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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

LITTLE TRAGEDIES - Paris Symphony (1997-2009)

Este es un trabajo curioso que a tenor de haber conseguido ya cierta reputación y un buen número de seguidores su líder Gennady decide reeditar en 2009. 


En realidad se trata de una grabación de los inicios del grupo y cuando eran un trío a lo ELP, Trace o Triumvirat en toda regla: Ilyin, Babynin y Skripkin. Naturalmente teclado bajo y batería realizando ese neoclasicismo rock que hizo famoso al trio británico: órgano de tubo, hammond, moog, piano y con buena base rítmica. Lástima el sonido. 

No esperéis la claridad que merece esta música ya que por lo que oigo es una grabación demo y es realmente una pena. Con todo, los fanáticos de las velocidades emersonianas tienen aquí un caramelo apetecible y la música por supuesto es lo sumamente compleja y atractiva como para intentar sacarle pegas. 

La sociedad cultural rusa ya en los tiempos zaristas estaba muy influenciada por el refinamiento francés. De hecho, muchos de sus compositores al comienzo de la era soviética se exiliaron a Francia. Hay que recordar que el Imperio ruso al comienzo de la primera gran guerra se alió con Francia e Inglaterra en contra de Alemania y el Imperio Austro-Húngaro, por afinidades tanto socio-políticas como culturales. Ese “afrancesamiento” siempre ha tenido un hueco en la cultura, la música y el arte ruso más occidentalizado y supongo que el maestro Gennady Ilyin quería de alguna forma mostrar ese homenaje con esta especie de sinfonía parisina y todos sus lugares emblemáticos como muestran los títulos de las piezas contenidas en esta grabación. De todas formas, para poder apreciar en condiciones óptimas esta vertiente del estilo progresivo es preciso tener algo de experiencia en la escucha de música clásica. En realidad todo lo que esté catalogado como rock sinfónico parte de tener la misma experiencia. No hay duda de que toda animadversión hacia este estilo viene del odio hacia lo clásico. Es un círculo vicioso. Es muy raro que alguien se aficione a escuchar y a valorar la música en edades tardías. Si de niño no te ha picado la curiosidad y en la adolescencia no has empezado a comprarte o a escuchar música de adulto es una tarea imposible. Yo al menos no conozco ningún caso de melomanía que ya no haya empezado de muy joven. Con la música ocurre como con cualquier otra actividad, si no hay vocación es imposible. También es cierto que es una adicción y en algunos casos una patología mental. Todo exceso en lo que sea es una patología. Todo arte puede convertirse en una forma de alcoholismo al igual que un adicto al trabajo o a cualquier otra forma de esclavitud por maravillosa que nos parezca. 

“Esclavos de la música” resulta paradójico porque los placeres hacen sufrir y de que manera. La hoy desgraciada “Notre Dame de Paris” abre el programa con órgano eclesiástico y carreras de teclado a toda pastilla. En “Montmartre” tal solemnidad se desarrolla de igual forma. Aquí se parecen un poco más a los Nice o a Ekseption. El sonido es algo tosco y evidentemente eso va en detrimento de la apreciación técnica y la satisfacción mientras lo degustas. Las salvajadas chirriantes con el moog incluso a alguno le pondrán de los nervios. En el sonido inicial tintineante del “hotel de los inválidos” cambia un poco el asunto con su movimiento orquestal en “staccato” (notas cortantes). “Napoleón” funciona con las mismas premisas de música enloquecida que se apresura y empuja como intentando buscar una salida en medio de una turba o una multitud. Nada de rock. Olvídate. Es mucho más fácil encuadrar esto en los movimientos contemporáneos o modernistas clásicos del siglo XX. Hay formas más sombrías y épico- amenazadoras como “El Arco del Triunfo”. ELP llevado más lejos y más extremo que los originales. Las formas más relajadas o líricas son breves apuntes como “Moonlight People”. Es el primer trabajo de Little Tragedies y por entonces eran completamente instrumentales.
Alberto Torró

 





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