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Peter Michael Hamel – Hamel (1972 / Vertigo)
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De formación académica clásica en su ciudad, Múnich. Estudió composición, psicología y sociología. Amante del free jazz (colaboró con Don Cherry), improvisación, música étnica y meditativa......En 1970 funda la banda Between. No es de extrañar que sea invitado al debut de Agitation Free, el esencial "Malesch". Trabaja con John Cage, Morton Feldman y Terry Riley (su absoluto ídolo), entre otros. Ahora aplica todo éso a su peculiar perspectiva como organista-sintetista en su primer álbum en solitario, "Hamel", para el sello Vertigo. Doble disco tocado en directo en el estudio. Y con Anatol Arkus como sintetista invitado. Historia pura del cosmic kraut rock. Además de todas las múltiples influencias citadas.
"Storm Over Asia and Calm" (4'10) refleja ésos ecos orientales, meditativos y de una profunda reflexión interior. Minimalismo espiritual obsesivo, fruto de sus viajes por Asia y la India. Comparable a Popol Vuh, Embryo o Deuter. Arcana sonoridad que extrae de su piano preparado, órgano, electronics de modulación en vivo o su propia voz. De técnica vocal hindú, el khyal. Por ahí continúa con "Believe I" (5'10), reiteración evolutiva de su admirado Terry Riley o LaMonte Young, que se hace notar. Suena extrañamente tribal y de hipnótico trance para la psique. Teclas percusivas que atrapan en una extraña telaraña sonora en "Believe II" (8'22). En realidad el mismo tema en su segunda parte. Tan influido por Stockhausen como por Bartok ("Mikrokosmos"), Hamel rubricaba ya su propia voz dentro del género kosmische, poseía su propio imaginario mundo.
Segunda cara con "Fire of Holy Eyes" (9'55), ahora con un órgano alienígena (me huelo que también "tuneado"!), creando atmósferas de pureza esotérico-chamánica indiscutible. El mejor Terry Riley reluce en su forma de superponer frases de repeticionismo mutante metamórfico. Púlsar de infrasonidos y voz humana como otro instrumento más. Hamel abre portales. Los expande y moldea a su ajustado y personal gusto.
"Song of the Dolphins" (7'30), de lógica temática acuática, ("Aqua" es de 1974!), imita el sonido de estos bellos ángeles de los mares. En otro viaje submarino, ésta vez a las profundidades insondables. Buscan extraterrestres y los tenemos aquí, sumergidos. La música acompaña y describe a la perfección. Cierra la cara la oscura "Sinking Sangsara" (3'55), de amenazantes sintetizadores.
La cara C la ocupa íntegramente "Aura" (20'05). Majestuoso ejercicio kosmische con el órgano disparando ondas drónicas de palpable irrealidad. El maestro Riley estaría más que satisfecho. Sin embargo, en parecidas pautas, será Mike Oldfield el que domine el mundo. Injusta suerte. Líneas melódicas certeras, propias de un experto francotirador electrónico. Que sabe crear en el momento, con total individualismo. Es ésta una pieza que irradia magia improvisativa y cualidades de reflejos mentales atléticos.
Última cuarta cara con "Gomorrhaga" (8'45) y "Cathedral on C" (9'20). Piezas cercanas al progresivo teclístico avant de un Bo Hansson, Franco Battiato, Piero Milesi o Musica Elettronica Viva, (con los que llegó a colaborar).
Música sin fecha de caducidad, que siempre revela algo nuevo. Que te hace pensar. Que te hace vivir. Un clásico para la eternidad.
J.J. IGLESIAS
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