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Beyond The Blue - The Ray Of Spring (2007)
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Musicalmente no soy muy aficionado a la dureza hard metalera, aunque reconozco que tocarla a la batería es muy entretenida y haces ejercicio. Escucharlo es otra cosa. Hay bandas progresivas que siempre tuvieron un filo más cortante que otras. Conforme avanzamos en décadas la música es cada vez más agresiva. Es el signo de los tiempos cada vez más violento y menos amable. Cada vez más intolerante, más caótico… menos inteligente. Más distópico. La música de hoy es el reflejo general de los tiempos. Unos tiempos en los que yo personalmente ya no formo parte. Mi época ya pasó y aquel tiempo en que las bandas hacían música imaginativa y hermosa se quedó muy atrás. Cierto es que algunos pocos ejemplos continúan el relevo generacional. Los menos. Hoy no hay tiempo para la respiración sonora. Ya no hay silencios ni cadencias, ni un uso adecuado de la “lentitud” armónica. De esa parsimonia que permitía buenas melodías emocionantes. No. Nuestra civilización tiene mucha prisa por auto-inmolarse. Me parece correcto. Si no hemos aprendido a ser mejores, pero sí más estúpidos es lo que procede.
El concepto de rock progresivo es a día de hoy un batiburrillo de etiquetas casi indescifrable. Lo es porque ha perdido su cauce. Me resulta gracioso leer y escuchar hoy que todo lo que es un poco elaborado con algún acorde de más es rock progresivo o “progresivo” a secas. No voy a entrar en la polémica. Tan solo me limito a proponer algunos discos que pueden interesar o al menos agradar al oyente.
Estamos ante otro trabajo único lanzado en 2007 por un dúo llamado Beyond The Blue. Un tal Jan Petersen se encarga de casi todo. Un vocalista bastante bueno: Frank Wollenburg y algunos músicos invitados. “El Rayo de la Primavera” parece un disco conceptual en tres partes con sus diferentes apartados bastante bien articulados. La ejecución musical es muy precisa y oscila entre momento muy poderosos y agresivos de sonido hard-épico y partes calmadas bastante interesantes y melódicas. Pero hay que destacar que está tan bien tocado y grabado que engancha. La guitarra es de una precisión y calidad encomiables y la principal protagonista. Los teclados se emplean más como orquestación y cada tema está muy bien pensado. Una potente batería fija todo el armazón sonoro y sorprende escuchar algún sonido de oboe entre tanto maremágnum.
Muchos trabajos de este tipo suelen ser auto-producidos y los músicos de hoy tienen todo el tipo de avances técnicos en su propia casa y unos sistemas de grabación de muy alta calidad. Cada vez es más habitual el hacer la propia música en tu entorno privado. El individualismo musical cada vez es mayor y cada vez hay menos bandas formadas a la antigua usanza porque suponen un gasto enorme y a día de hoy ganarse la vida con la música y con conciertos es simplemente un disparate o un chiste salvo que estés en la liga de primera división. Hemos llegado a una forma extraña de artesanía particular. Hago música para mí porque me gusta y me apetece y si alguien más la escucha pues estupendo… pero no es imprescindible.
Este trabajo de 71 mtos gustará a los modern prog pero también al que reconoce las cosas relativamente bien hechas.
Alberto Torró
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