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Bateristas en la sombra XX: Larry Martin

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En la escena del Jazz hay individualidades asombrosas que revolucionan los lenguajes. A su lado, para hacer cierta la ilusión, están los trabajadores de "a diario", instrumentistas eficaces que se notan imprescindibles cuando se les va a ver, pero a los que se olvida con demasiada facilidad. Mucho antes del fatídico treinta de Noviembre del año 2013, el expresivo, éste baterísta tan expresivo como dinámico, y tan eficaz como solvente, solo obtuvo cierto reconocimiento entre las oscuras bambalinas del vericueto de culto. A pesar de poseer su prodigioso pie derecho y esas virtuosas manos que le sirvieron para introducir precisión interpretativa en el contexto de la ejecución sujeta al tempo más preciso, desgraciadamente Larry Martin fue y seguirá siendo una hoja arrastrada por el viento de la amnesia. Nacido en Madrid en 1950, tocó multitud de estilos ya sea pop, hard rock, jazz o blues, y en todos ellos dejaron su impronta con un absoluto dominio del instrumento y una creativi...

GEOFFREY DOWNES & THE NEW DANCE ORCHESTRA - The Light Program (1987 / GEFFEN)

En 1987, el otro teclista rubio de Yes, Geoff Downes, (Buggles, Asia, Icon), tenía sorprendentemente tiempo libre para editar éste su primer álbum en solitario. Se agregó lo de "The New Dance Orchestra" no sé para qué,  porque ése nombre sólo podía ahuyentar a los feligreses. Los que nos atrevimos, descubrimos un asombroso y novedoso doble álbum. Todo temas largos, (subdivididos en partes tituladas), de imaginación y recursos mentales, -los materiales ya le sobraban -, desbordantes.


La primera cara constaba de la "Symphonie Electronique" (14'34). Grandiosidad de síntesis con el arsenal de la época  ( Synclavier + Fairlight incluidos ), samplers (que mal dieron con el nuevo invento), y teclados de todo pelaje. TODO está tocado por Downes, y efectivamente,  esto parece una orquesta electrónica con dos pares. Las percusiones resultan naturales aunque no lo sean, gracias al sampleado. Y la línea melódica de la pieza es, sencillamente,  extraordinaria. Evidentes recuerdos para Larry Fast / Synergy o Jean-Michel Jarre, pero Downess se las arregla para crear su propio mundo. A veces la vena sinfonica se acerca a Mike Oldfield o sus alrededores, ( Tom Newman , David Bedford)....esto tiene una sería enjundia a considerar.

Cara B y "Oceanía" (16'34), algo más space, con primeros momentos casi Kitaro / Vangelis, para pasar a un moderno electro-prog 80s inevitable, pero respetando las normas tradicionales del género. El contínuo encadenamiento de ideas resulta estresante. Demasiada información a procesar. Y eso me encanta. Por momentos parece Pierre Moerlen's Gong él solito. Aquí se ve cuando un músico está en estado de gracia. Y Downes en el estudio, ( el Townhouse Four), está en su hábitat natural, produciendo y tocando botoncicos.

Para la cara C inserta dos largos temas. "Ethnic Dances" (11'32), equiparable al Oldfield ochentero más centrado, (tú ya sabes cual), en donde abruma la genial simpleza melódica,  orquestada con lo mejor en electrónica de aquel momento. Puede que por su orientación étnica, ( dos de las partes se titulan "Bouree" y "Jethro", pero no), sea la pieza más oldfieldesca, superando a éste por entonces.  "East West" (14'34) nos da la oportunidad de oír a Downes desenvolverse más que bien con el Grand Piano, que utiliza con verdadero gusto a lo largo de todo el álbum. Es otra de esas piezas que se nota le han salido solas. Bien entrada en pistas y detalles mil, con picardía y su fino olfato eligiendo sonidos (increíble verdad? En plenos 80!) Pasa perfectamente por un grupo japo instrumental .Hasta gusta de insertar algún pasaje oriental de sabor Vangelis, verdaderamente hermoso.

Finalizamos la cara D con "Urbanology" (14'00), ahora de orientación Funk, por aquello de hacer una descriptiva urbana acorde a los 80. Así que existe un paralelismo con Ash Ra o Manuel Gottsching evidente.......material incandescente para "sampleadores de tumbas" sin escrúpulos. 


"The Light Program" es sin duda, un disco extraordinario. Con una magia intrínseca que no lo hace para nada pasado de moda, a pesar de llevar una producción made in 80s. Y con un catálogo de sonidos que es el follaje electrónico de aquella era. Un misterio más grande que el de Belmez.

Respuesta al enigma :  Música viva, llena de alma, chispa creativa y sensacional derroche instrumental. 
Una pequeña obra maestra.
J.J. IGLESIAS





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Comentarios

  1. Este disco marco mi juventud. Lo tuve en cassette a finales de los 80, entrando a la Universidad y me acompañó al menos unos 10 años. Ha sido una odisea encontrarlo en CD, pero lo encontré hace unos años y leer esta reseña, me ha hecho revisitar nuevamente ese gran disco.

    Gracias

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