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Sinkadus – Cirkus (1999)

 La banda sueca Sinkadus , a pesar de una larga pausa que dejó a muchos fans con dudas sobre el futuro del grupo, resurgió en 2015, reavivando las esperanzas de quienes apreciaron sus dos álbumes lanzados a finales de los 90, esperando material nuevo, algo que, a fecha de 2024, aún no ha sucedido. Entre sus dos álbumes, Cirkus destaca como una increíble obra de rock progresivo. El viaje de la banda comenzó a mediados de los 80, con Fredrik Karlsson y Robert Sjöback tocando en una banda de versiones de rock clásico. Con el tiempo, comenzaron a incluir canciones progresivas en su repertorio, y tras la disolución parcial de la banda a principios de los 90, regresaron con nuevos miembros y una nueva dirección musical.




Al principio, tocar dos instrumentos resultaba agotador para Karlsson, lo que llevó a la incorporación de la flautista Linda Johansson. La búsqueda de un vocalista fue otro reto, que finalmente se resolvió con Rickard Biström y la propia Linda Johansson asumiendo las voces. Tras varios cambios en la formación, incluyendo la incorporación de Lena Petterson al violonchelo y Mats Svensson a la batería, la banda finalmente encontró estabilidad para lanzar su primer trabajo.

Cirkus comienza con "Jag, Anglamarks Bane", un tema que combina una siniestra melodía de flauta con una explosión sónica, donde destacan la potencia del órgano y el mellotrón, acompañados de un ritmo de batería que casi suena como una marcha fúnebre. El sonido intrincado y las líneas angulares de la guitarra y el bajo recuerdan al estilo de sus compatriotas suecos Änglagård. El tema alterna momentos de calma con explosiones dramáticas, creando una atmósfera intensa y cautivadora.

"Positivhalaren" continúa con una imponente apertura de órgano, batería y melotrón, creando una atmósfera donde la flauta y las inspiradoras líneas de bajo sobresalen. La serena melodía de flauta se desarrolla hasta culminar en un glorioso minuto final, repleto de notas bien colocadas y de gran belleza. "Kakafonia" , el tercer tema, presenta voces melancólicas seguidas de una línea de flauta y guitarra. La banda demuestra su habilidad para alternar entre estados de ánimo suaves y arrebatos instrumentales, con el melotrón como protagonista. La atmósfera épica se ve reforzada por un coro que complementa las voces sombrías, resultando en un tema de gran profundidad emocional.

La penúltima canción, "Valkyria", es una pista instrumental de unos 10 minutos que comienza con flauta dulce y guitarra acústica, creando un ambiente sereno. Con la entrada de los demás instrumentos, el melotrón cobra protagonismo, alternando entre secciones tranquilas y explosivas. El piano se utiliza sutilmente, y el final de la canción está marcado por una cadencia triste y continua que la cierra con una belleza melancólica. El álbum termina con "Ulv I Farakläder", una pista que comienza con una guitarra más alegre que el resto del álbum. La música crece en intensidad, liderada por la flauta y el melotrón, e incluye una orquestación de fondo que crea una atmósfera casi sobrenatural. El final de la canción es apocalíptico, cerrando el álbum de forma grandiosa.




Cirkus es una de las grandes obras del rock progresivo desde su "renacimiento clásico" de los 90, distinguiéndose por su introspección y singularidad. Si bien difiere de otros grandes álbumes suecos de la misma década, como Hybris de Änglagård y Vemod de Anekdoten , el álbum se consolida como una pieza fundamental dentro del género, ofreciendo una experiencia auditiva profunda y cautivadora.

Tiago Meneses



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