Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...
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BAUHAUS - Starway to Escher (1974) (Italia) (Canterbury Ways)
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Esta rareza italiana formada en Roma nada tiene que ver con aquel oscuro grupo de gótico depresivo y neurótico de los 80´s afortunadamente. Este quinteto italiano nació de la legendaria banda progresiva Buon Vecchio Charlie y, como estos, al parecer solo tienen este registro de 1974 en el mercado.
La producción no es muy buena y el sonido deja algo que desear pero es un disco que todo amante de los Soft Machine del Five, Six, Seven y el Bundles deben escuchar. Starway to Escher es del mismo año que el Bundles y las composiciones, incluso los riffs-véase la pieza “Bijoux” por ejemplo- son casi similares a los Soft Machine más jazz rockeros, época Marshall, Jenkins o Holdsworth. Hay también alguna influencia tipo Weather Report o Return To Forever incluso John Coltrane, que es lo que encandilaba a los jazzeros progres en esa época. Hay que aclarar que la mayoría de saxofonistas de las bandas canterburianas estaban completamente influidos por el genio de Coltrane y esto es más que evidente. Casi diría que fue el gurú espiritual del lado jazz de Canterbury. Reconocido por ellos mismos. El saxofonista de Bauhaus se llama Claudio Giusti y por momentos pareces estar escuchando al fantasma negro norteamericano o al propio Elton Dean.
También mucho Fender Rhodes para variar y mucha libertad bajo-batería como mandan los cánones. No hay cambios de estilo en los 7 temas (de hecho parecen uno solo) que componen este LP, e incluso el guitarrista Luigi Calabró suena en la misma onda que sonarían los Coryell , Di Meolas o incluso nuestro Iceberg Max Suñé. El saxofonista no obstante lleva el peso del grupo y se luce a gusto en todos los temas, a los cuales no les falta su buen swing. Un disco instrumental no muy original, pero muy respetuoso con esta forma concreta y algo fría, de jazz-fusión-rock de la época.
Alberto Torró
Temas
1 The Lonious Gropious 3:28
2 Modulor 5:54
3 Bijoux 9:46
4 Section Aurea 4:34
5 Stairway To Escher 5:23
6 Ri-Fusion 8:46
7 Tipi Di Topoi 9:04
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