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Tomita – The Ravel Album (1979/ RCA)
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Segunda visita por nuestro "Ensayo....." del japonés Isao Tomita. Pionero y maestro orfebre de la electrónica modular al servicio de la clásica (en ocasiones). Aquí en homenaje a Maurice Ravel (1875-1937). Del impresionismo a otras fuentes (jazz, folk, Eastern music....), la obra de Ravel se presta muy bien (como ya hiciera con Debussy), al estilo onírico y siempre ensoñador del gran sintetista, fallecido en 2016 en Tokyo.
Ahora cualquier mindundi con un programa y un portátil dice que "hace música electrónica". Y hasta presenta programas en televisión. Atroz presente. No. Antes ésto era cosa de científicos del sonido. Hombres de laboratorio tanto como músicos de investigación. En éste álbum le cuento cerca de 50 sintetizadores y/o aparatos-gadgets, entre Moogs, Rolands, Yamahas, Korgs, Eventides, Fenders o Mellotron. Y había que saber compenetrar todo eso. Darle forma viva y no una sucesión de ruidos inconexos. Por bien que entren al oído. Que destilan magia ya desde las primeras notas de "Daphnis et Chloe Suite #2" (17'29). Maravillosa obra para ballet que en manos de éste alquimista cibernético se convierte en una suite electrónica rebosante de romanticismo francés del siglo XIX. Sólo comparable quizá con Robert John Godfrey (The Enid). Corales de majestuosidad mellotrónica, sintes solistas como violines y modulares como una Filarmónica de 200 músicos. Desmesurado. Y es sólo un tipo. Escucharlo en original analógico favorece su potencia acústica.
Con su característico estilo enigmático y surreal, hace suyas cualquier pieza de clásica contemporánea. Desde luego es Ravel, mimbre inmejorable, pero adaptado por Tomita entra en otra dimensión, desconocida y fascinante. Nadie ha conseguido superar sus adaptaciones. Te lleva a "Narnia" en instantáneo teletransporte. A veces superando la grandiosidad del mismo Vangelis. Y mucho más detallista que el griego.
"Pavane pour une infante defunte" (7'08) captura toda la tristeza catedralicia del momento, en una justa comparación con Par Lindh. Pero también con un cierto exotismo amazónico de Florián Fricke.
La segunda cara abre con una revisión bastante respetuosa del famoso "Bolero" (9'14). Que a mí me recuerda siempre a Bo Derek por la película erótica 70s.
"Ma mere L'oye suite" (19'11) es otra pieza para ballet que a Tomita le da pie a soltar todo su potencial fantástico, como en "Daphnis...". Quizá incluso más.
Rebosa belleza y grandilocuencia épica con exquisitos arreglos avant y superior instrumentación de alto octanaje synth. Extraordinario y meticuloso trabajo que cuenta desde ya entre mis discos favoritos del japonés. Y tiene unos cuántos realmente grandes.
J.J. IGLESIAS
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