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Elonkorjuu – Harvest Time (1972)

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 La década dorada de los setenta. Sí, considero que los setenta fueron la década más prolífica; la abundancia de bandas era evidente, visible tanto para los oídos como para el alma.  Sus comienzos, con estilos embrionarios, fueron adquiriendo sustancia con el paso de los años, dando lugar a una gran cantidad de bandas que deleitaron a aquellos ávidos de un sonido nuevo; una juventud descarriada y marginal, sin perspectivas de una vida buena y plena, buscaba en esta revolución sonora que irrumpió en aquellos años lejanos, su alimento, su fuerza emocional, mucho antes del punk rock, amigos míos.  Muchas bandas alcanzaron el éxito, popularizando el concepto de rock de estadio, conciertos faraónicos, estadios y gimnasios; el rock entrelazado con el mundo del espectáculo. Pero también existen bandas relegadas y olvidadas que cayeron en el olvido del rock. Sin embargo, no se equivoquen, no interpreten esto como incompetencia, como si las bandas hubieran fracasado en el seductor...

ICEBERG - Arc-En-Ciel (1979/ Bocaccio-CFE)

Siempre que llega el verano recurro a éste álbum. Es una visita con un mucho de nostalgia, pero también con gran placer musicófilo. "Arc-En-Ciel" es mi disco favorito de Iceberg. Y eso es mucho decir, lo sé. Fue el quinto y último y lo compré en época estival. Me marcó de por vida. Ése verano no escuchaba otra cosa. Descubrí que la asignación  que me dejaban mis padres para comer, cuando se iban de vacaciones, podía ser reducida a bocadillos. Más pasta para discos. Todo un mundo, se me abrió. 



"El Caminant Nocturn" (8'21) abría con un mágico Rhodes de Josep "Kitflus" Más. Seguido por el expresivo bajo del gran Primi Sancho, (un bajista para mí de lo mejor de aquí). Pero es que eran Iceberg. Por entonces la mejor banda que había en el panorama rockero español. Joaquín "Max" Suñe, siempre trepidante por el mástil. Sin perder ocasión para soltar algún guiño flamenco en su impresionante digitación. Y la técnica incomparable de Jordi Colomer era en la batería un caso aparte. Vaya cuatro fantásticos. 

Se grabó éste álbum en Octubre del 78. Pero siempre me sonó a verano. A perezosa siesta de mediodía. A nostalgia en soledad inducida. A recuerdos entrañables de otros veranos pasados......

Los diálogos guitarra-sintetizador son una pasada en éste tema. En realidad en el estilo de la banda. Fuera de serie. Mientras que el ritmo te lleva a otros planos astrales sin que te des cuenta. No imagino mejor jazz rock mediterráneo que el de Iceberg. En serio.

Colomer se luce a conciencia con sus ritmos parlantes en "Cantics de la Carn" (11'18), rozando los sones brasileños por momentos. Es música que puedes tararear. Y si puedes cantar los solos,  es que está hecha con cuidado extremo. Música que huele a costa y aventura amorosa, efímera pero intensa. Que sugiere y brinda por la vida a cada segundo. Música efusiva y llena de personalidad. Increíblemente bien ejecutada. Perfecta.

"Riu d'agost" (7'41) continúa ese perfume estival. Ahora en acústico y muy cercano a Chick Corea o Al DI Meola. Al mismo nivel.

"Embrujo" (8'14) podría estar en "My Spanish Heart". Cuatro músicos  en compenetración genética extrasensorial sublime. No vas a encontrar nada mejor en éste campo.



Finalmente "Crisálide" (8'30) sigue su marcha triunfal en un álbum sencillamente inmenso. Absolutamente perfecto. Un prodigio que pondría el broche de oro a una carrera histórica. 

Iceberg plantó cara al mundo.

J.J. IGLESIAS 


Temas
1º- El caminant nocturn 00:00
2º- Càntics de la carn 08:24
3º- Riu d'agost 19:44
4º- Embrujo 27:27
5º- Crisàlide 33:46


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