La fusión de dos de sus miembros daría lugar al nombre que terminó adquiriendo esta alianza, John Mark y Johnny Almond, músicos que comenzaron su vida en ambientes diferentes pero que por casualidad acabarían conociéndose en 1969 cuando trabajaron en la grabación de 2 álbumes del inagotable John Mayall, una vez terminada la época de los Bluesbreakers. Es allí donde John y Johnny se dieron cuenta de la buena conexión que había entre ellos, no tardaron en decidir que debían unir fuerzas y dar forma a una criatura que se llamaría Mark Almond, no fueron muy originales. Retrocediendo algo en el tiempo puedo decir que los primeros escarceos de John Mark arrancan en 1963 grabando un disco con otro miembro que luego pertenecería a la banda de Cat Stevens. También acompañó a Marianne Faithfull en sus grabaciones y conciertos ya en 1965, con ella escribió y realizó arreglos en varias de sus canciones. Tres años después fundó una agrupación y llegó a registrar con ellos una única grabación, ...
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ENSAYOS NEWS: PETER BAUMANN - Machines of Desire (2016 / BUREAU B)
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Uno de los sintetistas más añorados por los aficionados a la Electronic Prog. Desde su partida de los mejores Tangerine Dream a finales de los 70, su nombre casi había sido olvidado.
Inició una desigual carrera en solitario en donde tan sólo "Romance 76" (1976) y "Trans Harmonic Nights" (1979) tenían sentido coherente. Frente a una inaudita vuelta de tuerca hacia el synth-pop. Aquello fue como si el campeón del mundo de ajedrez lo dejara todo por el parchis.......
Construyó los Paragon Studios, en donde gigantes del género como Conrad Schnitzler, Cluster, Hans-Joachim Roedelius o Asmus Tietchens utilizaron sus servicios. Creó el sello Private Music, ya en los USA, aprovechando el tirón new age. No le fue mal, pues hasta su antigua banda acabó en el sello. En San Francisco, funda la Baumann Foundation. Donde se desarrollan temas y trabajos en los campos de la filosofía, psicología, neurociencia o antropología.
Pero Peter Baumann siente un vacío creativo, artístico, existencial. Después de tantos años de inactividad musical. Llama a su viejo amigo Edgar Froese y quedan en Austria en Enero del 2015. Quién sabe los proyectos que fraguaron. Unas semanas más tarde muere Froese, dejándonos con la incógnita para siempre.
Baumann se reafirma en su decisión de volver a la música. Monta un estudio en su sótano con todo el material vintage recién desempolvado. Y en 2016 aparece "Machines of Desire", tras varias décadas de silencio. Fue la sorpresa electrónica del año. Ocho cortes no muy extensos, pero con la suficiente miga como para ser atendidos como se merecen.
"The Blue Dream" (5'53) presenta la faceta cinematográfica no olvidada por el legendario sintetista. Un tema oscuro y perfecto para un film de terror o suspense. La buena noticia es que conserva "el sonido", y eso después de tanto tiempo, es para celebrarlo.
"Searching in Vain" (5'36) (quizá una disculpa hacia sus tiempos filosóficos perdidos?...), es una acertada composición, de típica secuenciación tangerina y melodía mística envolvente.
"Valley of the Gods" (4'12) ofrece un halo de misterio en total clave berlinesa. Un sentimiento muy uniforme a lo largo de todo el disco. La maraña secuencial rítmica es especialmente ingeniosa.
Minimal-tronica ofrece "Echoes in the Cave" (3'55), con abstracción oscura incluida y símiles industriales aproximados a su amigo, también desaparecido y ex-TD, Conrad Schnitzler.
Los ritmos de "Ordinary Wonder" (6'00) siguen recordando al inolvidable Con, quizá no por casualidad. Baumann fue su productor en alguna ocasión. La línea melódica es un bello onirismo que en un disco de TD no hubiera desentonado.
"Crossing the Abyss" (5'57) vuelve a las "bandas sonoras sin película ", estilo éste que personalmente me encanta. Es escuchar esto y mi cabeza pone el piloto automático hacia sus propios mundos. En una "Alien : Covenant" hubiera quedado niquelada.
Un recuerdo bienvenido a "Stratosphear" podría ser"Dancing in the Dark ". Sus juegos secuenciales son el corazón del tema, mientras las "olas mellotronicas" ( o sonoridades similares), serian su alma. Simple, pero exquisito. No hace falta más, a veces.
Finalmente "Dust to Dust" (6'24) es un apocalíptico (y el mejor) tema. Su ominosa oscuridad me sigue sugiriendo la terminología "Alien", y todo el trabajo artístico de H. R. Giger. Esto parece un ritual religioso de "los ingenieros",(que a mí me infunden más respeto que los mismos bichos). Hasta tenemos coral alienígena en tan espléndido corte. Y una imaginaria guitarra al más puro estilo Froese. Se hace corto. Tenemos una sorprendente vuelta de Peter Baumann con un claro interés en hacer las cosas bien.
Esto es, volver a la Berlín School con seriedad y un material más que digno. Tal vez un mayor riesgo y desarrollo en los minutajes hubiera sido lo deseable. Pero si sigue sacando brillo a su viejo arsenal, es cuestión de tiempo que el amigo Baumann se suelte la melena cibernética un poco más. De momento, un muy buen álbum está sobre la mesa. Qué nos hubiera deparado su fallida unión con Edgar Froese?....Quizá sea mejor no saberlo.
J.J. IGLESIAS
Temas
1. 00:00:00 Peter Baumann The Blue Dream
2. 00:05:53 Peter Baumann Searching in Vain
3. 00:11:29 Peter Baumann Valley of the Gods
4. 00:15:41 Peter Baumann Echoes in the Cave
5. 00:19:36 Peter Baumann Ordinary Wonder
6. 00:25:36 Peter Baumann Crossing the Abyss
7. 00:31:33 Peter Baumann Dancing in the Dark
8. 00:36:30 Peter Baumann Dust to Dust
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