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QUATERNA REQUIEM - Quasimodo (1994/ QR)

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 Es sorprendente (y alarmante) cuánto se tiende a olvidar, ignorar, ningunear, la escena progresiva de Sudamérica. Monstruosos combos con masterpieces desorbitadas que todavía esperan ser descubiertas.  Concretamente en Brasil, la conexión estilística con el rock progresivo italiano (RPI), es evidente. En muchos casos, a un mismo nivel de grandiosidad. Blezqi Zatsaz, Kaizen, Trem do Futuro, Verdaguer, Lehmujen, Sagrado, Topos Uranos, III Milenio, Dogma, Bacamarte, Atmosphera, Atomo Permanente, Som Nosso de Cada Día......La lista se hace gozosamente interminable. Creo que había que hacer justicia en Rockliquias y traer hoy a Quaterna Requiem. Banda-dúo  formada en los finales 80. Elisa Wierman (teclados, composición,  producción) y Claudio Dantas (batería,  percusión,  cover art, producción) son la base en éste "Quasimodo". Segundo álbum tras el ya magnífico "Velha  Gravura" (1990). Únicos exponentes junto al grabado en vivo, "Livre" (1999), antes de co...

AYERS ROCK - Beyond (1976/ A&M - Mushroom)

 En los áridos territorios del norte de Australia se encuentra un enorme monolito rojo, al que en 1873 llamaron Ayers Rock. Pero era Uluru, para los nativos. Cruce de caminos del Tiempo del Sueño aborigen. Lugar mágico y misterioso como pocos. Perfecto nombre para una banda prog (o así) australiana. Que comenzó en los primeros 70 y se estrenó con un álbum en directo, "Big Red Rock" (1974), de straight rock blues sin concesiones.



Algo cambió en ésos dos años en blanco hasta "Beyond" (1976), que los hizo parecer otra banda. Chris Brown y James Doyle (guitarras, voz), Mark Kennedy (batería), Duncan McGuire (bajo) y Col Loughnan (saxo, clarinete, flauta, teclados y voz) componían éste álbum. Ayers Rock fueron probablemente la primera banda aussi en tocar ante grandes audiencias en USA. Por delante de Little River Band o AC/DC. Graban entonces "Beyond", en los Record Plant Studios de Hollywood, CA. Y con producción de John Stronach. Apostaron fuerte y se nota en el sonido.

"Moondah (Beyond)" (6'45) ofrece lo que se intuye desde el título. Contundente prog-jazz rock de referencias Mahavishnu Orchestra. Música instrumental con tendencias al misticismo de Santana-McLaughlin. Cuando les dio por hacer el primaveras con gurú estafador. Era el tiempo. Y quieras o no, la música se benefició de aquella corriente mística. Peores tiempos vendrían con la new agh!(e).  Un Fender Rhodes picarón, rítmica gimnasta, saxo adecuado a las exigencias del momento y guitarras que enfatizaban casi hard rock. Ayers Rock sonaban tremendos.

En "A Place to Go" (5'40) ya meten voz con deliciosa línea melódica funk-negroide. Pero la música parece la primera Companyia Eléctrica Dharma. Supongo que por influencias similares. Finísimos punteos y aterciopelada elegancia a lo Stanley Clarke. Como él,  gustan de usar mullido colchón de violines que hacen las veces (caras) de un teclado.

El Jeff Beck de "Blow by Blow" / "Wired" aparece en "Catcha ne mu" (4'28), dislocando mandíbulas  con fraseos en su línea  y sección de ritmo pirotécnica.  Rubrica un saxo engrasante y percusiones brasileiras de sambódromo guarrindongo. Frenetismo rítmico y gozada guitarrera a lo Ray Gómez,  Iceberg o Guadalquivir. Por poner ejemplos de "aborígenes" de aquí. 

Vuelta al vinilo para "Song for Darwin" (6'55) con experimentaloide intro kraut y, puestos en materia, dar un brusco viraje que arrasa con todo. Ahora es latin-rock santanero etapa "Amigos", nada mal recreado. Es gente que se toma en serio lo de componer. Acto seguido insertan flauta Herbie Mann que le da ambiente boite de peli made in Ozores. Mola mil. Acústicas en bello punteo Ritenour y temazo al canto. Música para la Mansión Playboy.

Rhodes + cello inicia "Angel in Disguise" (7'25) con bacanal de cuerdas que no la vuelve un producto kitsch. Arreglo muy similar a Jan Akkerman, (y de hecho podrían pasar por Focus), de perfecta conjunción entre técnica y sensibilidad. Cambio de timón y galopada funk rock de guitarra a lo Bolin (Tommy). Con un saxo respondón al modo Shorter (Wayne). Una calurosa conversación que llega a lo tórrido. Mientras un ejército de violines que no empalagan, aterciopelan ése sonido Hollywood de clase alta. Bellezón.

El final lo pone "Little Kings" (2'48), no muy lejos de Earth, Wind & Fire antes de soltar pelotazos a las gradas mainstream. Si esto no fue el single, no se enteran. Así pues, redonda rodaja que fotografía con precisión el sonido de finales 70, o al menos uno de ellos. 



Parece que el camarote de los Marx estaba ya suficientemente petao de bandas al uso, y Ayers Rock se quedaron fuera. Decepción y separación. Y una vuelta con distinta formación para "Hotspell" (1980), más en línea Steely Dan. Un último intento para un tren que ya había pasado. Lástima.

 Si se hubieran llamado "Uluru"....

J.J. IGLESIAS



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