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MacArthur – MacArthur (1973)

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 Otra de las bandas injustamente enterradas en el olvido, sin apenas información sobre ella, es desconocida para la mayoría de público rockero. De origen Norteamericano con solo 2 Lp's pero de categoría superior, pasarían sin pena ni gloria por los circuitos comerciales masivos. Realizaron un progresivo inusual en las costumbres del nuevo continente, con un trasfondo muy europeo en las estructuras compositivas, confunde y sorprende la procedencia del otro lado del charco. El derroche de calidad y creatividad es total, el potencial enorme y el virtuosismo patente, sin embargo no hubo continuidad. Su sonido se sostiene sobre una importante base de teclados, mayoritariamente sintetizadores moog y minimoog,  última tecnología del momento, que nos retrotraen a la memoria irremediablemente los muros de sonidos uniformes y punzantes que solían aplicar EL&P en sus años dorados. Composiciones técnicas arropadas por unas guitarras arpegiadas a ritmo muy atractivo, dan una nota más humana

THE TANGENT - A Place In The Queue (2006)

Es curioso observar la forma a veces tan antagónica que tiene la gente al escuchar y valorar la música. Es conocido el dicho de que “sobre gustos no hay nada escrito” y es un tema recurrente cuando nos juntamos los amigos metidos de lleno en este particular mundo,  el sacar a colación las diferentes sensibilidades al calificar una obra o una grabación que no siempre ejerce el mismo impacto en cada persona. Esto es lógico y normal y naturalmente los más veteranos en este mundillo, nos jactamos con exceso de vanidad a veces- todo hay que decirlo- en distinguir  y clasificar a la primera, lo que es buena o mala música, la pedantería es deleznable y ridícula,  así que no estamos del todo libres de la duda y el error y de vez en cuando, nos viene bien un baño de humildad, que por otra parte es sinónimo de experiencia y madurez. Esto viene a colación con este tercer trabajo de The Tangent. Leo en las críticas de Prog Archives por ejemplo, con calificaciones que van de 5 estrellas y absoluta obra maestra, a calificaciones de una sola estrella y cagada absoluta. No puede ser me pregunto. Es cuestión de ignorancia?  (la mayoría de las veces sí) pero también los más fanáticos se dejan (nos dejamos) llevar en ocasiones por el entusiasmo… ¿sin tiempo de reflexionar a fondo?...quien sabe. La música te dice algo o no te dice absolutamente nada. Hasta ahí puedo llegar y es la clave de la cuestión.


En general este disco es alabado como uno de los más importantes de principios del siglo que nos toca aguantar, pero también tiene muchas críticas en contra. Recordad el “Tales from…” de Yes y la polémica que generó. Andy Tillison ha colocado en 78 mts de CD dos enormes suites: “In Earnest” con diez secciones en 20 mtos para iniciar el trabajo y la homónima  “A Place In The Queue” de 25 mtos con ocho subdivisiones al respecto. Algún gracioso parafraseando a Woody Allen diría “todo lo que querías saber del progresivo pero temías preguntar”. Los Flower Kings hicieron algo parecido con el ya antológico “Stardust We Are”.





No obstante sin ser mi Tangent favorito hay que reconocer que la currada que lleva este disco es tremenda y no valen un par de escuchas antes de meter la pata. Este no es tan directo y emotivo como el anterior trabajo y hay que infiltrarse entre recovecos para degustar el caviar. 

En medio de las dos épicas piezas que encuadran como una muralla el disco, hay diferentes vidas dentro de la “ciudad” sonora. “Lost In London” vuelve a los Caravan-Hatfields más ligeros y despreocupados en un placentero viaje de 8 mtos.

 La saltarina “GPS Culture” nos recuerda al Tony Banks y al Wakeman más alegres. 

“Follow Your Leaders” tiene ese toque tan variado con mezcla de estilos y un aire groove-jazz -rock-soul completamente agitado con un bajo del Jonas Reingold  tremendo y un hammond desatado. Roine Stolt ya no está en este disco y Tillison vuela por libre. El cambio del guitarrista por un tal Krister Jonsson no baja enteros y otro ex Flower como el chileno Jaime Salazar se ocupa de las baquetas. 

“The Sun Of My Eyes” desentona completamente aunque podemos tomarlo como una broma del sonido black disco o Philadelphia.  Esto contrasta con el monstruoso  final épico y en ese inicio me viene a la memoria ese Crimson-Starless mellotrón incluido aunque exento del drama-Fripp, pero sin quitarle solemnidad y bonita melodía. La voz de Tillison es de las que tienes que acostumbrarte. No es una voz lírica ni preciosista y tiene sus asperezas pero que acabas aceptando como parte del sonido Tangent. Los vientos de Travis y el piano de Baine siguen dando esa especial clase y calidad al asunto y el nuevo guitarrista da alguna que otra sorpresa. Los cambios a partir de los siguientes minutos van a tensar la pieza hasta que la rítmica se anima y nos metemos de lleno en jazz-funky-prog-rock con nervio y teclas a discreción. Aquí las influencias parten como fuegos artificiales hacia múltiples destellos sin apenas descanso.



 En la edición especial hubo un segundo bonus-disc con recortes y retazos sobrantes realmente no muy destacable. Con todo quizás el álbum en general no sea de cinco estrellas por algunos detalles discutibles, pero sinceramente no entiendo a las mentes que se lo cargan a la baja. Salvo a los que por norma tienen un odio irracional y generacional al prog, y que desde luego son legión.  En ese caso es completamente lógico. El disco sí o sí merece la pena ser disfrutado .
Alberto Torró







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