PROGRESIVO SIGLO XXI -19: Dave Kerzner and Sonic Element (Multinacional) 2024 The Lamb 50 anniversary
Es curioso la huella que dejan algunos discos en la historia del prog. Medio siglo ha pasado desde aquel inmenso 1974. Digo inmenso porque todas las bandas progresivas de la época sacaron sus mejores galas y sus paranoicas locuras creativas en esa franja de 1973-74.
Aquí en Hispanistán y si engañaban a la censura recalcitrante de la época nos llegaban las cosas algo más tarde. Yo tenía 20 años. Estaba en la mili con la disyuntiva entre suicidarme o intentar formar parte de Tip y Coll o los Hermanos Marx en sentido figurado claro. Opté por lo segundo. No os lo había dicho pero la vida era en blanco y negro. Igualica que la portada de The Lamb Lies Down On Broadway. Algunos colegas de los cuales ya no tengo ninguna relación tenían gratos recuerdos de aquella época. Yo escasos o ninguno.
Debido a la ya de por si escasa tendencia a la alegría parecía estar esperando ese doble disco de Genesis que ni dios entendía, ni creo que sigan entendiendo. A veces me encanta otras lo odio. Yo no sabía lo que era la depresión crónica hasta que escuché este disco y empecé a acumular años claro está. Durante mucho tiempo llegué a agotar los surcos de las cuatro caras del vinilo en un acto sadomasoquista imposible de explicar. Así como el “Tales From Topographic Oceans” de Yes era una ingenua gilipollez hippie-espiritual, el The Lamb fue como una revelación de la gran mentira de la vida. Por supuesto hablo de sensación sonora no de la temática absurda y ocurrente del álbum en sí. Cada sección del disco anulaba toda mi esperanza en el ser humano. Jamás la recupere por supuesto. El enorme fraude de la existencia y la locura parecía contenida en ese disco y la angustia que desprendía era absoluta. Ni Van Der Graff Generator que tenían fama de maníaco-depresivos ejercían esa desolación tan profunda. Recuerdo a “Selling England” como un disco hermoso y afectivo pero “The Lamb” sonaba radicalmente opuesto a lo anterior y parecía la muerte anticipada hacia la nada. Definitivamente en parte me cambió el carácter, pero también aumentó la capacidad de sarcasmo ironía y cinismo que son bienes inmateriales de la humanidad y hay que conservar como un escaso tesoro.
La época del cuñadismo ilustrado en la que vivimos está muy lejos del viaje surrealista de Rael, esa especie de punki-asperger con patologías mentales múltiples a la búsqueda de una entidad espiritual y trasformadora con todas esas gilipolleces ingenuas de los años 70´s. Bueno al final lo que interesa es la música pura. Meter todo tipo de literatura, fantasía y filosofía en música siempre lo he considerado como algo banal y aburrido. Lo importante es el sonido. La música pura trasciende las propias dimensiones y no necesita ninguna representación ni ninguna imagen.
Dave Kerzner parece ser uno de los nuevos gurús del prog moderno aunque no obstante el jefe de la banda del mundillo actual es el polémico y “cambiante” Steven Wilson y bueno, no está mal que al menos haya gente que de alguna forma apoye las viejas formas inteligentes de hacer música. Este norteamericano ha trabajado con gente como Alan Parsons, Francis Dunnery, Neil peart, Keith Emerson, Jon Anderson, Tom Waits y hasta con Ringo Star y curiosamente hasta con Madonna entre otros. Su pasión musical surge de los viejos Genesis. El se define como “diseñador de sonido”. En esa línea en 2011 fundó el proyecto Sonic Elements dando cabida a músicos con cierta reputación. De ahí surge el proyecto de grabar de nuevo “The Lamb”. Un proyecto que se inicia en 2014 pero que no verá la luz hasta este 2025 que ya se apaga con ilustres y conocidos invitados. Bienvenido sea pues. En esta “revisitación” encontramos peculiaridades y es bastante personal por cierto ya que ha “re-imaginado” la composición incluyendo partes instrumentales a su libre albedrío. El resultado es satisfactorio siempre y cuando no te ciñas al disco original y admitas ciertos caprichos.
Ha pasado medio siglo desde este punto de inflexión que supuso “The Lamb Lies Down On Broadway” y además se acaba de editar una caja remasterizada de 5 CD´s como efemérides del evento. Caramelitos para fans coleccionistas. Un álbum tan polémico como lo fue su coetáneo “Tales From Topographic Ocean” de Yes pero ambos radicalmente opuestos en sentido y contenido. Los setentas fueron tiempos en los que los músicos progresivos podían hacer cualquier cosa ya fuese el exceso, la ocurrencia, la genialidad o simplemente la soberbia. Podían hacerlo porque les dejaron. La diferencia es que entonces había originalidad y sabían tocar y componer buenas melodías. Ahora… que quieres que te diga.
Alberto Torró


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