriosas. Y esto lo es. Clásico. "Sick Minds" pone fin al party animal con Aerosmith vibes, y furia berseerker desbocada por toda la patrulla Esquizofrénica Espacial. Guitarras oxidadas en Jack Daniels, puestas al rojo con la maestría de The Yardbirds, una canción - jam que hace pensar en seguir la fiesta con "Rocks" o "Toys in the Attic".
Contundentes y convincentes hasta la reverencia. Un histórico debut para enmarcar. Desde entonces, media docena de trabajos hacen su discografía oficial. Otra paralela ha seguido en forma de sus "Bootleg Series" en donde han homenajeado a Beatles y ZZ Top. Aunque en ése ámbito, son recordados sus conciertos dedicados a Thin Lizzy o especialmente, The Who. Una furia sobre el escenario que recomiendo de corazón. Esto es pureza rock.
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