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Arthur Brown Vincent Crane – Faster Than The Speed Of Light (1979)

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 Hubo un momento en el tiempo en que el Hammond rugía como un dios herido y las voces parecían invocar tormentas eléctricas desde el más allá. Era el año 1979, y mientras muchos daban por muerto al rock progresivo, dos espíritus indomables se cruzaron en el umbral de lo improbable: Vincent Crane, el arquitecto del abismo sonoro, y Arthur Brown, el chamán teatral de la psicodelia. Lo que surgió de aquel encuentro no fue un simple disco...Fue un último hechizo, una despedida cargada de fuego, lirismo y gravedad. Corría el año 1979. El punk había pateado las puertas del rock con botas sucias y desprecio por el virtuosismo. El progresivo, herido y exiliado, se deshacía en mutaciones barrocas o caía al silencio. Muchos creían que los brujos de la psicodelia ya estaban gastados, encerrados en discos polvorientos. Pero el fuego no se apaga así de fácil, no cuando quedan brasas vivas como Vincent Crane y Arthur Brown, dos de las mentes más inquietas, teatrales y delirantes que nos dejó la ...

THE GODS - Genesis (1968)

 Con un álbum concebido a base de temas cortos para lo que se entiende en el mundo del rock progresivo, arranca su andadura un grupo cuyo bagaje se remite a un par de Lp's aunque su trascendencia es más dilatada, ya que en sus filas contaban con músicos que portaban la semilla que dará lugar a formaciones míticas y bien reconocidas como son hoy todavía URIAH HEEP, con Hensley y Kerslake un poco después; y JETHRO TULL que contará en sus inicios con Glascock.



THE GODS son una banda que con claras reminiscencias de otras influyentes (MANFRED MANN & EARTH BAND, MOODY BLUES, VANILLA FUDGE), redundan en un sonido que adoptan todos aquellos que quieren abrir sus fronteras hacia armonías y búsqueda de nuevos sonidos. Con un progresivo primitivo, conocido como proto-prog, sus composiciones se mueven dentro de nuevas aventuras todavía muy marcadas por la psicodelia candente, los acordes del órgano que se proyectan con mucha fuerza y un pop rock británico que ya no está en auge pero sigue al frente, caracterizado por los juegos y las armonías vocales.

Músicas directa, sin pretenciosidad, sin apenas arreglos, sencilla, construida mayoritariamente sobre una tupida capa del órgano de Hensley que tiene un peso especifico absoluto y que responde ante el reto de crear el cuerpo de las melodías con pocos acordes. Las guitarras quedan relegadas en algunos de los tracks , pero cuando aparecen lo hacen con energía,  arranques ácidos muy al estilo de HENDRIX.

La voz principal al estilo de David Byron nos hace pensar todavía más en la banda que llegará después, con el mismo tono de voz y el barroquismo clásico de Byron. Todos los componentes ponen a disposición la voz de tal forma que las armonías que arropan a la principal y el pop rock "Sergeant Peepers....." que se deja escuchar, nos recordará a BEATLES en su afán por crecer musicalmente.



Disco muy abierto, desenfadado,  que en la segunda cara presenta algún tema más trabajado que el resto, más duro, pero donde la tónica no es un sonido pesado, sino vivo y esencialmente auténtico.

La anécdota es la intro que todos los temas contienen y que hace referencia a efectos psicodélicos uniendo un corte con el siguiente.

Juan Carlos Rustarazo



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