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QUATERNA REQUIEM - Quasimodo (1994/ QR)

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 Es sorprendente (y alarmante) cuánto se tiende a olvidar, ignorar, ningunear, la escena progresiva de Sudamérica. Monstruosos combos con masterpieces desorbitadas que todavía esperan ser descubiertas.  Concretamente en Brasil, la conexión estilística con el rock progresivo italiano (RPI), es evidente. En muchos casos, a un mismo nivel de grandiosidad. Blezqi Zatsaz, Kaizen, Trem do Futuro, Verdaguer, Lehmujen, Sagrado, Topos Uranos, III Milenio, Dogma, Bacamarte, Atmosphera, Atomo Permanente, Som Nosso de Cada Día......La lista se hace gozosamente interminable. Creo que había que hacer justicia en Rockliquias y traer hoy a Quaterna Requiem. Banda-dúo  formada en los finales 80. Elisa Wierman (teclados, composición,  producción) y Claudio Dantas (batería,  percusión,  cover art, producción) son la base en éste "Quasimodo". Segundo álbum tras el ya magnífico "Velha  Gravura" (1990). Únicos exponentes junto al grabado en vivo, "Livre" (1999), antes de co...

Argos – Halfway Between Heaven and Mirth (2024)

 Tan solo con que los actuales y decadentes Caravan se acercasen una mínima parte a esta banda alemana me daría por satisfecho o casi. Desde que inicié esta serie del prog germano, una gran parte de los discos comentados hasta la fecha han sido grabaciones antiguas y muy escasas. Esta semana me vengo al presente con un álbum editado este mismo año que ya termina. Debo reconocer que la mayoría de la música progresiva que se hace hoy y ahora carece de mi total interés, pero como todo siempre hay excepciones. 



No queda mucho tiempo para que la música inteligente y creativa pase por completo al recuerdo y a los anales de la historia. Podría decirse que el espíritu creativo musical ha muerto, aunque si somos realistas eso ya sucedió hace mucho tiempo. Todo lo que oímos en casi todos los estilos son franquicias o repeticiones aburridas de otros tiempos. Hay infinitas etiquetas, eso sí, aunque deberíamos preguntarnos por qué cada nuevo disco que sale al mercado al margen de la calidad y claridad prístina del sonido que ofrecen las nuevas tecnologías, a muchos de nosotros no nos dicen absolutamente nada. No ofrecen ni un solo chispazo de emoción o de alegría. Sencillamente porque en la actualidad no hay buenas composiciones ni buenas melodías. Y cuando las hay nos suenan anticuadas o un ejercicio de nostalgia repetitivo con una absoluta falta de brillantez y nada de genialidad. Bueno son los tiempos que nos tocan. La mediocridad lo invade todo y en todos los ámbitos del arte. No ha sido de un día para otro desde luego. La música lleva una larga cuesta descendente en un mar de abulia, aburrimiento y pesadez que se agrava con los años.

Argos son una banda de neo prog que funcionan desde 2009 y ya tienen siete trabajos en el mercado. Como ocurre en otros casos de músicos multi-disciplinados y multi-instrumentistas el proyecto inicial recae en un tal Thomas Klarmann un experimentado músico con base sonora en las bandas progresivas y de fusión de los 70´s. La banda ha ido incluyendo músicos hasta formar un cuarteto más o menos estable y con músicos invitados en cada grabación como en el caso de Andy Tillison líder de los excelentes The Tangent. 

El estilo algo vintage de esta banda tiene bastante influencia que proviene del Canterbury, por eso os mencionaba a los Caravan al principio. Más en la forma que en el sonido. Nadie que haya querido replicar los sonidos típicos de teclado canterburiano ha conseguido sonar como Sinclair, Ratledge o Stewart. Al margen de esto también estos alemanes tienen sus otros héroes prog en los habituales Genesis, Yes, Gentle Giant y en bandas de fusión jazz rock de los setentas. 



Tal como está el patio al menos estos tipos dominan con bastante habilidad sus instrumentos y las ideas en composición no son demasiado predecibles. El título de este su último trabajo suena sospechosamente a temas de los Hatfield and The North. “Halfway Between Heaven and Mirth”. Siete temas cortos y un octavo de veinte mtos, el épico “Daedalus Machines” nos llevan por esos parajes verdosos y agradables melodías. Del cuarteto de músicos, tres de ellos tocan teclados y guitarras. Un batería cantante y voces de apoyo. Un saxofonista y un violinista como invitados y el señor Tillison por si les parecía poco teclado. La música es entretenida con los suficientes cambios y tempos para no aburrirte. Un toque jazzy y variedad argumental en estilo le da a todo la elegancia que se precisa. He elegido este nuevo trabajo de Argos pero cualquiera de sus discos anteriores son muy recomendables.

Alberto Torró



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