Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...
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KANT FREUD KAFKA - Onírico (2017 / KFK)
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Nos llegan noticias de Javi Herrera, alma mater detrás del proyecto Kant Freud Kafka, desde Barcelona. En su haber ya cuentan con un fantástico debut instrumental, "No Tengas Miedo" (2014) . El miedo se lo he metido en el cuerpo yo a mi compañero de redacción, mi amigo Alberto Torro. Últimamente le he presentado formaciones de aquí excepcionales. Que hasta se ha quedado boquiabierto, vaya. Y eso, a un exigente del buen gusto como él, es difícil empresa. Bien pues para ésta ocasión, le avisé que tenia reservado "algo de su cuerda". No fui tan malo de guardármelo, y le di la info sobre KFK. Su reacción fue un sonoro, "IMPRESIONANTE!!, viniendo de éste puto país " (sic).
Así que aquí tenemos un álbum conceptual, o más acertádamente temático, sobre el mundo surreal de los sueños. Herrera se encarga de toda la música, salvo un extracto en "Es Quan dormo que hi veig clar", donde homenajea a Claude Debussy. Eso puede dar pistas.
Además, Herrera toca batería, teclados y canta (como tú , Alberto!). Las numerosas colaboraciones incluyen a sus hijas Alia (voz) y Andrea (claqué, algo bastante inédito, ciertamente). Y un largo listado de músicos al violín, viola, violonchello, percusión, salterio, oboe, corno inglés, guitarras y contrabajo.
"Insomnio de una noche de verano" (9'27) nos avisa ya en su intro de que el rock sinfónico puro (etiqueta ésta inventada en éste país y que a veces, resulta efectiva), es el sello de identidad de KFK. Todos los instrumentos están perfectamente ensamblados. Como un puzzle de miles de piezas, en el que al finalizar, te encuentras con un bucólico y maravilloso paisaje terminado. Sintes y guitarras por el lado (muy) prog. Contrabajo por el jazz. Oboe y cuerdas por la clásica. .....Esto es bellísimo, señores. Tal vez Camel sea un buen referente a la hora de sopesar su magnitud rockera.
"Dulces Sueños" (5'18) se estrena en el apartado vocal. La dulce y lírica voz de la joven Alia Herrera nos transporta a recuerdos arcaicos y de ensoñación. Le contesta la voz de Javi, y a mí esto me recuerda a la última etapa de The Enid, con preponderancia vocal pero sin olvidar una grandiosa música de cámara.
"Es Quan Dormo que hi veig clar" (10'54) lleva un poderoso hilo conductor teclistico, hasta que lo corta la guitarra, con arropo ahora del organo a la voz. El desarrollo vuelve por senderos a lo Kayak, Coda o Taurus (si, no sé porque me suena muy holandés! ). Esta vez viene cantada en catalán, aunque también se utiliza el castellano e inglés en todo el disco.
"Vida y Muerte" (8'28) es otro derroche de belleza y refinamiento. Pero no estamos ante música endeble o floja. El hecho de que su creador sea batería en primer lugar, le da un robusto cuerpo rítmico que no cae en blandenguerias ni yogourteces.
"A Nightmare on Major St." (7'33) se me representa como una secuencia oscura de Jack The Ripper, en busca de presa por las húmedas y pestilentes calles de un Londres Victoriano. Creo que dan más miedo esas calles que el propio Jack. Ahora cantada en inglés, la pieza sugiere hasta un atisbo teatral-operístico extraordinario. Musicalmente irreprochable, descriptiva, cinemática, fantasiosa, perfecta.
"Awakenings"(9'03) pone el punto final a este "tratado sobre sueños y pesadillas", a modo de decrépito volumen de polvorienta librería que tanto gustaría a Immanuel, Sigmund y Franz. Un leve recuerdo del primer Oldfield aparece en los primeros minutos. Pero la riqueza de sonidos y avalancha de ideas hace desaparecer al británico de tu mente de un plumazo. La verdad, me quedo más feliz soñando aquí que "volviendo a Ommadawn" para aburrirme como un oso (que por cierto, hibernan "oniricamente"). El final, de aires flamencos y zapateo percusivo de Andrea Herrera, te convence definitivamente de la inmensa capacidad de recursos originales que posee KFK. Junta a todos los nombrados, a Kotebel, After Crying, Ant Phillips, Maxophone o Asturias. Por ahí va la cosa.
Como dice mi compañero de redacción y birras (os manda un saludo).....IMPRESIONANTE! viniendo de éste puto país.
Puede haber algo más generoso, hermoso y magnífico que el que tus hijos te acompañen y apoyen en la música que haces...? creo que no. Yo también tengo esa suerte y eso no tiene precio.
Puede haber algo más generoso, hermoso y magnífico que el que tus hijos te acompañen y apoyen en la música que haces...? creo que no. Yo también tengo esa suerte y eso no tiene precio.
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