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VIRGINIA WOLF - Virginia Wolf (Atlantic,1986)

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El porqué una banda formada en el área de Manchester en 1977 consiguió mantenerse al margen de la NWOBHM, es otro de esos misterios que le da motivo de existencia a ésta sección de "Los Otros".  Quizá se ocultaron en un búnker,  a la espera de mejores tiempos para su melodic rock. Lo cual llegó a pasar en 1986, con un flamante contrato nada menos que con Atlantic. Tras los obligados cambios de personal, en ese año Virginia Wolf estaba formado por Chris Ousey  (cantante solista extraordinario), Nick Bold  (guitarras), Jo Burt (bajo) y Jason Bonham (batería "hijísimo de", que ya venía de hacer una obra maestra para Airrace, con 17 años). Los productores del homónimo debut iban a ser David Richards y Roger Taylor, demostrando el interés de Queen por las jóvenes formaciones melódicas británicas,  (Brian May lo haría con Heavy Pettin). Y ahí no acaban las conexiones, pues Spike Edney iba a aportar sus teclados invitados. La grabación se efectuó en tres emblemáticos  estu

MORUS - El Ser o el Ente (2022/ Morus)

 Éste mismo año dábamos cumplida cobertura al "mini-álbum" de homenaje a Klaus Schulze, por el sintetista chileno Morus. Una pequeña joya. Al parecer ya estaba trabajando en éste segundo larga duración (tercero si contamos "From Schulze"). Morus está destacando en el panorama de estilo berlinés en los últimos años. Y aquí lo hemos seguido desde el principio. Así que andábamos deseosos de chequear su nuevo "El Ser o el Ente". 



Que comienza en esa línea secuencial, ya desde "Energía Estelar" (3'58). De impronta majestuosa y que me sugiere una intro de lujo hacia un todo desarrollado a lo largo de 50 espectaculares minutos. "Étnica" (5'03) produce intensa y profunda solemnidad tribal. Es como asistir a un viaje temporal, a un ritual en un centro ceremonial Maya, en Palenque. Ecos de mil arcanas preguntas de un remoto pasado. Las musas de Morus lo llevan ahora a "Oriente" (7'30), con preciosas y realistas percusiones y misteriosa melodía de corte fílmico,  que transmite hacia enigmas egiptológicos. Al menos a mí. Su construcción es tan mágica como la de una pirámide.  No anda lejos de la saga Ozric, Ed Wynne en solitario, Nodens Ictus o Silas Neptune. El maquinal bucle secuencial de "Occidente" (9'30) nos devuelve a la Berlin School más pura, como era de esperar. Y es un sueño electrónico de buen gusto entre los Tangerine Dream de los 80 y los de ahora mismo. Distintos, pero compatibles. Reflejados en luminosas ideas que brotan sin descanso de los dedos y máquinas de éste sintetista. Realmente sensacional.

Mística voluptuosidad  en inmensas capas drónicas,  describen "Un Ser" (6'53). Con una visión - homenaje a Vangelis que no resulta un caso aislado. Inspira melancolía y reflexión sobre lo efímero de la existencia. También de su grandeza. Sorprende la dinámica utilizada para "Un Ente" (3'22). Lejos de presentarla en etéreas y algodonosas volutas trónicas, aparece casi como una fotografía urbana con sus prisas, stress,  traumas y urgencia. Sin embargo posee corazón y espíritu. Lo principal. Cambio drástico casi a la synthwave en "Un Sentido" (8'29). Maquinal, robótica, pretendidamente fría,  alegato tecnológico deshumanizado. Industrial,  oscura y siniestra. Pero a mitad de tema tiene que exponer su humanidad y esperanza en ella. El más inspirado Jean-Michel Jarre firmaría esto. Desconcierta y magnetiza al mismo tiempo. Es otro gran logro. Finaliza con "Transmutación" (5'11), donde erige un zigurat babilónico de una majestuosidad melódica colosal.

Ya no hay excusa.  Morus es un sintetista al que hay que seguir por obligación. "El Ser o el Ente"  es su álbum más intenso, rico en matices y trabajado. Completo en todo.

J.J. IGLESIAS 


 

 
 
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