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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

THE TANGENT - The Slow Rust Of Forgotten Machinery (2017)

A estas alturas cada disco de la tangente es un acontecimiento gratamente esperado y ya sabemos que la calidad está asegurada. Tillison es un músico incombustible. Un tipo con la cabeza bien puesta que ha mamado incansablemente cuatro décadas de progresivo de cualquier pelaje y condición. Eso le da una ventaja considerable a la hora de componer y sabe lo que hacer con su música. El hecho de tener una buena técnica a los teclados se lo hace fácil y variado. En esta ocasión se ha venido arriba y se ha atrevido incluso con la batería. No es un batería deslumbrante, no nos engañemos, pero cumple con creces esa función. Desconozco el motivo por el que ha querido prescindir  en este nuevo disco de un batería profesional del nivel al que nos tenía acostumbrados. Le apetecía tocarla a él, pues me parece muy bien. En general en la década y media que lleva con su grupo se nos ha presentado siempre como un tipo insobornable que hace lo que quiere y lo que le gusta. No ha dado nunca concesiones a lo fácil, moderno y barato ni a la simpleza en busca de ventas y es de agradecer. Sabe perfectamente que su música es para una selecta minoría y para el oyente veterano y de tal forma acomete cada uno de sus proyectos y se le nota que está orgulloso de ello. Esperemos que en un futuro la cosa no se tuerza. Sabe que el nivel de su banda está hoy día al alcance de muy pocos ya que la enorme mediocridad que invade el estilo actualmente los hace brillar con luz propia. Su nuevo trabajo de 2017 no podía defraudar e este respecto. Pero el peligro de elevar cada vez más el nivel de lo que hace, puede hacerle patinar alguna vez. Siempre hay un límite por bueno que seas y está muy cerca de tocar el techo. 


Que decir de este “Slow Rust”…pues que han vuelto a grabar una obra excelente y como es habitual en ellos han vuelto a pulir y dar brillo a composiciones como siempre muy bien trabajadas y de intachable factura. Cuando se dominan bien varios estilos de la mejor música que ha dado la historia, es difícil cagarla y el mayor peligro puede ser el estancamiento y la repetición. Lo saben y hasta ahora afortunadamente no podemos decir que hay un disco de Tangent  igual que otro y eso exige un esfuerzo que visto lo visto, imprimen siempre en cada trabajo. 


Tenemos  solo 5 piezas en 74 mtos y tres de ellas son largas y complejas suites. Algo ha cambiado, quizá más rock, más energía y por otra parte también mayor sofisticación y delicadeza. Como siempre necesita una buena dosis de audiciones incluso para el más experto en rock progresivo. No voy a perder el tiempo en adjetivar cada pieza, no es necesario y ya lo doy por obvio. La nueva teclista de apoyo y voz, de nombre un tanto aristocrático, como Marie Eve De Gaultier, le da el toque femenino con su bonita voz. Me gustaría personalmente que cantase más porque su papel en la voz me resulta escaso, pero es lo que hay. El joven Luke Machine tiene cada vez más protagonismo instrumental y hay que reconocer que el chaval acojona de lo bien que toca. Theo Travis y Jonas Reingold se encargan como casi siempre de que todo el entramado sonoro tenga la calidad que se merece y los detalles correspondientes para dar la excelencia. La banda toca que es una barbaridad. Hay que escuchar este disco con la debida atención como con todos los Tangents en realidad. Cada disco es un paso adelante. Ojalá el futuro sea afortunado.
Alberto Torró







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