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BIG DADDY KINSEY - I'AM THE BLUES (1993)

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 Siguiendo el ordinario recorrido que emprendieron la mayoría de los bluesman emergidos del Delta hacia el auspiciado norte, Big Daddy percato que en Indiana la escena del blues no era para nada despreciable. En la misma, tipos como Albert King,John Littlejohn y John Brim animaban el circuito, por lo tanto el viejo deseo de Lester Kinsey se quedo al plantar bandera en Gary. Con una modesta paga como conductor de grúas y una erudición notable en la guitarra slide, comienza a desandar una etapa fructífera a nivel personal, pero que no pudo plasmarla en algún vestigio porque para tal fin había que trasladarse a Chicago y el estar mucho tiempo alejado de su familia ,no lo convencía en absoluto. Entonces, tuvo el reluciente planteamiento de formar una banda emparentada junto a sus hijos, en la que sobresalía el guitarrista Donald, que años mas tarde acompañaría al rey Albert y Bob Marley, en sus respectivas agrupaciones. Este proyecto familiar fue bautizado como "The Kinsey Report...

Vanderhoof – A Blur In Time (2002) (Steamhammer / SPV GmbH)

 A Kurdt Vanderhoof se le empezó a conocer en el mundo musical facturando un estilo lejano a su posterior heavy metal, ya que sus primeros pinitos con cierta relevancia fueron militando en las filas de los punk-rockeros The Lewd. Pero sería la banda que fundo en 1983 con Kirk Arrington, Metal Church, la que le llevó a la auténtica repercusión dentro del movimiento metálico. Tras esta agrupación nacerían otras que como puedes imaginar acaban cerrando el periodo con una última creación: el conjunto Vanderhoof. Otra vez con Arrington como compañero de estudio, Kurdt publica en el 97 un disco debut que obtuvo críticas muy alentadoras. Cinco años después, con la lección aprendida y lleno de ganas de sorprender a su público, el proyecto regresa para tomar las riendas de la industria y cabalgar a su antojo –algo que finalmente quedaría cual delicatessen puntual–.



En este álbum de Vanderhoof podrás hallar una extensa lista de influencias y diferentes formas de entender el rock. “30 Thousand Ft.” está en la onda de aquel Ozzy Osbourne ochentas, de aquellas composiciones que le alejaban de su pasado junto a Black Sabbath y empezaban a dar un nuevo color a su carrera. El grupo sigue aquí esas premisas, así mantiene una calmada base melódica que estalla en un estribillo pegadizo, un coro seguido de cerca por el importante trabajo que realizan las teclas de Brian Cokeley. “Electric Love Song” aletea cierto sabor clásico pero, aunque a veces no lo parezca, se acerca mucho a grupos de metal melódico y cuidadas progresiones como Winter Rose o Sharon.



El carácter acústico con sorpresa eléctrica te espera en “High St.”, con un Drew Hart que sabe hacer trabajar a sus cuerdas vocales, consiguiendo con cada pasaje que un sentimiento muy especial le recorra la espina dorsal. Los aspectos progresivos y con ramalazos a Saga o Styx inundan “Un-Changed”, mientras que la balada-medio tiempo con cuerdas de esperanza se esconde tras “Brand New Light”. Así hasta cubrir un tracklist de once canciones, todas llenas de magia, todas rebosando amor por la música original.

por Sergio Guillén Barrantes



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