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Esqueixada Sniff – Ocells (1979/ Edigsa)

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 Barcelona 1975. La de las húmedas Ramblas llenas de puestos con flores y cardelinas enjauladas,  kioscos con prensa internacional y turismo. La del Barrio Chino. No el Raval. La del rock laietá y sus esforzados artistas aperturistas sobreviviendo. Josep M. París pasa las noches en La Enagua en fervientes jams con otros ex-Maquina! como Enric Herrera. Miquel Farrero admira a Paris y no se pierde ni una de ésas noches locas. Canaletas es su grupo, de poca vida. Pero invita al local a su héroe y acaban forjando una buena amistad. De ahí saldrá Esqueixada Sniff, que comienza a rodar por aquel 1975 lleno de ilusión, cerca de la Rambla, precisamente. Por entonces le va a salir sana competencia a Zeleste, con la sala Magic. Y los Sniff van a ser residentes, desarrollando repertorio, técnica,  improvisación y conexión mental entre sus miembros. Entra Riqui Sabates  y también su hermano Jordi durante un tiempo. Putas milis traen inevitables cambios de personal. Hasta que a comienzos del 79 sal

BIG HOGG (Escocia)

Encantadora y joven banda de Glasgow orientada a la psicodelia británica con cierto toque y perfume a grupos como Spirogyra (Barbara Gaskin) y a las bandas más pop rock del primigenio sonido Canterbury.


 Un sexteto con sección de viento y agradables canciones. Incluso a veces pueden recordarte ligeramente a los Curved Air. El grupo en cuestión está integrado por el líder Justin Lumsden en guitarra y voz, un trío de vientos lo ocupan Richard Merchant, Ross McCrae y Sophie Sexon, la cual  aparte de su lírica flauta, posee una bonita voz. Un polifacético Nick Gaugham que además de batería y percusiones toca teclados, bajo y lo que le pongan. El bajista oficial responde al nombre de Tom Davis.


 Por consiguiente tenemos una fértil amalgama de folk, rock, jazz y psicodelia por no desmerecer en ningún estilo y por supuesto el perfume hippyland que no falte ¿o deberíamos decir neo-hippy y apuntarnos a las mil etiquetas actuales? Ciertamente el estilo a veces, no siempre, está muy emparentado de los Caravan más inocentones, poperos, festivos y menos comprometidos y quién conozca a fondo la discografía del grupo puede apreciarlo sin dificultad. 


Esa despreocupación y flema tan británica, nada inclinada a la seriedad y a la trascendencia recorre los vericuetos de su música. Cervecita XXL (la cañita mini con gaseosa y posa-vaso, para las nenas y nenes pijos del PP) canuto, hierba y flores húmedas, té de las 5 con whisky de malta, una buena flatulencia más  algún eructo, y a sobar a la sombra de abedules. Precioso, natural y sano.


Big Hogg tan solo tienen dos trabajos hasta el momento: Big Hogg (2015) y Gargoyles (2017) y bromas aparte, el trabajo de composición de la brass sección, merece atención. La instrumentación al más puro estilo de los 70´s nos acerca a veces a los primeros Chicago Transit  Authority y si os digo la verdad hay muchas más influencias que simplemente perfumes canterburianos.


 Bonitas baladas, temas formato canción, no muy extensos. Añadimos un envoltorio muy cuidado, atractivas portadas etc…y en definitiva una banda muy agradable para acompañar con una buena pinta de cerveza negra.

Alberto Torró
Big Hogg






Gargoyles

















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Comentarios

  1. Yo aun diría más, Hernández ... Steely Dan ... T. Rex ... Dexie's Midnight ... Amazing Blondel (el de la pata de pato) ... Y no he hecho mas que empezar a escucharlos. Big. Grandes.

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