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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

COS (Bélgica) (Canterbury Ways)

Los belgas Cos grabaron cinco discos entre 1974 y 1983, pero son los tres primeros realmente los que podemos meter en el saco de las rarezas en oposición a todo lo convencional. 

La parte de la vocalista Pascale Son, es muy importante y definitoria del estilo, le debe mucho al Zeuhl de Magma pero utilizando letras y sílabas sin sentido. Lo de Magma es un idioma inventado. A medio camino entre el Canterbury a la Henry Cow y el Zeuhl o R.I.O de los franceses Zao, Cos realizan un jazz extravagante y complejo con voces femeninas y extrañas tonalidades avantgarde que podríamos calificar de surrealistas. 


No es una banda para todo el mundo eso es evidente. Pero como todo lo raro y diferente tienen su particular encanto para los buscadores de música con salsas extrañas y picantes. La paleta instrumental como es habitual en estos grupos incluye  además de teclados, bajo, batería y guitarra a varios percusionistas, clarinete, oboe, saxo, flauta, cello etc.



Postaeolian Train Robbery de 1974 se abre sobre melodías muy peculiares en onda un tanto extraña y acercándose al zeuhl vocal siendo la voz un instrumento más sobre una base jazz rock ligera similar a unos gong o primitivos Hatfield pero mucho más absurdo. El piano eléctrico lleva la parte más representativa y está muy próximo  en estilo y forma al Steve Miller de los Caravan del Waterloo Lily. 




Hay cosas bastante locas y entretenidas como “Coloc” con nueve minutos de piano  guitarra muy activos y ambientes  vocales psych-wyatt- maching- mole desatados. Partes instrumentales de modern jazz puro se suceden de forma intercalada. 





Con el siguiente disco “Viva Boma” de 1976 la cosa se pone más interesante a la vez que extraña. Este es probablemente su mejor trabajo y el más original. Sinceramente no sé con exactitud donde encuadrarlo. Los ritmos  y tiempos vuelven a recordarme mucho a los Matching Mole con algo de Hatfield y bastante experimentación muy acorde con los tiempos y las influencias absorbidas de su época.




 “ L´idiot León” es muy próximo a los sonidos de teclado clásico canterburiano muy Dave Stewart. Bonita y original pieza. La más Hatfield de todas. 



“Babel” de 1978 se aproxima en parte al Magma de esa época mucho jazz –rock, histrionismos, algo de funk y bastante menos canterbury que en los anteriores y más hacia el RIO aunque la última pieza “Greneldo” tiene casi un trasfondo de sonido disco funk setentero que desentona bastante. 




A partir de este momento la banda se dirigiría hacia caminos chocantes,  con un sonido más previsible y comercial con toques funkys,  africanos, étnicos etc…  aunque manteniendo lo bizarro en las voces. Un grupo rarito al gusto del consumidor.
Alberto Torró









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