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Skorpio – Ünnepnap (1976)

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 En los años 60 y 70 más allá de la frontera que separaba a los países del pacto de Varsovia y a los integrantes de la OTAN, era algo más que una simple frontera física. La información que provenía de los países pro-soviéticos era mínima además de controlada y edulcorada en todos los campos, y uno de ellos es el que más nos interesa, la música. Pero además el problema era en ambos sentidos, ni conseguía extenderse hacia la Europa “libre”, ni esta albergaba esperanzas de darse a conocer en los países del bloque rojo. No fue hasta los años 80 cuando con la muerte del Jefe del Estado soviético Leónidas Breznev comenzaron a surgir fisuras que poco a poco fueron fracturando esa férrea muralla entre las dos Europas, y empezó a fluir con ligereza cosas, hechos y vivencias que hasta ese momento eran inimaginables. Aun así muchas bandas que no llegaron a nada o que apenas publicaron, nunca serán reconocidas y nos han ido llegando con cuenta gotas. Las cosas no se hacían como en Europa occid...

Wata Igarashi – Agartha (2023/ Kompakt)

 Lo habitual es que sea al revés.  Que un productor del campo del techno se pase al ambient mayormente de aspecto germánico,  no. No es muy frecuente. Pero en Tokyo éstas cosas son perfectamente creíbles. Allí todo es posible. Wata Igarashi se estrena con éste interesante "Agartha" que hoy comentamos. 



Con apertura de fiel reflejo en su título, "Abyss" (2'30) casi da vértigo al asomarse a lo que sónicamente nos transmite. Un inmenso pozo infernal sin fondo conocido. Construido con analogía potencialmente peligrosa.

Para "Searching" (5'30) la influencia Dŭsseldorf es apreciable, más concreto la de Kraftwerk. Secuenciación plástica en reiteración viajante por ilimitadas praderas de la mente. Imagina el "Trans-Europe Express" en versión nave espacial, surcando galaxias a velocidades impensables. Un final algo seco le veo, aunque el contenido es acertado.

"Subterranean Life" (6'10) juega con atonalidades melódicas,  en una especie de "Tetris" sonoro donde sabe encajar cada pieza-drone en su respectivo hueco. Muy buen sonido de batería virtual, que ofrece cierta aura subliminal jazzística al entorno, de muy original raíz. Al igual que el pretendido órgano. Aspecto vintage para algo que implica futurismo. Igarashi mira más allá. 

 En "Ceremony of the Death" (7'07) cuenta con las voces corales de Frances Maya y la suya propia. De aspecto tribal, toma rítmicas algebraicas de frenetismo casi estresante, que sin embargo sorprenden y relajan meninges afectadas. Esquizofrenia terapéutica de curativa efectividad. Sabe darle el desarrollo lógico para resolver con éxito. 

La Berlín School más académica aparece en "Floating Against Time" (8'59), y es que hasta el título así lo declara. El "electronic crossroads" secuencial resulta entusiasmante y lleno de "ésa chispa adecuada" (ejem!) berlinesa.

Como si Robert Schroeder, Mind Over Matter o Bernd Kistenmacher se hubieran liado a una jam después de una tanda de chupitos.

Vuelve la oscuridad inicial con "Abyss II" (3'13) si bien en un tono más esperanzador que en su primera parte. Ondas expansivas que atraen a un plano dimensional desconocido, que no tiene porqué ser negativo. Así me lo muestra mi particular psicoanálisis de la pieza.

Secuencia inevitable sci-fi me viene en "Burning" (7'31).....Persecución mortal por la gran nave invadida por entes alienígenas  no deseados.....O suegras con embudos en la cabeza.....El surrealismo hace acto de presencia, como está mandado. En un corte extraordinario donde la mente te dictará que todo vale. Porque da para todo.

La inevitable mística de "Agartha" (6'33) refleja logros pretéritos de otros grandes de la iluminación kosmische como Deuter.

"Darkness" (3'44) conecta con el lado oscuro de "Abyss I" aunque no sugiere negatividad en éste caso. A veces la oscuridad reconforta y es acogedora. Éste es el caso. Desde un experimentalismo que se afana por crear y construir sensaciones. Finalmente "Eternally" (4'46) ofrece otro ejemplo berlinés de experto manejo y brillante resolución melódico-minimal.



El japonés se ha marcado un debut muy a tener en cuenta. Tiene claras sus múltiples necesidades creativas y las pone en práctica con especial buen gusto.

J.J. IGLESIAS



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